Así operaba la red que llevaba inmigrantes de Ceuta a Algeciras en falsas embarcaciones de recreo a través del Estrecho

La Guardia Civil desmantela la organización criminal que, bajo la apariencia de pescadores, cobraba hasta 14.000 euros por cruzar a inmigrantes desde Ceuta. Once personas ingresan en prisión preventiva tras el operativo ‘Barquera’

La Guardia Civil investiga a tres personas por vender un tiburón martillo pescado en el Estrecho, una especie protegida

Operación de la Guardia Civil contra el tráfico de migrantes con detenidos en Ceuta, Algeciras y Málaga.
Operación de la Guardia Civil contra el tráfico de migrantes con detenidos en Ceuta, Algeciras y Málaga. / Guardia Civil

Lo tenían todo medido. Desde los horarios de las patrulleras del Servicio Marítimo hasta los mejores días para salir al mar sin levantar sospechas. Viajaban constantemente entre Ceuta y Algeciras, aparentando ser simples pasajeros de ferry, pero en realidad eran los cooperadores que tejían los hilos de una red criminal dedicada al tráfico de inmigrantes entre ambas orillas del Estrecho. Una organización que se movía con sigilo, dinero y una calculada sensación de impunidad.

La Guardia Civil ha bautizado como Operación Barquera el golpe que ha permitido desarticular esta red asentada en Ceuta, Algeciras y Málaga. El operativo ha dejado once detenidos en prisión preventiva, entre ellos los cinco presuntos líderes de un entramado que, según el Instituto Armado, llevaba años lucrándose de la desesperación ajena. El Juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta ha dictado las medidas más graves para los principales implicados.

El diario El Faro de Ceuta ha tenido acceso a la investigación, en la que se detalla cómo el grupo simulaba salidas de pesca para camuflar el transporte de inmigrantes hacia la Península, cobrando hasta 14.000 euros por persona. Las travesías se realizaban sin chalecos salvavidas, en embarcaciones de recreo manipuladas, con motores probados y un protocolo de vigilancia que incluía espías en los puertos ceutíes y en la costa de Algeciras.

Una maquinaria perfectamente engrasada

La Guardia Civil describe a la red como una “organización perfectamente estructurada y extendida en el tiempo”, con una jerarquía definida y funciones repartidas: desde los reclutadores en Marruecos hasta los vigilantes de la costa ceutí, pasando por los cooperadores que en Algeciras preparaban la recepción de los inmigrantes. La investigación, iniciada en 2022, reveló que muchos de sus miembros no tenían oficio conocido pese a sus constantes viajes a la Península, realizados, según los agentes, “para coordinar los pases ilegales y garantizar la logística en tierra firme”.

La operación comenzó a tomar cuerpo tras un rescate en el mar el 14 de abril de 2022, cuando una embarcación con fallo de motor fue auxiliada por una patrullera. Los tres ocupantes, que afirmaron ser pescadores, resultaron ser miembros activos de la organización. A partir de ahí, el Servicio de Información y la Policía Judicial de la Guardia Civil iniciaron una investigación que incluyó intervenciones telefónicas, seguimientos, fotografías y registros.

Casas zulo, falsos pescadores y “pases” con relevo de piloto

Los investigadores descubrieron una red de viviendas ocultas en Ceuta, en zonas como el Recinto y Poblado Sanidad, donde los inmigrantes eran escondidos hasta el momento del traslado. Allí esperaban días o semanas, alimentados y vigilados, no por compasión, sino para preservar un negocio millonario.

Antes de cada travesía, los implicados acudían al puerto deportivo de Ceuta, donde cargaban cañas, neveras y material de pesca para justificar sus movimientos. El patrón inicial sacaba la embarcación del puerto hasta un punto intermedio, donde se producía un relevo de piloto: otro miembro tomaba el timón y realizaba el trayecto hasta la Península, dificultando la identificación policial.

Una vez en Algeciras, otros cooperadores esperaban para recibir a los inmigrantes y facilitar su ocultación temporal. La red mantenía así un circuito constante de viajes, comunicaciones cifradas y contraespionaje, hasta el punto de tener observadores permanentes en lugares como la playa de la Bolera, desde donde controlaban la salida de las patrulleras de la Guardia Civil.

Riesgos extremos y vidas despreciadas

El relato de la Guardia Civil es demoledor: “Actuaban con un desprecio absoluto por la vida de los inmigrantes”. Las embarcaciones salían sin medios de seguridad, chalecos o sistemas de localización, y algunas de ellas acabaron en tragedia. Se sospecha que los cuerpos sin vida aparecidos este verano en las costas de Ceuta, incluidos los de varios niños en la zona del Recinto, podrían ser víctimas de estos “pases” mortales.

La organización cobraba 8.000 euros por los traslados en pateras de pescadores, simulando ser marineros marroquíes con documentación falsa, y otros 6.000 euros por garantizar la llegada y alojamiento en la Península. Una economía criminal que no solo ponía en riesgo vidas humanas, sino que también, según advierte la Guardia Civil, podría haber facilitado la entrada en España de personas con antecedentes graves o prohibiciones de acceso al país.

Una investigación aún abierta

El mapa de la red elaborado por los investigadores incluye relaciones familiares —padres e hijos, hermanos— y una estructura piramidal. Los cinco cabecillas, algunos con antecedentes por tráfico de inmigrantes, mantenían bajo su control a lancheros, vigilantes y colaboradores logísticos.

La Operación Barquera, todavía abierta, marca un nuevo hito en la lucha contra el tráfico de personas en el Estrecho.

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