La calle Ojo del Muelle de Algeciras reabre tras seis meses de obras en un tramo de 70 metros

La calle Ojo del Muelle reabrirá al tráfico este lunes, 12 de mayo, después de seis meses cerrada por unas obras que, además de renovar el acerado y soterrar cableado, han permitido localizar uno de los vestigios más enigmáticos de la muralla medieval de Algeciras: la antigua Puerta del Mar, o Bāb al-Baḥr, como la llamaban los cronistas árabes.

Así lo ha anunciado este viernes la teniente de alcalde delegada de Vías y Obras, Yessica Rodríguez, quien ha detallado que los trabajos concluirán con la extensión de aglomerado en la intersección entre Ojo del Muelle y la calle Cánovas del Castillo, prevista para la tarde del lunes. Durante estos trabajos, que se prolongarán un máximo de dos días, se cortará el tráfico en la calle Pescadería. Los vehículos que deseen acceder al centro desde esta zona deberán hacerlo a través de la ya reabierta Ojo del Muelle.

La actuación comenzó el 4 de noviembre y ha sido ejecutada por la empresa Jaralia, con una inversión superior a los 200.000 euros, financiada por la Diputación de Cádiz. Aunque el Ayuntamiento estimó en un principio que las obras durarían tres meses, la intervención ha acabado duplicando los plazos y extendiéndose medio año.

Los trabajos han abarcado unos 70 metros de longitud y han supuesto una transformación integral del trazado, en una calle que tuvo un notable valor patrimonial, ahora bajo su subsuelo. Ojo del Muelle fue durante siglos el paso entre el muelle interior y las antiguas atarazanas, donde se construían y reparaban barcos en la orilla izquierda del río de la Miel.

En ese mismo punto, durante la intervención, aparecieron los restos de un arco ligeramente apuntado que, según los expertos, pudo formar parte de la legendaria Puerta del Mar. Esta estructura, de unos nueve o diez metros de altura, era el principal acceso de la ciudad a las aguas del Estrecho. Más que una simple entrada, era el umbral hacia el bullicioso puerto medieval que convertía a Algeciras en una pieza clave del comercio y la defensa en el mundo islámico y cristiano.

Pese al hallazgo, los restos no han sido rescatados ni musealizados. Según explicó en su momento la responsable municipal de Cultura y Patrimonio Histórico, Pilar Pintor, las condiciones del lugar —situado por debajo del nivel del mar y en una vía de uso diario— hacían inviable su conservación a la vista. Por ello, la antigua puerta fue cubierta nuevamente, aunque su descubrimiento ha permitido confirmar las fuentes históricas que situaban allí una de las entradas monumentales del recinto amurallado.