Manuel Natera, in memoriam

Pido de antemano disculpas por abusar de la generosidad de Europa Sur para volver a dar las gracias públicas a la ciudad de Algeciras por el cariño hacia mi marido y, a la vez, pedir disculpas por omitir algunos agradecimientos en mi anterior carta publicada debido a la confusión emocional del momento tan doloroso que vivimos. Es de justicia rectificarlo.

En primer lugar quiero mostrar nuestro más sentido agradecimiento a la persona que en solitario esperaba recibir a nuestro querido padre y esposo en la puerta de Nuestra Señora de la Palma: al ilustrísimo señor José Ignacio Landaluce, alcalde de Algeciras, detalle que quedará por siempre en nuestros corazones.

A don Gerardo Landaluce, presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras y querido compañero de mi marido en la directiva de esta entidad durante muchos años. Y hago extensivo el agradecimiento a todos los compañeros del Puerto que nos acompañaron en su despedida.

Agradecer el pésame recibido del rector de la Universidad de Cádiz (UCA), representado en el funeral por la profesora universitaria y delegada de la UCA en el Campo, doña María José Foncubierta, a la que nos consta su admiración y cariño a la figura de mi marido: "A esta Comarca nuestra le harían falta varios Manuel Natera, nos iría mucho mejor".

Al centro del Campo de Gibraltar de la UNED, cuya directora, doña Rosario Arias, tuvo a bien recordar en la reciente inauguración de su curso académico la dedicación y huella docente de mi esposo como profesor titular de dicho espacio académico desde su fundación en 1974. Gracias de corazón por la mención que van realizar en su recuerdo.

Al vicario del Campo de Gibraltar, don Juan Janeiro, y al reverendo padre don Vicente Peña por las homilías ofrecidas tan sentidas, que fueron muy comentadas.

Gracias, gracias y gracias a tantos algecireños anónimos, que siguen contándome anécdotas de mi marido. Alumnos universitarios de la UCA y de la UNED (hoy ya profesionales) que me dan el pésame por "el profesor", como le llamaban cariñosamente.

Entre esos algecireños anónimos, agradecer a la señora que se me acercó el día de las elecciones para contarme cómo mi marido sirvió "para abrir puertas y allanar caminos" a personas necesitadas de la comarca en su cometido como delegado comarcal del MOPU y gerente del Plan de Desarrollo; eso sólo no vende y lo que hizo quedará en el olvido, como si no hubiese estado aquí nunca. Señora, sus palabras siempre irán conmigo pero, como mi queridísimo marido está ya en otras latitudes impregnado de polvo de estrellas y luceros, seguro que habrá Alguien allí que sepa valorar lo que aquí hizo.

Por último, agradecer al señor director Europa Sur por la gentileza de dejarme expresar mis sentimientos en su dignísimo periódico.