En el año 1275, el sultán de Granada, Muhammad II, hizo entrega de Algeciras, Tarifa, Ronda y los castillos situados en sus alfoces, al sultán de Fez, Abu Yusuf, que, al frente de los Voluntarios de la Fe norteafricanos, se estableció en esas ciudades entre los meses de mayo y octubre.

Desde Algeciras, capital de sus territorios en al-Andalus, atacó y asoló los castillos y ciudades cristianas de Andalucía desde Vejer hasta Sevilla, Córdoba y Jaén. Alfonso X se vio, en un principio, desbordado por los invasores, pues se hallaba en Alemania intentando ser coronado emperador del Sacro Imperio romano-germánico, pero pudo reaccionar, a su vuelta a Castilla, después de sufrir enormes pérdidas en hombres y talas de cosechas y de haber trasladado Abu Yusuf a Algeciras un gran botín en oro, plata de las iglesias saqueadas, cabezas de ganado y cautivos.

Sin embargo, en el verano del año 1277 el rey de Castilla envió al Estrecho una escuadra mandada por el almirante Pedro Martínez de Fe, para que bloqueara el puerto de Algeciras y, en la primavera de 1279, un ejército al frente del cual marchaba su hijo, el infante don Pedro, que puso cerco a la ciudad. Cuando estaba Algeciras cerca de la rendición, el sultán Abu Yusuf, que se hallaba en Ceuta, mandó una poderosa flota que derrotó a la castellana en aguas de la Isla Verde. El infante no tuvo más remedio que levantar el sitio y retornar a Sevilla.

Unos días más tarde, el sultán de Fez desembarcó en Algeciras, observó que los castellanos habían ocasionados graves daños en la parte baja de la ciudad con sus trabucos y balistas situadas en la meseta donde hoy se encuentran las calles Alexander Henderson, San Nicolás, el Patio del Coral y el Parque de las Acacias.

Para evitar nuevos ataques cristianos desde ese lugar elevado, mandó que se comenzara la construcción de un recinto fortificado que debía, al mismo tiempo, servir de ciudad-campamento en la que establecer sus tropas. Entre el verano de 1279 y el otoño de 1285, se edificó la llamada por la crónica castellana Villa Nueva de Algeciras, y por los cronistas musulmanes al-Binya y al-Buniyya. Se rodeó de una muralla de tapial, torres de flanqueo, un alcázar, una mezquita, baños, un mexuar (sala de audiencias) y varias puertas, transformando Algeciras en una extensa ciudad doble con dos recintos separados por el río de la Miel.

El sultán Abu Yusuf había nacido en el año 1212, ocupando el trono del sultanato en 1258. Durante su reinado, los meriníes conquistaron Marrakech, llegando a dominar el valle del río Draa, en los linderos del desierto, y en 1274 se apoderaron de Tánger y Ceuta.

Al año siguiente, Abu Yusuf emprendió la Guerra Santa invadiendo la Andalucía cristiana, como se ha dicho, estableciendo una especie de protectorado en la zona suroccidental del reino de Granada, actual Campo de Gibraltar más las comarcas de Ronda, Gaucín, Casares y Estepona.

Estuvo asolando Andalucía durante cinco años, con algunos períodos de tregua y amistad con el rey Alfonso X, acosado por la rebeldía de su hijo, el futuro Sancho IV. Después de una de sus campañas por territorios del reino de Sevilla, entró en su palacio de la Villa Nueva de Algeciras en octubre de 1285, en el que murió el 20 de marzo del siguiente año. Fue enterrado en su oratorio de Algeciras la Nueva, aunque sus restos fueron trasladados, en el año 1340, después de la derrota musulmana en el río Salado, a la necrópolis real de Chella, cerca de Rabat.

Necrópolis meriní de Chella, cerca de Rabat, donde se halla enterrado el sultán Abu Yusuf

La Dajira (crónica de los sultanes meriníes) dice, en relación con la fundación de al-Binya: "En los días de su reinado, Abu Yusuf construyó dos ciudades-fortaleza. Una de ellas fue la dichosa Fas al-Yadid (Fez la Nueva) que adoptó como sede de su monarquía... La segunda es la ciudad que construyó también para su propia residencia a las afueras de Algeciras".

En ella moraban él, sus familiares y visires, pues sentía vergüenza de que la gente de Algeciras se viera en el apuro de tener que alojarle cuando pasaba a la Península para hacer la Guerra Santa. En ambas ciudades construyó mezquitas, alminares, alcázares, baños, acequias y puentes en los caminos.

El Musnad (escrito a mediados del siglo XIV) refiere que "Abu Yusuf construyó la Ciudad Blanca de Fez la Nueva, urbanizándola y eligiéndola como residencia para sí y para sus soldados, con objeto de separarlos de la población de Fez la Vieja. Cerca de Algeciras construyó al-Binya, ciudad que se le asemeja mucho".

El historiador Ben Jaldún escribe que "queriendo Abu Yusuf poseer, sobre el litoral y junto al puerto, una ciudad en la que poder instalar sus tropas y tenerlas aisladas con el fin de librar a los habitantes de Algeciras de sus violencias y exacciones, eligió un emplazamiento en las cercanías de la ciudad y dio orden de elevar en aquel lugar los edificios necesarios. Esta nueva ciudad fue construida bajo la dirección de un hombre de su confianza y recibió el nombre de al-Binya”.

Dos hechos vienen a confirmar la existencia de la Villa Nueva de Algeciras como ciudad campamento y centro del gobierno y de la administración meriní en la Península Ibérica. Uno es que cuando Abu Yusuf murió, estando en Algeciras, el 20 de marzo de 1286, fue sepultado en ella. Otro, que su hijo Abu Yaqub fue proclamado rey el mismo día de la muerte de su padre en Algeciras, recibiendo el juramento de fidelidad de las cabilas en esa misma ciudad unas semanas más tarde.

Dirhem acuñado por el sultán de los meriníes Abu Yaqub ben Yusuf

La construcción de la Villa Nueva debió acabar en el año 1285. Al menos, el alcázar y los principales edificios palaciegos estaban ya terminados en el mes de octubre de ese año. Dice Ben Abi Zar que "volvió el emir de los musulmanes a Algeciras, donde entró el 27 de sabán (28 de octubre de 1285) y encontró que el alcázar que construía en la ciudad nueva, la sala de audiencias y la mezquita se habían terminado por completo".

Los restos materiales vinculados a la ocupación norteafricana en la orilla sur del río, la ciudad palatina de al-Binya o Villa Nueva, hallados en el transcurso de las intervenciones arqueológicas, han sido decepcionantes a excepción de un tramo de la muralla de tapial (en el Paseo de la Conferencia), de tres torres de flanqueo y de los restos de una puerta.

Más satisfactoria ha sido la excavación llevada a cabo en la Plaza del Coral, zona situada intramuros, cerca de la muralla norte de al-Binya. En esta intervención se documentó una atarjea que cruzaba el solar en dirección a la muralla y que se ha de interpretar como una obra para el desalojo de aguas residuales o pluviales de alguno de los edificios con que Abu Yusuf dotó a su fundación.

Un pozo de noria, conservado en los jardines del Hotel Reina Cristina, con grandes dovelas de ladrillo del arco que lo sustenta, es de clara factura musulmana. Probablemente se trate de uno de los pozos de noria que abastecían los baños.

Pozo de noria de factura musulmana, jardines del Hotel Reina Cristina

Sin embargo, un documento gráfico conservado en el archivo de Simancas nos permite avanzar en el conocimiento de la ciudad que fundara el sultán de Fez al sur del río de la Miel. En un plano del año 1761, que completa el realizado por Jorge Próspero de Verboom en 1726, el autor representa un edificio, junto al alcázar, que denomina "baños" y dos pozos de noria, uno de ellos situado cerca de dicho alcázar, al que señala como "la noria que conducía el agua a los baños". También dibuja los cimientos de un gran edificio que dice son "cimientos fuertes de palacios o cosa semejante".