Sucesos

La Policía Nacional descarta el homicidio y el asesinato en la muerte de Carli en el hueco de un ascensor

Grafiti, antes de terminarse, en recuerdo de Carli en la calle Salamanca.

Grafiti, antes de terminarse, en recuerdo de Carli en la calle Salamanca. / Jorge del Águila

La Policía Nacional de Algeciras no ha encontrado indicios de hechos delictivos detrás de la muerte, el pasado 27 de mayo, de Carli, un conocido vecino de la calle Salamanca cuyo cadáver apareció sobre el techo del ascensor del número 1 de la avenida Virgen del Carmen.

La investigación policial no ha encontrado signos de violencia en el cuerpo del querido ex alumno del colegio Salesianos y ha descartado que la causa de la muerte fuera el homicidio. Según ha podido conocer Europa Sur de fuentes policiales, la principal hipótesis que barajan los investigadores es que el fallecimiento se tratara del trágico resultado de un accidente. 

El cadáver fue hallado alrededor de las doce del mediodía por un técnico de la empresa Schindler. Según ha podido conocer Europa Sur, el cuerpo sin vida se encontraba sobre el techo del aparato, parado en la planta 2º. El fallecido cayó desde la última planta del edificio, la 11º.

Al lugar se desplazaron efectivos de la Policía Nacional, bomberos y un furgón funerario. Durante dos horas, los agentes cortaron la entrada al bloque, en cuyos primeros pisos se ubican varias oficinas y, en los demás, viviendas. Varios vecinos tuvieron que aguardar en este tramo del Paseo Marítimo para poder acceder a sus casas.

El cuerpo fue sacado del hueco del ascensor y trasladado  al Instituto Anatómico Forense para que le fuera practicada la autopsia.

El suceso causó un hondo pesar en el barrio y especialmente, en el colegio Salesianos, del que cual Carli fue alumno. El día 28,  en la parroquia de María Auxiliadora y San Isidro se ofició una misa en su recuerdo en la que estuvieron presentes, entre otros allegados, el hermano del fallecido. Su madre murió hace unos años. 

La familia vivía en una casa de la calle Salamanca, muy cerca de la citada iglesia. Desde joven, Carli comenzó a padecer problemas mentales que se agravaron por el consumo de drogas. Pasó varias veces por un centro de rehabilitación de la ciudad, sin éxito. Desde la parroquia cuentan que sufría enajenación mental y que se le prestaba ayuda siempre que Carli lo permitía. Todo el barrio le conocía porque solía pedir dinero a la puerta de los comercios. Recibía una pensión, que no le llegaba, añaden desde la iglesia. Muchas noches no dormía en casa. "Era un alma libre", explicaron desde el templo de María Auxiliadora antes de comenzar la eucaristía. 

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