Las seis mezquitas y 9.000 musulmanes de Algeciras, sin líder

Hasta que sean capaces de ponerse de acuerdo, ninguno de los portavoces oficiosos de los seguidores del islam en la ciudad habla o actúa en nombre de todas las comunidades locales ni cuenta con el necesario respaldo general

Varios fieles rezan en el interior de la Mezquita Al Houda.
Varios fieles rezan en el interior de la Mezquita Al Houda. / Erasmo Fenoy

Algeciras cuenta ya con una población de más de 9.000 fieles musulmanes: ciudadanos que se declaran seguidores del islam, cumplan o no con los preceptos y obligaciones coránicos. Seis son las mezquitas dispersas por la geografía municipal a las que acuden a hacer la oración los viernes más de 1.000 fieles varones y un puñado de mujeres (allá donde cuentan con una sala de oración separada para ellas). La proporción de musulmanes con respecto a la población total de la ciudad duplica la media de toda España, aunque está aún lejos de llegar al 48% y 52%, respectivamente, de Ceuta y Melilla.

La ley les reconoce el derecho a la alimentación halal en colegios y prisiones, a disfrutar de profesores de islam en los centros de enseñanza públicos y enterrar a sus difuntos según el rito propio, bajo el suelo y sin ataúd. Sin embargo, cuando se trata de intervenir ante las administraciones o los medios de comunicación no existe la figura de un representante o líder que hable legítimamente en nombre de todos.

En algunos barrios, como la Villa Vieja, El Saladillo o Piñera, la proporción de musulmanes resulta especialmente significativa"

En algunos barrios, como la Villa Vieja, El Saladillo o Piñera, la proporción de musulmanes resulta especialmente significativa. El Colegio Andalucía tuvo el pasado curso a 112 alumnos de religión islámica frente a 74 que eligieron la católica. En el Virgen del Pilar la proporción fue de 112 (alumnos de islam) frente a 74 (de católica). En el Alfonso XI, 122 frente a 145. Además de esas clases regladas en colegios e institutos, algunas de las mezquitas locales cuentan con su propia academia (madrasa) de árabe clásico y Corán para alumnos de todas las edades: casi 600 niños de ambos sexos se benefician en Algeciras de ese recurso.

Derechos reconocidos, pero sin ejercer

A pesar de la relevancia numérica y la singularidad social de la comunidad islámica local, todavía a día de hoy no existe ningún representante o líder con capacidad de intervenir en los medios de comunicación en nombre de todos o de exigir a la Administración el reconocimiento de los derechos que las leyes españolas les reconocen. Esos derechos abarcan desde la alimentación halal en centros públicos al enterramiento por el rito islámico, pasando por la enseñanza de islam, la exención del IBI de sus mezquitas o la celebración de matrimonios religiosos con plenos efectos civiles.

Una mulsuma cubierta con hiyab compra en uno de los puestos del mercado Algeciras.
Una mulsuma cubierta con hiyab compra en uno de los puestos del mercado Algeciras. / Erasmo Fenoy

A pesar del carácter tradicionalmente desjerarquizado y descentralizado del islam, los musulmanes de Algeciras expresan la necesidad de contar con un representante ante la Administración y la ciudadanía. Sin embargo, la actual división entre las mezquitas y comunidades locales (en función de su diversidad doctrinal) dificulta enormemente la elección de un representante o portavoz de consenso.

Desde 2001, varios han sido los fieles que han tratado de erigirse en representantes de la comunidad local de musulmanes. Cuando la única mezquita era Al Houda, perteneciente a la entonces recién creada Comunidad Islámica de Algeciras, su presidente Omar Khemnlani (de origen indio) ejercía como canalizador de las reivindicaciones y quejas del colectivo. Pero, a partir de 2009, Kamal Cheddad funda otra comunidad islámica con sede en El Saladillo y comienza a ser presentado en muchos medios de comunicación, gracias en parte a su activismo social, como representante de los musulmanes algecireños.

En los últimos años, Mohammed Mkadem, segundo imán de la mezquita Al Houda, ha intentado hacerse con esa deseada pero inalcanzable representación: obtuvo una especial proyección mediática a raíz del asesinato perpetrado en enero de 2025 por el marroquí Yassine Kanjaa y logró que la mayor federación española de comunidades islámicas, la UCIDE, lo nombrara delegado para el Campo de Gibraltar. Sin embargo, Mkadem no goza del reconocimiento unánime del resto de las mezquitas; sin ir más lejos, la mezquita Al Rahma de El Saladillo, con el popular Driss Mohammed como portavoz, acusó a la Al Houda hace ahora exactamente un año de contar con un imputado por terrorismo, el presidente de la UCIDE Ayman Adlbi, para unas jornadas religiosas celebradas en el templo.

La mezquita Al Houda, con una bandera  de España en su fachada.
La mezquita Al Houda, con una bandera de España en su fachada.

Driss Mohammed, que presume de ser netamente español, logró en 2022 que Mounir Benjelloun, el presidente de la segunda gran federación española de comunidades islámicas, la FEERI, le nombrara delegado en el Campo de Gibraltar. Aunque son pocas las mezquitas de la comarca bajo el paraguas de FEERI, Mohammed no pierde oportunidad de liderar todas las reivindicaciones de los musulmanes algecireños. Su activismo en favor del cementerio musulmán ha dado frutos en forma de sentencia judicial favorable (recurrida por el Ayuntamiento). Mohammed pone rostro y voz a la causa gazatí desde los primeros ataques de Israel y no duda en hacer acopio de alimentos para su distribución entre los más desfavorecidos cada vez que surge la oportunidad.

Además de aspirar a líder religioso de los musulmanes, Driss Mohammed persigue la representación política ciudadana. Ya ha encabezado dos candidaturas al Ayuntamiento, por el Partido Renacimiento y Unión de Europa (PRUNE), en 2019, y por el Partido Andalusí, en 2023.

Mezquitas como la Abu Baker, en La Marina, o la de la avenida Gesto por la Paz ofrecen un perfil bajo en lo que a proyección mediática se refiere. La primera, propiedad del casi venerado Ahmed Haitali, está centrada en su cometido propiamente espiritual y en la dawá o propagación del islam a través de la actividad misionera del movimiento Tabligh. La de Gesto por la Paz, por su parte, es una mezquita de barrio sin pretensiones injustamente estigmatizada por su relación con Ayoub El Khazzani, autor del atentado del tren de París de 2015.

Algún día los musulmanes españoles tendremos necesariamente que ponernos de acuerdo para hacer valer nuestras legítimas aspiraciones, 'insha Alláh' ( si Dios quiere)”

Entretanto, existe un buen número de musulmanes en Algeciras que no se adscribe a ninguna mezquita local y que nada quiere saber de la llamada “militancia islámica”: son familias cuyos objetivos vitales son el trabajo, la vivienda, la educación de los hijos y el ocio saludable. Y existe también un todavía insignificante número de conversos al islam afines al sufismo o dimensión más espiritual.

La Comisión Islámica, sin efecto

A pesar de que el Gobierno creó en 1992 la Comisión Islámica de España para el seguimiento de los Acuerdos de Cooperación del Islam con el Estado y para la interlocución oficial con los musulmanes, este órgano ha resultado poco eficaz a la mayoría de las mezquitas para la consecución de sus demandas.

A diferencia de la Iglesia católica, fuertemente organizada y jerarquizada, u otras religiones de notorio arraigo como judaísmo o las iglesias evangélicas, los ministros de culto musulmanes, los imanes, no cuentan con titulación específica ni ningún reconocimiento oficial. “En esta anarquía tan propia del islam -como señala el estudiante de Ingeniería Mohammed Badawi- es difícil aunar voluntades para alcanzar objetivos”. La “eclesialización” del islam, tan común en los países oficialmente islámicos, es todavía una quimera en España. “Algún día los musulmanes españoles tendremos necesariamente que ponernos de acuerdo para hacer valer nuestras legítimas aspiraciones, insha Alláh ( si Dios quiere)”, termina diciendo.

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