Coronavirus

Dos meses de cocina solidaria en Algeciras

  • Los dueños de La Pingana llevan desde el 18 de marzo preparando altruistamente los menús para los usuarios del Comedor del Carmen, que tuvo que cerrar

  • Particulares, ONG, empresas, el Consejo de Hermandades y el Banco de Alimentos aportan los alimentos; Cruz Roja y Protección Civil hacen el reparto

Preparación de los menús del Comedor del Carmen de Algeciras en La Pingana

Preparación de los menús del Comedor del Carmen de Algeciras en La Pingana / Erasmo Fenoy (Algeciras)

Son las diez de la mañana. La cocina de La Pingana bulle con una actividad perfectamente organizada. En los fogones se guisan unas lentejas con arroz mientras David, Jesús y Rocío García, María Teresa Tovar, Patricia Montes y Susana Marín siguen el protocolo establecido de forma informal para dar de comer cada día a alrededor de 120 personas que acuden a la puerta del Comedor del Carmen (ahora cerrado) en busca del alimento del que carecen. Este martes tocan las lentejas junto a una botella de agua, pan y yogur o manzana de postre. Un menú saludable para personas que puede que no coman nada más en todo el día.

Esta familia de hosteleros ha sido la pieza clave del engranaje que ha permitido comer a quienes menos tienen en Algeciras desde el inicio del estado de alarma. Dos meses después, casi 5.000 menús repartidos, los improvisados cocineros del comedor del Padre Cruceyra aseguran que su labor solidaria "nos ha dado mucha vida, ha sido muy gratificante para nosotros hacerlo. Estoy seguro de que por mucho trabajo que dé lo vamos a echar de menos", resume David García.

Los hermanos acababan de abrir su nuevo negocio de comida para llevar en la calle Salvador Cabrera cuando se decretó el estado de alarma. Tras siete meses de obra, cerrado a los pocos días. Y cuando la crisis del coronavirus estalló se pusieron en contacto con el Ayuntamiento de Algeciras para preguntar si podían hacer algo por los muchos niños que dejarían de tener el comedor escolar, que para muchos aporta la única comida en condiciones de cada jornada. Ese problema estaba resuelto, les dijeron, pero había otro: el Comedor del Carmen, al que acuden cada día las personas con más dificultades de la ciudad, se veía obligado a cerrar ante la elevada edad de sus voluntarios, población de riesgo ante un virus altamente contagioso. Había que habilitar un sistema para no dejarles sin alimento. "Y nosotros que llevamos toda la vida viviendo por la zona y viendo llegar a gente a él no podíamos más que decir que ahí estábamos, que teníamos la cocina y estábamos sin trabajar".

El día 18 de marzo se lanzaron a la aventura de dar de comer a unas 120 personas cada día sin tener la materia prima para ello. "El primer día me fui a comprar lentejas, chorizo y botellas de agua", recuerda David. Ese fue el primer menú que cocinaron, en unas primeras jornadas en las que fueron tirando con una aportación económica del Ayuntamiento para comprar los materiales. 

Una de las usuarias del Comedor del Carmen muestra su bolsa con el menú Una de las usuarias del Comedor del Carmen muestra su bolsa con el menú

Una de las usuarias del Comedor del Carmen muestra su bolsa con el menú / Erasmo Fenoy (Algeciras)

Con el paso de los días empezaron a recabar ayuda para poder elaborar los menús. Y llegó en abundancia: el Banco de Alimentos, particulares, asociaciones como Luna y Nido Vacío, el Consejo de Hermandades y Cofradías de Algeciras (que ha aportado el pan diario), sus proveedores, Coordinadora. Por Bizum llegaban donaciones de 5 a 100 euros para que pudieran comprar. Los voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil los reparten de lunes a viernes a las puertas del comedor. "La mayoría de los materiales han sido aportación de la gente, ha sido lo más bonito que nos ha pasado. Nosotros hemos puesto el trabajo y encima lo hemos disfrutado, aunque ahora necesitaríamos unas vacaciones".  

No van a poder tomárselas. Ya han reabierto el establecimiento de comida a domicilio y ahora, después de preparar los menús del comedor empiezan con los pedidos de La Pingana. "Empezamos todos los días a las 7:30 y acabamos por la noche", explica David. Los menús del Carmen se emplatan en torno a las 11:30 para que los voluntarios se los lleven.

Así permanecerán unas semanas más hasta que Cáritas logre componer un grupo de voluntarios más jóvenes con el que retomar el servicio. En estas últimas semanas, tras abrir su negocio, el servicio se prestará mediante un contrato de emergencia que el Ayuntamiento de Algeciras está tramitando. Al ser ya un servicio empresarial, han derivado las donaciones de comida al Banco de Alimentos.

Cuando todo pase, quedará en sus alforjas una experiencia única: "Hay gente que escribe para agradecer nuestro trabajo y cada mensaje de esos llena, la de veces que hemos llorado de emoción al llegar un mensaje. Notas que hace falta", explica David. Y también aprovecha para instar a seguir con esa ola solidaria: "Muchas asociaciones están todo el año haciendo este trabajo y no se les da la importancia que tienen. Hay gente que vive gracias a esa labor que hacen y necesitan ayuda".

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