Museo de Algeciras

La pieza del mes: Ladrillo estucado y pintado

  • El ladrillo pudo haber tenido una función similar a los “socarrats” levantinos, formando parte de la decoración del techo de una de las salas del convento de la Merced

Detalle del ladrillo estucado.

Detalle del ladrillo estucado.

Esta pieza es un ladrillo procedente del convento de la Merced, de barro cocido y forma rectangular, con un ángulo descantillado, de dimensiones 29,5 x 15,5 cm. Aunque presenta pérdida de pintura, sobre el fondo estucado en blanco recoge decoración vegetal consistente en un arbusto de fino tronco del que parten sendas ramas a cada lado, con hojitas estrechas y capullos en los extremos; el tronco principal se corona con otro capullo entre dos hojas ovaladas. Tronco, ramas y hojas son verdes, mientras que los capullos muestran color rojo almagre.

Parece tener influencias de la decoración levantina y del estilo rococó, de delicada decoración, imperante en la primera mitad del siglo XVIII, fecha de la que data el convento de la Merced, de cuya decoración formaba parte. Hoy se encuentra en el Museo Municipal de Algeciras, expuesto en la sala La nueva ciudad, dedicada a la ciudad a partir del siglo XVIII, cuando renace de sus ruinas medievales, junto con unas jarritas, una escudilla y una pilita de agua bendita; su Nº de inventario es 1.172. Fue rescatado de un derribo en las cercanías de la calle Alfonso XI en la primera mitad de los años 60 del siglo XX.

La fachada principal del convento se hallaba en la calle Alfonso XI, antigua calle Imperial, entre la desaparecida imprenta Bazo, lugar ocupado hoy por el edificio donde se encuentra el bar Coruña, y la calle coronel Ceballos, donde se levantaba la iglesia conventual; al este por la calle Cte. Gómez Ortega, conocida como calle “Munición”. Fue demolido en 1972 con el fin de abrir una vía que comunicara la calle Alfonso XI, popularmente conocida como “calle (del) Convento“ y la avenida Virgen del Carmen. La iglesia, tras hallarse varios años arruinada, se derribó en 1955. La fachada del convento presentaba varios vanos con balcones adornados con elaborada rejería y en su iglesia destacaba una esbelta espadaña, perpendicular a su fachada y luciendo en la decoración unas volutas y pináculos con ciertas reminiscencias del ya mencionado estilo rococó.

El ladrillo pudo haber tenido una función similar a los “socarrats” levantinos, formando parte de la decoración del techo de una de sus salas, o de un friso que decorara alguna de sus paredes interiores a modo de cenefa.

Detalle de las flores. Detalle de las flores.

Detalle de las flores.

El convento de la Merced surge a partir de 1724 por iniciativa del capitán de Infantería don Antonio de Ontañón, oriundo de Valladolid, aunque su iglesia aún no se había concluido en 1762. Constaba de tres claustros y estaba destinado a la educación, una de las labores de los frailes mercedarios. En 1835, con la desamortización de Mendizábal y tras la exclaustración de los frailes, es destinado a cárcel, a instituto y, por un tiempo, a sede del Ayuntamiento, como Audiencia de lo Criminal. En su parte posterior se instaló el cuartel de Escopeteros.

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