Este candil de piquera, con número de inventario 1.442, es una pieza singular del Museo Municipal de Algeciras. Los candiles tenían una función práctica de alumbrar en los hogares de las casas medievales; es islámico y tiene unas características que lo hace distinto dentro de la funcionalidad que tenía y único por varios motivos.

A primera vista, es un candil de cerámica blanca amarillenta de una longitud de 12,90 cm de largo y 60 cm de altura con un gollete amplio por donde se llenaba de aceite la cazoleta, el cual tenía un diámetro de 6,30 cm y una piquera de 3,50 cm. Estas medidas hacen del candil una pieza ni muy grande ni demasiado pequeña. Tiene un asa que va desde la parte posterior de la cazoleta hasta el gollete, pero sin entrar dentro, y la parte delantera tiene el espacio abierto llamado piquera que sirve para la colocación de la mecha con una parte sumergida en el aceite de la cazoleta y la otra en el extremo de la piquera por donde aflora la mecha que, al encenderse, alumbraría.

Un detalle de este candil es su decoración, se puede observar que utiliza líneas negras sencillas, simples, desde el gollete hasta la cazoleta, alternadas con gotas amplias de vidriado melado elaborado con óxido de plomo. Si nos fijamos la decoración está realizada en todos sus lados; el artesano que lo creó quiso darle un toque personal y de calidad a su trabajo, haciéndolo único y al gusto de ese momento.

La utilización del vidriado de una forma parcial alternando líneas negras de manganeso, consigue que tenga una personalidad propia. Esta forma de decorar se utilizaba en más objetos de la vida cotidiana como jarritas, jarros y otras vasijas, decoración que irá evolucionando y cambiando según el siglo en el que estemos, siendo poco habitual encontrar objetos decorados con personas o animales debido a la prohibición de representar estas figuras según la tradición islámica, aunque, como en muchos casos, hay excepciones a esta regla.

La tipología de este candil es interesante ya que podemos encontrarnos en una transición. Uno de los elementos que se modifican más visiblemente en los candiles son las piqueras. En época califal son muy anchas y según pasan los siglos va disminuyendo en anchura hasta que en el siglo XII ya son rectas, cortadas a cuchillo antes de cocer la pieza.

En la base de nuestro candil se aprecian cortes limpios, realizados posiblemente con algún elemento cortante pero sin hacerlo de forma general, presentando una piquera a medio camino. Otro elemento que nos da pistas para ver su cronología es el asa, si esta entra en el gollete es de una etapa antigua. En nuestro caso no es así ya que el asa aparece junto al gollete sin entrar en él, lo que nos indica que es de una etapa histórica posterior, entre final del califato, reinos taifas, no llegando a la etapa plena almorávide. Posiblemente su construcción se realizó entre los siglos XI-XII.

Todos estos motivos hacen de este candil una pieza única en cuanto a decoración y nos invita a visitar el museo donde podremos verlo en su plenitud y observarlo junto a otros candiles de la época.