VI Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía

Sara Baras conquista Algeciras con sombras y silencios

  • Magistral espectáculo de la bailaora de San Fernando, que sobrecoge a un abarrotado parque María Cristina 

Sara Baras deslumbra en Algeciras / JAVIER CHAPARRO

Silencios, sombras que se pasean por el escenario, profundos y misteriosos cantes. Y por entre ellos aparece Sara Baras para reinar en el VI Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía. Algeciras ha podido disfrutar de nuevo a la bailaora de San Fernando, a la artista universal. Al tercer espectáculo, la vencida. El parque María Cristina ha lucido sus mejores galas y se ha llenado para no perderse detalle de todo cuanto ha ejecutado una de las mejores intérpretes del mundo, si no la mejor. 

Baras habla con los pies. Con el sonido de sus tacones sobre las tablas. Establece un diálogo constante con el auditorio y no se deja sobresaltar por la reacción feliz del público en forma de aplausos. A esa conversación añade cada gesto preciso, cada modulación y velocidad adecuada. 

Es muy complicado hacer con un público de cultura mediterránea lo que hace ella. Porque aunque el espectáculo se llame Sombras, más sobrecogedores resultan, si cabe, los silencios que conquista con facilidad apabullante. El dominio de esas pausas es sencillamente memorable

Esta crónica estaría incompleta si no se mencionasen en ella las magníficas voces de dos cantaores que acompañan a Sara Baras en esta propuesta con la que ahora recorre los teatros del mundo entero. El toledano Israel Fernández sonó por farruca, precisamente el palo que la bailaora reivindica en este espectáculo y que tradicionalmente estaba reservado a los hombres. Y sus cantes se alternaron con los del Rubio de Pruna. Sensacionales ambos. 

Hecha esta acotación, el baile reinó en la velada refrescada por el poniente. Un baile dominador, que llena el escenario y que tiene en la velocidad, la precisión, el genio y la estética sus principales coordenadas de expresión. Con ellas logra Baras lo mejor a lo que puede aspirar todo artista en casi cualquier disciplina: emocionar. 

La artista isleña incluye en un tramo de su muestrario su propia voz que habla del profundo significado de las sombras. Fue uno del instantes en que se demostró la gran calidad del cuadro de bailaores y músicos que triunfan junto a ella en esta gira. La llevan en volandas de forma dinámica, chispeante. Pura tensión y ni un segundo de interés que desperdiciar. 

Lo había anticipado y lo cumplió. La mezcla equilibrada de técnica -majestuosa en este apartado- y de corazón es la receta perfecta para el éxito. Y así lo ha conquistado en Algeciras, en el encuentro dedicado a su amigo Paco de Lucía (patrocinado por Europa Sur). Sin perder un ápice de argumentos en ni una ni la otra parcela. Matrícula de honor. 

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