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La Guardia Civil culpa a Ortega Cano por el exceso de alcohol

  • El informe pericial del Equipo de Reconstrucción de Accidentes atribuye a una "distracción o desatención" del torero la invasión del carril y la brutal colisión que costó la vida al vecino de Castilblanco Carlos Parra Castillo

El exceso de alcohol fue la clave del accidente. La Guardia Civil responsabiliza al torero José Ortega Cano del accidente de tráfico que se produjo el pasado 28 de mayo en la carretera A-8002, en el que murió el vecino de Castilblanco de los Arroyos Carlos Parra Castillo y en el que el propio matador sufrió heridas graves.

El informe pericial realizado por el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil de Madrid, al que ha tenido acceso Diario de Sevilla, atribuye al matador una "distracción o desatención" en la conducción, lo que le llevó a invadir el sentido contrario al de su circulación y esa presunta imprudencia, según los expertos de Tráfico que han estudiado la dinámica del siniestro, se debió posiblemente a la ingesta de bebidas alcohólicas por parte del torero, que arrojó una tasa de alcoholemia de 1,26 gramos por litro de sangre, casi el triple de la permitida.

Los peritos basan el informe oficial remitido al juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla en la inspección ocular realizada en la carretera donde se produjo el siniestro y en el estudio de los daños que sufrieron los vehículos implicados, los restos de frenada, así como los vestigios y marcas hallados en la calzada. Todos estos datos han sido analizados mediante avanzados programas informáticos para la reconstrucción de accidentes de tráfico y como resultado se han obtenido las velocidades aproximadas en el momento del brutal impacto.

Entre las principales conclusiones, los peritos destacan que el vehículo de Ortega Cano invadió el carril de sentido contrario al de su marcha durante al menos unos 60 metros antes de la colisión y que en ese momento circulaba a una velocidad aproximada de 125 kilómetros por hora, un nivel superior al legalmente permitido en esa vía y que era de 90 kilómetros por hora. Por su parte, el vehículo que conducía la víctima, Carlos Parra, circulaba a unos 50 kilómetros por hora.

En cuanto a la responsabilidad del accidente, el informe es contundente al apuntar directamente a la "distracción o desatención" del torero como la causa principal de la invasión del carril. Esa distracción, continúa el documento oficial incorporado a la causa, se debió posiblemente a la "intoxicación etílica en la que se encontraba, ya que en el momento de iniciar la ocupación del carril contrario había recorrido parte del tramo curvo previo circulando por su carril".

Los agentes del Equipo de Reconstrucción de Atestados, que se desplazaron a Castilblanco de los Arroyos en junio pasado para llevar a cabo una inspección ocular, señalan que, aunque el accidente se produjo de noche, sobre las 22:30, no había ninguna "obstrucción visual achacable a la vía". El informe pericial completo, que tiene 54 páginas, pone de manifiesto que los dos conductores implicados en el siniestro tuvieron al menos un área de visibilidad de unos 120 metros antes del punto de colisión, por lo que ambos conductores "tuvieron la posibilidad para percibir recíprocamente y por el sentido de la vista, el haz de alumbrado emitido por los proyectores del vehículo contrario circulando por el mismo carril". Esto permitió, continúa el informe, que al menos Carlos Parra pudiera percibir el "peligro" ante el inminente impacto. Dicen los expertos de la Guardia Civil que la víctima llegó a realizar incluso una maniobra evasiva, haciendo un leve giro del volante hacia su derecha y disminuyendo posiblemente la velocidad, pero no pudo evitar la colisión.

El informe describe igualmente con exhaustivo detalle los graves desperfectos ocasionados en ambos vehículos y que también han sido tenidos en cuenta a la hora de calcular las velocidades. Para la realización de este informe, los agentes reconstruyeron el accidente mediante un método de trabajo que consiste en analizar el orden inverso a la secuencia del siniestro, por lo que se parte de la posición final de ambos vehículos. El informe depositado en el juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla incluye un DVD con una reconstrucción tridimensional del accidente, en la que se analizan las distintas fases del mismo y las posiciones de los vehículos implicados antes, durante y después del impacto.

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