Marcaje estrecho

Alberto Grimaldi

Bendito 'brexit'

A menos de cien días para que se celebre el referéndum convocado por el primer ministro británico, David Cameron, para que sus compatriotas decidan si salen o no de la Unión Europea, una encuesta publicada esta misma semana por The Daily Telegraph dibuja un Reino Unido profundamente dividido sobre la cuestión y ligeramente inclinado hacia el denominado brexit. En concreto, el sondeo otorga un 52% a los partidarios de salir de la UE y un 45% a quienes apuestan por permanecer.

En este contexto no es de extrañar que en Gibraltar, donde hay una unánime postura contra la salida de la Europa unida, estén cada vez más inquietos por la incertidumbre y temerosos de que triunfe el brexit.

El Gobierno de Gibraltar está dedicando no pocos esfuerzos políticos, ni escasos recursos económicos, para hacer campaña en favor de la permanencia. Es lógico. El anacronismo colonial de Gibraltar no tiene sentido en la UE, pero paradójicamente la condición de estados miembros de España y Reino Unido otorga un marco que beneficia a su interés de mantener el status quo. En cambio, si se quedan fuera del paraguas comunitario, el perjuicio para sus intereses sería importante. Empezando por que la Verja se convertiría en frontera exterior, con controles mucho más severos y sin derecho a la libre circulación de personas que da sentido a la Unión.

Esa inquietud y temor han quedado perfectamente reflejada en las últimas fechas. Primero por el viceministro principal, Joseph García, quien dijo ante unos estudiantes yanitos de visita en Bruselas que "Gibraltar quedaría a merced de España". Y esta misma semana el jefe del gobierno local, Fabian Picardo, que no ha tenido empacho de mentir sobre la postura del Gobierno español y del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, justo el mismo día que se daba a conocer un informe para el Comité de Exteriores de la Cámara de los Comunes, en la que se dice nada menos que el brexit enfatizaría "la amenaza de España al bienestar democrático, político y económico de Gibraltar". Ahí queda la barbaridad. Yo apoyo sin fisuras la permanencia. Conste. Pero bendito brexit si permite que a estos políticos yanitos se les caiga la piel de cordero con la que pretenden cubrirse, mediante propaganda pagada, pero que no esconde que realmente no quieren diálogo con España, sino confrontación permanente, como buenos populistas que son. También destapa sus vergüenzas respecto a que el brexit demostraría, contra lo que pregonan, la absoluta vigencia del Tratado de Utrecht y del derecho de retrocesión de España. Y finalmente, desnuda también, contra sus mentiras oficiales, que los británicos no decidirán el 23 de junio pensando precisamente en cómo afecta a Gibraltar.

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