El estanco de la Plaza Alta cumple 80 años de historia
Tribuna
José Roldán Jiménez fundó en 1939 la primera expendeduría de tabacos de Algeciras
Mi historia y la historia de la venta de tabaco en Algeciras comienza con un hombre, José Roldán Jiménez, teniente del cuerpo de carabineros retirado, que, tras su servicio como juez militar de diligencias preliminares, en agosto de 1939 le fue concedida la primera expendeduría de tabacos de la ciudad, situada donde actualmente está el local de General Óptica de la Plaza Alta. Pasan los años y ante la nueva construcción del edificio Plaza Alta, la papelería, librería, imprenta y expendeduría de tabacos Roldán pasa a la calle Real.
José tenía dos hijas, Francisca y Josefa Roldán Torres, la primera soltera y la segunda casó con José Roldán Galindo, capitán de artillería. Ante la jubilación de José, el negocio pasa a manos de Francisca, que mantiene a su cuñado de empleado hasta su muerte. Francisca, al morir sin descendientes, trasmite a su hermana Josefa la titularidad del estanco; José, mi abuelo, natural de Cúllar–Vega (Granada), se había pasado la infancia entre secaderos de tabaco y se convierte como empleado en la cara visible que muchos algecireños recordaréis detrás del mostrador.
Muchos cuentan la realidad de las mujeres del siglo pasado, asfixiadas bajo el peso de un yunque que suponía el matrimonio que coartaba cualquier atisbo de libertad e independencia, mas no era ese el caso de mi abuela Josefa, que en armonía con mi abuelo llevaron al compás el negocio. Hasta el punto de que ella siempre mantuvo la ilusión de devolver el estanco a la Plaza Alta y, cuando vio la oportunidad, fue decidida al promotor y compró el local donde actualmente se encuentra el estanco de la Plaza Alta.
José y Josefa, mis abuelos, ya no podían seguir detrás del mostrador (mi abuelo se mantuvo en actividad de expendedor de tabacos hasta ya cumplidos sus 85 años) y al frente de esta tarea se colocó su hija Angustias, quien en 1999 se hizo cargo del negocio familiar hasta hoy en día, que continúa alzando la persiana. Josefa falleció mucho después que su marido, un 12 de mayo de 2015, con 102 años.
Hoy en día el contrabando de tabaco, hermanado con el tráfico de drogas, es una epidemia que enferma toda nuestra comarca, y aunque las operaciones policiales contra los grupos y organizaciones criminales que se lucran con el tráfico de drogas varias se han incrementado en número y contundencia, parece que por ahora no nos terminan de sacar las castañas del fuego.
Por lo pronto, continuaremos, tras 80 años, alzando la persiana, dando los buenos días al servicio de Algeciras y los algecireños, un día más, en el estanco de la Plaza Alta.
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