María Vera, nutricionista: “Alimentarse bien no es comer perfecto”
16 de octubre | Día de la Alimentación
La experta en nutrición comparte su visión sobre cómo disfrutar de la comida sin culpa, educar a los más pequeños desde el plato y mantener una dieta equilibrada incluso en los días de estrés
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En una consulta donde conviven menús semanales, libros de nutrición y peluches con forma de frutas, María Vera (Algeciras, 1989) atiende a pacientes de todas las edades que buscan algo más que perder peso: quieren reconciliarse con la comida. Su espacio en la clínica Hönd, en el centro de Algeciras, y en Laura Conesa, en Tarifa, refleja su filosofía: aprender a nutrirse con equilibrio, educación y disfrute.
Graduada en Nutrición Humana y Dietética, María está especializada en educación nutricional, patologías digestivas, nutrición deportiva y trastornos de la conducta alimentaria. Su trabajo combina el rigor científico con la cercanía y la pedagogía, tanto con adultos como con niños.
“En una despensa siempre tiene que haber verduras en botes envasadas, conservas, legumbres, pasta y arroz”, explica. “Los alimentos ricos en azúcar pueden estar en casa, pero no el 80% de la despensa; un 10% está bien, y no deben ser de consumo diario”. La nutricionista insiste en que podemos tener algunos de nuestros alimentos azucarados favoritos en casa, pero no para consumirlos de forma habitual.
Entre sus tres consejos básicos para mejorar la alimentación diaria, Vera destaca “hacer mucho hincapié en frutas y verduras” y cocinarlas de formas distintas para que resulten más apetecibles. “La comida saludable debe ser agradable a la vista y al paladar”, subraya.
Cuando se le pregunta cómo se aprende a comer bien, su respuesta es clara: “Es básico aprender a cocinar o mostrar interés por ello. Así se pueden crear platos apetecibles y saludables. Si no tenemos interés, acabaremos haciendo comidas rápidas que no van a estar tan buenas”.
En el caso de los más pequeños, señala que “si desde bebés les damos los alimentos enteros, van a mostrar más interés por la variedad de comidas. Si siempre se los damos en purés, los rechazan más y les cuesta más sentarse en la mesa familiar”.
La nutricionista también reivindica el papel de la educación alimentaria como una herramienta de futuro. “Va a determinar la salud de los hijos y evitar enfermedades en la vida adulta. Si desde pequeños se come saludable, vamos a evitar mucho medicamento y muchas enfermedades”, afirma.
La comida saludable debe ser agradable a la vista y al paladar. En definitiva, ser apetecible
En un contexto donde el tiempo escasea, Vera propone una solución práctica: la planificación. “Elaborar un menú semanal nos evita improvisar con lo primero que encontramos y garantiza una alimentación equilibrada, variada y saludable. Además, preparar bases de comidas que sirvan para dos platos diferentes ahorra tiempo y esfuerzo”.
Y es que para ella, alimentarse bien no es una cuestión de perfección, sino de equilibrio: “Alimentarse bien no es comer perfecto. Es elegir alimentos que te hagan sentir bien física y emocionalmente. Cuidar la calidad de lo que comes, pero también cómo, cuándo y con quién. Ser flexible: hay espacio para lo saludable y también para lo que simplemente te apetece. La comida es placer, nutrirse y no castigo ni premio”.
Recientemente convertida en madre, María Vera ha incorporado a sus redes sociales consejos sobre el inicio de la alimentación sólida en bebés, acompañando a otras familias en este proceso. Además, prepara un curso para padres primerizos —o no tanto— que quieran aprender a guiar este paso tan importante.
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