Personajes históricos del Campo de Gibraltar

Gustavo Bacarisas, pintor gibraltareño

  • En Sevilla alcanzó la culminación de su carrera artística tras un periplo por las principales ciudades de Europa y Estados Unidos

  • Gibraltar le nombra Hijo Predilecto en 1961 y el Ateneo de Sevilla le concede la Medalla de Oro en 1966

Autorretrato (Museo de Bellas Artes de Sevilla).

Autorretrato (Museo de Bellas Artes de Sevilla).

Bacarisas nació en Gibraltar el 23 de septiembre del año 1873. Era hijo del pintor Gabriel Bacarisas, residente en la colonia inglesa y perteneciente a una familia acomodada que procedía de la isla de Menorca que se había trasladado a Gibraltar en el siglo XVIII. Siendo adolescente ingresó en la Escuela de los Hermanos Cristianos Irlandeses en su ciudad natal, en la que recibió una educación católica y comenzó a mostrar su interés por el dibujo y la pintura, sin duda siguiendo la tradición familiar e influido por la presencia de las obras realizadas por su progenitor.

En 1892 recibió una beca patrocinada por un grupo de comerciantes e industriales gibraltareños encabezados por el señor John Imossi, lo que le permitió marchar a Italia y estudiar en la Academia de Bellas Artes de Roma. En la capital italiana coincidió e hizo amistad con varios jóvenes pintores españoles que estudiaban en la Academia de España de Roma, como Eduardo Chicharro y Agüera, Manuel Benedito y Vives y Fernando Álvarez de Sotomayor. Viajó por varias ciudades italianas, entre ellas Venecia y la montañosa Cadore, cuyos paisajes urbanos aparecen en algunos de sus lienzos. En 1906 y en los dos años siguientes viajó a París y a Londres. En esta ciudad conoció la pintura de los paisajistas ingleses lo que, al parecer, influyó en su obra futura, en especial los paisajes de William Turner, abandonando definitivamente Italia en 1908. Durante su estancia en Londres fue invitado por la Royal Academy para que expusiera en su Salón Anual. Bacarisas colgó un cuadro titulado Algeciras.

'Algeciras y la Bahía' (1907). 'Algeciras y la Bahía' (1907).

'Algeciras y la Bahía' (1907).

Desde Italia marchó a Tánger, destino obligado para todos los pintores paisajistas españoles de principios del siglo XX, atraídos por el exotismo y el ambiente oriental de las ciudades del Norte de África. En 1910 viajó a Buenos Aires, ciudad en la que expuso una serie de cuadros realizados en Marruecos y otros con escenas de la Pampa argentina, lo que le sirvió para que, al año siguiente, lo nombraran profesor de la Academia de Bellas Artes de Buenos Aires. Al año siguiente viajó a los Estados Unidos, exponiendo en galerías de Nueva York, Pittsburg y Filadelfia.

En el año 1913 trasladó su residencia, con carácter casi definitivo, a Sevilla, atraído por la belleza de la ciudad y sus tradiciones, en la que alcanzaría la culminación de su carrera artística. Pronto el pintor gibraltareño se integró como un ciudadano más en la vida social y artística de la capital andaluza. En 1915 pintó el cuadro de gran formato, hoy en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, Sevilla en Fiestas, considerado una de las principales obras del museo sevillano de influencia modernista e impresionista. De la misma época es el cuadro Fiesta, de temática similar, que se expone en el Museo Carmen Thyssen. En el Museo de la Colección Bellver se custodia un excelente óleo titulado La judería del barrio de Santa Cruz. En 1917 realizó el cartel de las prestigiosas Fiestas de Primavera de Sevilla, pintó paisajes y escenas festivas y recibió encargos para decorar, con coloridas cerámicas, fachadas de viviendas, negocios y sedes oficiales de la ciudad. Unos años antes, en 1915, había diseñado la azulejería de la fachada del edificio Villa de Reinosa y una tienda de una familia de Cantabria, situada en Triana, en la calle Pagés del Corro. En la parte baja se pueden ver el nombre del local y el nacimiento del río Ebro. En la parte alta, cuadros cerámicos representando a la esposa, la hermana y los hijos del propietario.

'Fiesta' (1915), expuesto en el Museo Carmen Thyssen. 'Fiesta' (1915), expuesto en el Museo Carmen Thyssen.

'Fiesta' (1915), expuesto en el Museo Carmen Thyssen.

En 1918 hizo un viaje a Granada, pues quería pintar los espectaculares paisajes urbanos de la ciudad nazarí: la Alhambra y el Albaicín. Un año más tarde, el Ayuntamiento de la ciudad en la que había fijado su residencia y había ennoblecido realizando tantas y tan valiosas obras de arte, lo nombró Hijo Adoptivo de Sevilla.

En 1921 participó en una exposición en el Palacio de Bibliotecas y Museos de Madrid, en la que expuso cuarenta y cuatro obras, una buena parte de ellas cuadros pintados durante su estancia en la ciudad de Granada, además de dibujos, esculturas y proyectos de azulejería como complemento a la arquitectura y once vasos de cerámica decorados por él. En ese mismo año pintó El estanque de los mirtos, que se expone en el Museo Reina Sofía. En 1922 viajó a Suecia para realizar los decorados y diseñar la indumentaria de los actores de la obra Carmen en el teatro Real de Estocolmo y, también, fue contratado con el mismo cometido para la representación de El Amor Brujo en su estreno en el Teatro Español de Madrid. En 1924 fue contratado por el director de teatro Charles Cocharan para realizar los decorados de la ópera Coppelia, que se estrenó en el Trocadero de Londres ese año.

De vuelta a España, se desplazó por varios pueblos sevillanos y por barrios de la ciudad para plasmar las escenas castizas y los paisajes urbanos de las citadas ciudades, aunque desde el año 1926 se dedicó a participar activamente en las labores artísticas relacionadas con la celebración de la gran Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Realizó uno de los carteles oficiales de tan relevante evento, así como diseñó cerámicas para rotular fachadas de empresa y comercios. Le fue encargada la decoración de azulejería del Pabellón Real y el de la República Argentina.

Cartel anunciador de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Cartel anunciador de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.

Cartel anunciador de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.

Los veranos de los años 1927 y 1928 los pasó en Tosa de Mar, (Gerona) para descansar y, al mismo tiempo, pintar sus paisajes marítimos. Y en 1929 se trasladó a Cuenca con el mismo objetivo. Al año siguiente participó, en Sevilla, en la Exposición de Bellas Artes de Primavera con siete cuadros, obteniendo un enorme éxito.

En 1936 se hallaba en Madrid en los días del Alzamiento Militar de julio. Logró salir de la ciudad y trasladarse a Francia y, desde allí, a Gibraltar. Antes de que acabara la Guerra Civil, en 1938, volvió a viajar a Marruecos, pasando por Tánger y Casablanca y, dos años más tarde, viajó a la isla de Madeira en la que permaneció hasta el año 1945, cuando retornó a Sevilla y se integró, de nuevo, en la sección de Bellas Artes del Ateneo de la ciudad. En 1950 fue nombrado Académico Correspondiente Extranjero de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. En 1961 su ciudad de nacimiento reconoció la enorme relevancia alcanzada por uno de sus ciudadanos, nombrándolo Hijo Predilecto de Gibraltar. Y en 1966 se le otorgó la Medalla de Oro del Ateneo sevillano.

Fue un artista polifacético, conocido principalmente por su pintura, pero que cultivó también la escultura en la que destacan sus bronces Tanagra andaluza y Cabeza de joven gitana; la azulejería aplicada a la arquitectura y la ornamentación cerámica y la escenografía, como ya se ha referido. Su estilo luminoso y con fuerte ramalazos modernistas, de gran cromatismo impresionista, aportó un concepto nuevo a la pintura andaluza, con un original sentido decorativo, pero captando la fuerza de las escenas populares y los paisajes urbanos de Sevilla, Granada y otras ciudades españolas, no siempre andaluzas, pues viajó y pintó paisajes en Segovia, Arcos de la Frontera, Cuenca, Tosa, Aroche y Madrid.

Gustavo Bacarisas falleció en Sevilla el 7 de enero de 1971. En su ciudad natal, Gibraltar, se ha abierto una Galería de Arte que lleva su nombre en Casemates Square.

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