Algeciras

Muere Andrés Avelino, el histórico cura obrero de Pescadores

  • Albañil y pescador, creador de la casa de acogida La Esperanza y protector de los inmigrantes y los pobres, el sacerdote fue protagonista de los movimientos sociales de los últimos 50 años en una ciudad que amaba

El padre Andrés Avelino, el histórico cura obrero de Pescadores

El padre Andrés Avelino, el histórico cura obrero de Pescadores

Ha muerto Andrés Avelino González Pérez, el eterno cura obrero de Algeciras, el amigo de los trabajadores y de los inmigrantes y, sobre todo, el alma de una barriada, la de Pescadores, que siempre le consideró como a un padre porque él la defendió con uñas y dientes. 

Ha muerto a los 81 años, tras algunos días enfermo en el hospital Punta de Europa, y a su legión de amigos (más que amigos, admiradores) le asaltan decenas de anécdotas, historias de cuando luchaba junto al movimiento sindical o cuando se lanzaba a los campos a recoger a los inmigrantes perdidos que llegaban en patera. 

"Sé que soy un cura atípico, no sé decir la misa como se dice normalmente porque para mí no es una carretilla, sino que es una mesa en la que siempre decimos algo muy bonito. La gente me ayuda, la hacemos todos. Creo que Jesús nunca dijo la misa en el templo sino entre la gente y con la gente", explicaba en agosto de 2016 a Europa Sur en una de las pocas entrevistas a las que accedió en su vida

"Nunca me he puesto la sotana, ni para decir misa, pero no porque sea absurdo sino porque me siento uno más, he hecho una opción que me ha dado la Iglesia, el poder consagrar y hacer presencia de lo que no es una presencia física sino espiritual", argumentaba.

El padre Andrés, que en agosto de 2008 recibió la Medalla de La Palma, nació en Robredo de Sobresierra (Burgos), un pueblecito de Castilla y León. Su padre fue capitán y comandante de la Guardia Civil, de Burgos, y la familia, muy religiosa, lo acompañó a Logroño, luego a Galicia, Ponferrada, León y de ahí a Medina Sidonia. Estudió Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar de San Bartolomé, en Cádiz, y fue ordenado sacerdote en 1970. En cuanto tuvo la oportunidad se quedó en Algeciras porque era entonces una zona muy deprimida tras el cierre de la frontera con Gibraltar. Durante toda su vida sacerdotal fue párroco de San Pedro y San Francisco Javier. Eso le permitió establecer un vínculo emocional muy fuerte en Pescadores, donde siempre estuvo entre la gente. Tanto que se desempeñó como peón de albañil o pescador tras formarse en la Comandancia de Marina, siempre en Algeciras. 10 años estuvo embarcado. 

Tenía una mala salud de hierro. Le operaron de colon, de una hernia y de una caída. Recibió hace años un  tratamiento de quimioterapia. En las últimas semanas le había detectado una neumonía y una obstrucción intestinal. Contra eso luchaba ahora cuando ha dejado a su barrio huérfano. 

Un día, en una mesa de Eucaristía, alguien dijo que Jesús también viajaba en las pateras.  Él y otras tres personas que tenían coche empezaron a intentar a ayudar a los inmigrantes, que recogían cuando deambulaban por las zonas rurales de la comarca. De ahí, a dar cobijo a otras personas que lo necesitaban solo hubo paso. De ahí nació la casa de acogida La Esperanza, un emblema de la solidaridad y trabajo social de la parroquia que permanece cerrada por el Obispado pese al convenio firmado en 2015 con el Ayuntamiento. 

Miguel Alberto Díaz, un histórico del sindicalismo en la comarca, afirma que la de Andrés Avelino fue "un ejemplo de vida" que convertía al que estaba con él "en mejor persona. "Lo conocí hace 50 años, estaba montando el grupo Scout de Pescadores con otros dos curas, Ramón, que era abogado de Comisiones, y Pere Arana, que fue después presidente del Puerto. Trabajaba en los barcos de pesca. Estuvo en todas las movilizaciones de los pescadores. Un día hubo un mitin del Partido Comunista, él estaba en la puerta para entrar y hubo una represión por parte de la policía fascista y lo arrastraron de la barba un montón de metros y le metieron una paliza. Cuando se bloqueó el puerto de Algeciras, era el que llevaba la comida para los pescadores. Le pusieron policías para vigilarlo porque tenía inmigrantes ilegales en la parroquia". 

Reacciones

El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, también ha expresado su tristeza por el adiós del cura de Pescadores, del que ha destacado “su intenso compromiso social, que nunca abandonó y compatibilizó con su ministerio pastoral". "Se dedicó en cuerpo y alma a ayudar a quienes más lo necesitaban, no solo en su barrio y su feligresía, sino que se convirtió en un importante apoyo para quienes llegaban desde otros países empujados por la necesidad”. “El trabajo con los inmigrantes y la gestión de la casa de acogida La Esperanza, anexa a la parroquia, centraron su trabajo, y eso le valió la gratitud de muchos, así como el reconocimiento de la ciudad", ha explicado.

"Fue un algecireño de adopción, corazón y convicción, por lo que todos sentimos su marcha, especialmente quienes le conocimos bien y tuvimos la suerte de participar el 26 de junio de 2018 en la Parroquia de la Santísima Trinidad en la Eucaristía que sirvió como despedida de su sacerdocio. Por ello enviamos a sus familiares, amigos y compañeros en el Presbiterio nuestro abrazo más sentido en estos momentos de tanto dolor”, ha finalizado el alcalde.

El viceportavoz municipal del PSOE, Fernando Silva, lo ha calificado como "un buen cristiano y obrero": "Apoyó y ayudó a muchas personas y causas. Lo notaréis por cuántos somos los que le recordamos hoy. En pie queda su obra, representada en la memoria de todos nosotros y en las paredes de su parroquia, incluida la casa de acogida La Esperanza, cerrada todavía para vergüenza de algunos. Descanse en paz".

En julio de 2016 lo jubilaron como sacerdote, pero nunca se separó de su barrio. No cobraba pensión como cura, sino como trabajador. "Acerté en venir a Pescadores", decía. Descanse en paz, padre Andrés.  

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