La Hermandad de la Borriquita acompaña a los pacientes de hemodiálisis en el Hospital Punta de Europa

"A Dios por el amor". Es una frase manida y a la que casi siempre se recurre, inspirada en el pasaje bíblico de San Juan (4: 7-8). Y es que no hay mejor manera que la de acercase a Dios a través del amor, del amor al prójimo y de la ayuda a otra persona. De las mejores formas de entender y vivir el mundo de las cofradías y de la Semana Santa, lo que da sentido a todo esto, son las acciones que hacen mejor a nuestra sociedad y eso lo saben bien en la Hermandad de la Borriquita, cuyo titular es precisamente Jesús del Amor.

La corporación salesiana del Domingo de Ramos, a través principalmente de su grupo joven, ha puesto en marcha uno de los proyectos más bonitos que recuerda la comunidad cofrade y que tiene que ver con el acompañamiento y atención a personas con una enfermedad. Se trata de una acción social dirigida a prestar compañía a pacientes de hemodiálisis, durante el transcurso de su terapia, en el Hospital Punta de Europa de Algeciras. Una cuestión que muestra una de las caras más brillantes de la comunidad cofrade en nuestra comarca.

“Es una actividad que el grupo joven ha puesto en marcha y en su primer día, la realidad, es que ha tenido una acogida fantástica”, explica Juan Jesús Gálvez, uno de los principales "culpables" de la gran vida y tremenda actividad e importancia que tienen los jóvenes en la hermandad de la Borriquita desde hace años como impulsor de numerosos proyectos.

“Siempre habíamos tenido la idea de querer ir un poco más allá de lo que hacíamos. Solíamos preparar actividades y talleres para pequeños, con juegos, yincanas, juegos para que fuesen conociendo un poco más sobre la vida de la cofradía y sus diferentes áreas, pero teníamos en mente hacer algo que nos rondaba e ir un paso más allá. Hacer algo fuera de los muros del colegio y aportar un poco más”, precisa Gálvez.

A través de un contacto directo y personal con la supervisora de esta unidad, en el hospital algecireño surgió la oportunidad de crear un proyecto social de acompañamiento que permita hacer un poco más llevadera las horas de tratamiento que muchos pacientes tienen que hacer periódicamente en el centro sanitario.

“Son personas que tienen que estar enganchados a esa máquina durante varias horas, en muchos de los casos, y se nos ocurrió la idea de que podríamos crear dinámicas, actividades, juegos y más ideas para darles compañía hacerles, al menos, un poco más amena esa espera durante el tratamiento. Merecía la pena hacer la prueba y el resultado ha sido todo un éxito, estamos muy contentos”, relata. “Me acerqué algunos de los integrantes más mayores del grupo joven y los pacientes quedaron encantados. Nos pidieron que volviésemos, que lo habían pasado bien y había sido mucho más llevadero el tratamiento. Ha sido una experiencia muy gratificante y enriquecedora”, puntualiza Gálvez, en nombre de todo este proyecto.

Cuestiones así dan sentido a todo lo que promueven y generan las hermandades en la sociedad, una cara y perfil solidario que aporta a la comunidad y llega más lejos que las instituciones y administraciones.