Un profesor del colegio Los Pinos de Algeciras investiga cómo enseñar primeros auxilios con éxito en la ESO
José María Parada, antiguo alumno y actual docente del centro algecireño, demuestra que las metodologías activas como el juego, la simulación y el aprendizaje entre iguales mejoran la confianza, los conocimientos y las habilidades del alumnado en situaciones de emergencia
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José María Parada Espinosa creció entre las aulas y el gigantesco patio del colegio Los Pinos de Algeciras. Años después, regresa no solo como profesor, sino también como investigador. Tras una trayectoria académica centrada en la actividad física, la salud y la docencia, Parada acaba de publicar una revisión científica en la que analiza las metodologías más eficaces para enseñar primeros auxilios en la asignatura de Educación Física en Secundaria. El trabajo, fruto de varios años de experiencia en el aula y parte de su tesis doctoral, pone el foco en una cuestión clave: cómo preparar al alumnado para reaccionar con seguridad ante una emergencia real.
La investigación, titulada Teaching Methodologies for First Aid in Physical Education in Secondary Schools: A Systematic Review, compara distintas estrategias pedagógicas aplicadas a la enseñanza del soporte vital básico, el uso del desfibrilador, el control de hemorragias o la atención a desmayos y fracturas. Y lo hace con una premisa clara: no basta con incluir los primeros auxilios en el currículo escolar —como ocurre en España, aunque de forma desigual—, sino que es fundamental enseñar bien, con métodos que realmente funcionen.
Para ello, Parada ha revisado once estudios internacionales que analizan intervenciones en las que participaron más de 3.000 estudiantes de entre 11 y 18 años. Su conclusión es rotunda: las metodologías activas superan a las tradicionales. "La clase magistral se queda corta", explica. En cambio, enfoques como la gamificación (el uso de dinámicas de juego), el aprendizaje cooperativo, las simulaciones realistas o las herramientas digitales demuestran ser más eficaces para mejorar el aprendizaje práctico, la retención de conocimientos y la confianza del alumnado.
Según los datos recopilados, las mejoras en el aprendizaje teórico llegaron a alcanzar un 30%, y en las destrezas prácticas, hasta un 42%. Además, cuanto más tiempo se dedica a la formación, mejores son los resultados a largo plazo. “Una sesión puntual no basta. La repetición y la práctica guiada marcan la diferencia”, señala el autor.
La revisión también destaca que el uso de simulaciones con escenarios reales —como una persona que se atraganta o se desmaya en clase— ayuda a que los jóvenes interioricen los protocolos y se atrevan a actuar. De hecho, varios estudios constataron que los alumnos que se entrenaban mediante juegos o actividades cooperativas mostraban más seguridad y una mayor disposición a intervenir si presenciaban una situación de emergencia.
Pese a estos resultados alentadores, Parada advierte que no todos los centros educativos están preparados para implementar este tipo de metodologías. A menudo, faltan recursos, formación específica del profesorado y materiales adaptados. "El profesorado de Educación Física tiene la oportunidad de liderar esta enseñanza, pero necesita herramientas y apoyo institucional", señala.
El estudio se alinea con iniciativas internacionales como Kids Save Lives, respaldada por la Organización Mundial de la Salud y el Consejo Europeo de Resucitación, que promueve la obligatoriedad de enseñar reanimación cardiopulmonar (RCP) en las escuelas. Países como Dinamarca, Alemania o Reino Unido ya han legislado en esa dirección. En Dinamarca, por ejemplo, la implantación generalizada de estas enseñanzas duplicó la tasa de RCP practicada por testigos y triplicó la supervivencia tras una parada cardíaca.
España, aunque contempla los primeros auxilios en su currículo, aún presenta carencias notables. La revisión de Parada revela que es necesario invertir en investigación de calidad, con estudios comparativos y seguimientos a largo plazo, para saber qué metodologías funcionan mejor en cada contexto educativo. También subraya la importancia de formar a los docentes y dotar a los centros de los medios adecuados.
José María Parada finalizó su Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad de Cádiz en 2017, y un año después obtuvo el Máster en Actividad Física y Salud. Actualmente compagina su trabajo como profesor con el Máster en Formación del Profesorado y la elaboración de su tesis doctoral. Su investigación no es un ejercicio académico aislado, sino una apuesta por llevar a la práctica lo que defiende en la teoría: que aprender a salvar vidas puede —y debe— formar parte del día a día en los centros educativos.
Y en ese empeño, desde el mismo lugar donde aprendió a atarse las zapatillas por primera vez, sigue enseñando —y aprendiendo— cómo preparar a las nuevas generaciones para actuar con calma y decisión cuando más falta hace.
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