Después de cuatro décadas como profesor, investigador, autor de estudios, artículos y un largo listado de libros de historia, Antonio Torremocha decidió que era el momento de dar un giro más a sus publicaciones. No para alejarse de la historia, sino para acercarla de otra manera a su público. De esa necesidad de contar el pasado del Campo de Gibraltar y Andalucía de una forma diferente nació la novela La cruz de Belisario, primera de una trilogía que continúa ahora con La venganza del rey bastardo. Un nuevo relato histórico en el que el colaborador de Europa Sur aborda desde los ojos del caballero Pedro de Villaescusa la sociedad, intrigas y batallas que marcarían el siglo XIV y el futuro desarrollo de la comarca. Este miércoles 20 lo presenta en la Microferia del Libro de Algeciras, en el Museo municipal (19:00).

Torremocha aborda la historia sin textos de carácter académico y sin extensas bibliografías "que al final alejan a muchos lectores". El algecireño quiere volcar los conocimientos adquiridos durante toda una carrera investigadora en novelas basadas en el Medievo en el Sur de Europa y norte de Marruecos, bajo el convencimiento de que la novela histórica debe partir de un conocimiento profundo de la época de la que se escribe, "no puede escribirla cualquiera". En el caso de este nuevo volumen, el autor vuelve a dos de sus episodios más estudiados, la batalla del Salado y el cerco de Algeciras, que permitió la incorporación de al-Yazirat al-Jadra a la Corona de Castilla.

La novela parte del juicio a Pedro de Villaescusa, capitán de la guardia del rey Pedro I y defensor de sus derechos frente a las pretensiones de su hermanastro Enrique de Trastámara. Al morir el soberano, el caballero es acusado de falsos delitos y condenado a prisión perpetua, donde escribe el relato de su tumultuosa existencia.

Así, en primera persona, recuerda su infancia en Sevilla como hijo bastardo de un rico mercader, su búsqueda del fabuloso Puerto del Oro y su apresamiento por los corsarios de Salé. Villaescusa pasa ocho años como esclavo en un taller de alfarería, donde desarrolla sus habilidades como artesano, un momento que Antonio Torremocha aprovecha para explicar las particularidades de la alfarería en la época a partir de los estudios realizados sobre los restos conservados en el museo municipal de Algeciras.

El protagonista es rescatado por una escuadra castellana cuando estaba condenado a galeras y retorna a Sevilla para convertirse en abastecedor primero del ejército castellano y después en escudero de Fernando de Villaescusa, participando en la batalla del Salado y la conquista de Algeciras por el rey Alfonso XI. Posteriormente asciende a la orden de caballería de la Banda y es nombrado capitán de la guardia de Pedro I, cargo con el que participaría en la guerra por el trono entre este y su hermanastro y por el que sería injustamente encarcelado.

Aquí termina la novela, publicada por la editorial Publish Way, pero no la serie. Para final de año verá la luz la tercera parte de la trilogía, La cautiva de la Alhambra, en la que el autor aborda el reinado de Muhammed V. Y trabaja ya en una cuarta novela en un marco temporal distinto y que protagoniza el bibliotecario de Alhakén II, segundo califa omeya de Córdoba. Un nuevo episodio para, a través de las aventuras de los personajes, acercar la historia de los territorios y los usos y costumbres de otra época al gran público.