En la primera mitad de la década de los setenta, tras el relleno efectuado por la Junta de Obras del Puerto en el litoral de la histórica Marina, se construyó un pequeño paseo ajardinado, dotado de algunos árboles y en el extremo próximo al acceso al puerto se instaló una fuente de regulares proporciones, de base rectangular, con un segundo y tercer pisos más pequeños, en disminución, en su extremo este. Los lados de los tres estanques estaban revestidos de lascas de piedra colocadas de canto. Poseía cinco surtidores que lanzaban potentes chorros de agua. La que brotaba de los surtidores superiores caía sobre los inferiores. Su finalidad era ornamental y, por lo tanto, embellecía notablemente la zona cercana el acceso a nuestro puerto. En la remodelación llevada a cabo hace unos cinco años, se eliminó tras llevar bastantes años sin uso. Ahora se extiende una explana desolada con la escultura del genial músico algecireño Paco de Lucia sobre una base troncocónica.

Casi contemporáneo a esta fuente se construyó un pequeño estanque de forma rectangular, cuyos bordes se adornaban con ladrillos vistos dispuestos en sardinel. Su interior contaba con tres surtidores que lanzaban sendos chorros de agua. Se hallaba en una especie de pequeña escalinata delante de la columna de fuste acabalado y capitel jónico que servía de base a la imagen de Nuestra Señora de la Palma. Este pequeño conjunto monumental se erigió en el espacio antaño ocupado por el edificio del Casino Cinema, entre la avenida Blas Infante, la calle Inmaculada y la actual plaza de la Mujer. Cuando se reformó esta zona a principios del presente siglo, fueron eliminadas la fuentecilla y las gradas, colocándose la columna en una esquina de la acera de la calle Inmaculada.

Fuente de la plaza de Neda.

En la actual plaza de la Mujer, antes de Menéndez Tolosa, tras la citada reforma se construyó hacia su lado norte una especie de estanque alargado, que terminaba por su lado sur en otro de inferior altura de forma cuadrangular, que poseía un surtidor en su centro. El agua brotaba del extremo norte del estanque oblongo y caía al cuadrangular. Como en esta ciudad las fuentes son poco estimadas, se decidió suprimir el flujo de agua y se convirtió todo el conjunto en un parterre con diversas plantas, tal como la podemos ver actualmente. Esa fuente tenía un diseño insólito, que hay que rastrear en algunas modernas fuentes diseñadas para los inmensos jardines de los palacios reales de la actual dinastía alauita de marruecos. Esto puede comprobarse con facilidad consultando la obra de Pakard sobre las artes decorativas tanto tradicionales como actuales en el vecino Marruecos.

En la plaza de la Inmaculada todavía se mantiene, pero sin manar agua de ella, una pequeña fuente formada por un estanque de forma circular, en cuyo centro se levanta el surtidor consistente en una columna con tras platos y cuya parte inferior se adorna con unos medios caballitos de piedra artificial. Similar a esta fuente eran la que se colocaron en los años ochenta en la plaza Neda, en su lado oeste y la del parque María Cristina, de la misma época, sita en una pequeña plaza en su lado oeste. La primera se sustituyó por la actual, formada por una columna con cuatro platos sobre una base circular, de la que afortunadamente mana agua; la segunda desapareció sin ser sustituida.

También hace poco tiempo se ha instalado una fuentecilla similar a las susodichas en el parque infantil del parque de María Cristina. En el lugar de esta fuente, hace ya unas cuatro décadas, existía un estanque con patos. Fue eliminado y en su sitio, cuando se reformó este parquecillo, se colocó un estanque de base poligonal, con varios surtidores de agua. Ahora luce una fuentecilla con caballitos, de la que fluye agua, por suerte.

Fuente en la zona infantil del Parque María Cristina.

Cuando en 1986 se construyó el complejo comercial de la plaza de Andalucía, se instaló una pequeña fuente con seis surtidores en forma escalonada en su esquina con la avenida de Blas Infante, cerca de colegio Gral. Castaños. Destacaba dentro de un jardín con diversas plantas. Al demolerse, a principios del presente siglo, aquella plaza de pirámides de vidrio y hierro y construirse la actual, esta fuente desapareció.

En el año 2006 se creó el parque de la Conferencia en terrenos ganados al mar en la avenida de la Hispanidad. En este agradable parque se instalaron dos estanques de similares características al que hubo en la plaza de la Mujer, antes comentado. Aún se mantienen, de tal manera que una lámina de agua discurre por una especie de acequia oblonga hasta desaguar en un estanque cuadrangular en su extremo.

Fuente del Parque María Cristina.

En el parque de María Cristina, además de las ya comentadas anteriormente, se mantienen tres fuentecillas. Una consiste en un estanque circular revestido de azulejos azules, en cuyo centro se eleva una columna con dos platos en forma parecida a unas valvas. Primitivamente una pequeña esfera coronaba esta columna. La flanquean dos prismas de base rectangular sobre los que originariamente descansaban sendas esculturas de animales mitológicos, los cuales fueron rotos y sustituidos por las de dos canes, a su vez también rotos y sustituidos por las actuales foquitas. Actualmente de ella mana agua, pero ha estado muchísimo tiempo seca. Esta fuente se encuentra en una placita a la derecha de la rotonda principal, junto al sector de los bonsáis. Otra fuentecilla representa un niño que vierte agua con un cántaro sobre una base en forma de copa; se encuentra en un camino perpendicular a la derecha del principal. La tercera fuente es de metal, consta de una columna y dos platos de perfil lobulado. Se levanta sobre una pilastra de ladrillo visto y azulejos. Se halla en el camino perpendicular izquierdo al paseo principal. Originariamente estuvo situada en otro lugar del parque, junto a unas pérgolas, dentro de un estanque con un brocal mixtilíneo revestido de azulejos, en los años treinta del pasado siglo; en los años sesenta se trasladó a la parte alta de calle Rocha, en su cruce con la de José Román, al ajardinarse. Se quitó de este lugar en la década siguiente y de nuevo se llevó al parque de María Cristina. En el lugar en que se encontraba se colocó un copón de piedra artificial que ha sido destrozado recientemente.

En la especie de pequeña plazuela en la intersección entre las calles Miguel Martín y Duque de Almodóvar, en los años ochenta se instaló una pequeña fuente que consistía en la figura de un niño sobre dos platos. Por desgracia, desapareció en una reforma posterior de la calle ya a principios del presente siglo. En el acceso a la urbanización Fuente Nueva, en la calle Jaén se encuentra una fuente de tres platos, de la que no mana agua. Otra fuentecilla muy pequeña se encuentra dentro del patio Grande, que comunica las calles Tarifa y de las Huertas. Este patio es muy curioso porque mantiene el tipo de corrala, con galerías superiores.

Cuando en los años setenta del pasado siglo se crearon los jardincillos que hay en las cercanías de la rotonda del Ave María, se construyeron a cada extremo de su paseo unos estanques circulares revestidos de piedra colocadas de canto, en cuyo centro brotaba un chorro de agua de un sencillo surtidor. Al poco tiempo dejó de manar agua y tras muchos años de abandono, con la reforma que le ha dado el aspecto actual, se eliminaron estas fuentecillas y se convirtieron en dos parterres con plantas.

Fuente en la rotonda del Ave María.

La rotonda del Ave María se encuentra adornada por una fuente de medianas proporciones, rodeada de unos jardines. Se construyó a principio del pasado siglo. Consta de un estanque circular dentro del cual el agua brotaba de varios surtidores concéntricos en torno a uno central, con diferente intensidad y altura. Se hallaba iluminada por un juego de luces que combinaba varios colores. Tras estar abandonada algún tiempo, se arregló, pero se simplificaron sus surtidores y se eliminó el juego de luces.

En la rotonda del antiguo varadero, en los años noventa del pasado siglo, se construyó una fuente de bastante amplia. Consta de una torreta prismática sobre la que antes se colocó la figura de una sirenita en torno a un mástil, ahora en el Rinconcillo, y posteriormente, la escultura de Paco de Lucía, ahora en la entrada al puerto. La base inferior tiene un perfil lobulado y la interior, sobre la que se yergue el cuerpo principal, circular. En cada uno de sus cuatro frentes se encuentran tres surtidores escalonados. Actualmente, la torreta no está adornada por ninguna escultura.

Fuente en la rotonda del antiguo varadero.

También de los años noventa del pasado siglo es la fuente del Milenio, de considerables proporciones. Se halla en la rotonda entre las avenidas Virgen del Carmen y de la Guardia Civil y el acceso a la barriada de las Colinas. Consta de un gran estanque con tres niveles; sobre el superior se levanta una alta y esbelta columna cubierta de bajorrelieves anillados que aluden a la historia de nuestra ciudad. Parece inspirada en la Columna Trajana del Imperio romano, sita en Roma. Fue obra del genial escultor Nacho Falgueras. En la parte superior de esta columna se colocó una luz a modo de antorcha, que más tarde fue suprimida. Desde lo alto de esta columna caía en cascada el agua hasta los estanques. Se eliminó y solo se dejó una lámina de agua. Ahora está seca. Por la noche se ilumina con un juego de luces en el que se combinan diversos colores, rojo, violeta, verde, azul, etc.

Fuente del Milenio.

En la plaza Virgen de las Lágrimas se colocó una fuente de tres platos sobre un estanque de perfil mixtilíneo. No llegó nunca a funcionar como fuente, y tras ser destrozada por los vándalos, el estanque se convirtió en un parterre para plantas. Solo queda el comienzo de su columna central. En la llamada plaza de Ceuta, en la avenida 28 de febrero, en la barriada de San García, se instaló una fuente formada por una columna con dos platos de perfil lobulado de metal y un estanque circular con pretil revestido de losetas. Carece de agua, como es natural en esta ciudad.

Fuente en la llamada Plaza de Ceuta, en la Avenida 28 de febrero.

Un pequeñito estanque con unos chorritos de agua se instaló en unos jardines en la avenida de la Marina cuando se colocó la estatua de Paco de Lucía. La estatua fue trasladada a la rotonda junto al antiguo varadero y en su lugar se puso un macetero.

Al construirse la barriada de San Bernabé, se instaló una cascada por la que descendía un flujo de agua desde la parte alta de la barriada hasta la avenida de Europa. Ya dejó de contar con el preciado líquido, como es lógico en Algeciras.

Como conclusión he de decir que nuestra ciudad carece de grandes fuentes monumentales que la embellezcan y le confieran categoría de verdadera ciudad. Los algecireños todavía no se han dado cuenta de que Algeciras es una ciudad. Es una asignatura pendiente que debe ser estudiada por quienes corresponda. Además, aunque parezca una obviedad, las fuentes están para que de ellas mane el agua; una fuente seca es una incongruencia.