El calvario médico de tres argelinos enfermos tras los muros del CIE de Algeciras

Los servicios médicos del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Algeciras desecharon conocer la documentación médica de tres ciudadanos argelinos enfermos -con causa de devolución por entrada ilegal en España- que habían cruzado el Estrecho con la esperanza de recibir un mejor tratamiento que en su país. Así lo refleja el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) en su Informe Anual 2022 sobre los CIE, que lleva por título ‘Diferencias que generan desigualdad’ y que ha sido presentado este lunes en un acto celebrado en la Universidad de Comillas de Madrid.

Dentro de la antigua cárcel de la Piñera, explican los jesuitas, estas tres personas "sufrieron consecuencias de sus dolencias, a las que no podía dar respuesta el servicio médico-sanitario, ni siquiera una derivación puntual al hospital". "Lo preocupante de los casos -se lee en el informe- fue que los facultativos del CIE desecharan examinar la documentación médica archivada en los móviles con la asistencia de intérprete de árabe, dejando de tener una información valiosa sobre el historial de salud y clínico que están llamados a elaborar a partir del reconocimiento médico inicial, según el artículo 30 del RD 162/2014". Estas tres personas fueron puestas en libertad.

Abdelkader

El documento del SJM incluso detalla cada caso. En primer lugar explica el de Abdelkader, un joven argelino natural de Orán. Tenía 21 años cuando emigró, dejando en casa mujer y dos hijos. Sufría problemas digestivos que no alcanzaban a curarle y quería llegar a Francia con la esperanza de conseguir un tratamiento médico eficaz. Viajó con la documentación médica relativa a su caso, en lengua árabe, en el móvil. Detenido al entrar ilegalmente en territorio español e internado en el CIE de Algeciras por causa de devolución, manifestó sus problemas digestivos crónicos al servicio médico-sanitario. Mostró la documentación relativa al diagnóstico y a las prescripciones, pero el médico desdeñó pedir la asistencia de intérprete de árabe, con lo que no se hizo cargo del diagnóstico ni de las prescripciones facultativas hechas en Orán. Indicó una dieta adaptada a los síntomas que manifestaba, pero poco más.

Sufrió una crisis, por lo que el médico del CIE lo derivó al Hospital Punta de Europa, donde le diagnosticaron la enfermedad de Crohn.

El equipo del SJM percibió en sus visitas su "pérdida de peso por una dieta prácticamente reducida a fruta al tolerar muy pocos alimentos". "Se quejaba de que le suministraban calmantes, pero no medicamentos. eficaces contra su dolencia. Instaba a que volvieran a llevarlo al hospital, pero solo lo hicieron cuando sufrió otra crisis aguda. Cuando fue hospitalizado le constaba su puesta en libertad y debió afrontar la falta de recursos", apostilla.

Abdelali

Abdelali, argelino de 39 años, casado y con dos hijos menores, había sufrido un cáncer en el hombro, por el que recibió quimioterapia y una intervención quirúrgica. Según relata el SJM, un hermano suyo residente en Francia lo animó a que fuera a someterse a un tratamiento con el que proseguir su recuperación. Solicitó visado humanitario, pero le fue denegado, causa por la que decidió atravesar España irregularmente. Detenido e internado en el CIE de Algeciras por causa de devolución, el equipo del SJM que lo visitó por primera vez percibió su mal aspecto, vio las cicatrices que le mostró y recibió su queja de que el médico del CIE no había querido examinar la documentación médica que llevaba en su móvil con la asistencia de un intérprete. Fue visitado cinco veces hasta el 46º día de internamiento. Hasta la tercera ocasión manifestaba dolores en la zona intervenida quirúrgicamente, pero se resistía a tomar los calmantes que le suministraba el servicio médico a falta de un diagnóstico preciso de lo que tenía. En adelante, se calmaron los dolores, pero seguía quejándose de que el médico rehusaba considerar la documentación que tenía en el móvil y no creía que hubiese padecido cáncer; así como de que tampoco recibía respuesta de la Cruz Roja ni de la dirección del centro. Fue puesto en libertad.

Driss

Driss, argelino cabileño de 28 años, rapero y culturista, había ganado cuatro campeonatos de halterofilia. Dejó el deporte de élite por una afección gástrica de la que no se reponía, que le provocó una grandísima pérdida de peso y por la que gastó mucho dinero. Contó al equipo del SJM que lo visitaba por primera vez cómo había solicitado visados humanitarios para tratarse en Francia, infructuosamente: razón por la cual emprendió la migración irregular a través de España que resultó en su detención e internamiento en el CIE de Algeciras por causa de devolución. Añadió que sufría fuertes dolores abdominales y que el médico del CIE le había diagnosticado hernia abdominal, por lo que le había prescrito una dieta específica y calmantes.

Durante la segunda visita se quejó del trato violento por unos policías tras una mala noche en la que el dolor le había impedido conciliar el sueño y se quedó dormido de mañana: cuando le llamaron no reaccionó, por lo que lo despertaron a empellones, patadas y golpes, que le dejaron moratones.

Refirió que en otra ocasión había vomitado sangre, por lo que le intubaron por la boca y lo condujeron al hospital, donde lo trataron con rudeza. El equipo del SJM se interesó ante la directora del centro por el vómito de sangre: ella creía que se trataba de salsa de tomate. Sin embargo, en el hospital comprobaron que había vomitado una mezcla de sangre y de la salsa de tomate ingerida anteriormente. Fue puesto en libertad cuando el gobierno de Argelia se negó a readmitir a más compatriotas con órdenes de expulsión o acuerdos de devolución en España.

Extranjeros comunitarios

Según queda constancia en el informe del SJM, a lo largo de los años, los equipos del SJM que visitan los CIE han encontrado a unas pocas personas internadas a pesar de tener ciudadanía de la Unión Europea (rumanas, checas, británicas hasta el Brexit...) o de serles aplicable el régimen comunitario: las más habían finalizado una condena penal.

En 2022 el equipo que visita el CIE de Algeciras registró la presencia de un interno rumano y otro checo, mientras que el que visita el CIE de Madrid supo de cuatro ciudadanos UE internos, de los que acompañó a dos: de Rumanía y Bulgaria, respectivamente.

"El internamiento de personas con régimen comunitario no es solo una anomalía estadística. El 22 de diciembre de 2022 el titular del Juzgado de Instrucción n.º 6 de Madrid, en función de control de CIE, dictó una providencia en el caso promovido por la organización Mundo en movimiento por el internamiento de una ciudadana rumana y de otra búlgara, comunicando al director del CIE de Madrid la prohibición de internamiento de personas extranjeras sujetas al régimen comunitario", subraya el informe.

El informe de los jesuitas analiza las "lagunas existentes en el reglamento que dan pie a diferentes regímenes interiores en cada CIE, generando desigualdad de derechos de las personas internadas". Además, incide en que las cifras oficiales proporcionadas por el Ministerio de Interior, "de nuevo fuera de los plazos estipulados por la Ley de Transparencia en una muestra de opacidad", revelan "preocupaciones sobre la situación de las personas internas, especialmente en lo que refiere al deterioro de su salud mental y a situaciones de internamiento que no deberían producirse, como en el caso de menores de edad o de ciudadanos con nacionalidad comunitaria".

En 2022, un total de 2.280 personas fueron internadas en los seis CIE operativos en España, lo que supone un ligero aumento respecto al año anterior. En las cifras oficiales destaca la identificación de 11 menores de edad en los centros, así como la activación de protocolos de prevención de suicidios en 51 ocasiones. El SJM reclama a las direcciones de los centros y juzgados de control una armonización en las normas de régimen interior para eliminar las diferencias que generan desigualdad de derechos en los CIE.