Vivir el sur

Leer en verano: una opción muy recomendable para mayores y pequeños

  • Esta época del año es una magnífica ocasión para retomar el hábito de la lectura e incentivarlo especialmente en los menores

El verano ofrece mucho tiempo libre para dedicarse a la lectura

El verano ofrece mucho tiempo libre para dedicarse a la lectura

Una de las actividades más reconocidas del verano, ya sea en la playa, en casa o en tu lugar de descanso de vacaciones, es la lectura. Este periodo del año es el ideal para desconectar de la rutina habitual del resto de meses, y por ello nos dedicamos a cualquier iniciativa o hobby que nos permita disfrutar y evadirnos. De todos ellos, no debemos olvidarnos de la lectura ya que uno de sus beneficios demostrados es que reduce los niveles de cortisol, hormona que se genera con el estrés, y el verano es un magnífico momento para continuar o retomar este hábito.

Lectura y tiempo libre

La relación entre el aumento del tiempo libre y del índice de lectura en la población española es directa, tal y como se demostró en el ejemplo más drástico que vivió nuestra sociedad recientemente. Con la pandemia, el confinamiento obligatorio y la anulación de eventos de ocio y tiempo libre provocó un destacado aumento del índice de lectura medio en la población, algo que se ha ido consolidando con el tiempo.

Esta mejora de los índices de lectura se produjo en todas las comunidades autónomas y se reflejó además en casi todos los tramos de edad de la población, tanto en hombres como en  mujeres.

De hecho, aunque ya durante el pasado año se fueron recuperando paulatinamente las actividades sociales, la lectura se ha mantenido como una actividad de ocio más para caso dos tercios de la población española, tal y como indicaba el barómetro de hábitos de lectura del Ministerio de Cultura y Deporte.

 ¿Qué tipo de lectura elegir?

El tópico dice que para un periodo de descanso y relajación como debe ser el verano son más recomendables las lecturas más ligeras. Estando de vacaciones, lo ideal a priori debería ser elegir obras fáciles de leer que te ofrezcan un rato de entretenimiento y sin mucho esfuerzo de concentración para nuestro cerebro.

Sin embargo, también existe la opinión contraria, avalada además por expertos e importantes autores como el escritor Jorge Carrión: “Las obras ligeras son las más apropiadas para los meses de vida laboral, [...]  Y las obras más complejas son perfectas para los largos días en la playa o los largos trayectos de avión”.

Mucho más contundente, pero en la misma línea de opinión, fue la escritora polaca y Premio Nobel de Literatura en 1996 Wislawa Szymborska en una conocida reflexión: “No sé de dónde ha salido esa idea estúpida de que hay que elegir lecturas ligeras para las vacaciones. Es todo lo contrario: esas lecturas ligeras deben leerse -si es que en realidad es posible leer algo- antes de acostarse, después del trabajo o las labores de casa, cuando resulta difícil encontrar esa concentración que requieren los libros más serios”.

Por ello, también podemos tener en cuenta que nuestras vacaciones pueden ser el momento idóneo para echar mano de esos libros que suelen quedarse en nuestras estanterías esperando a que tengamos el tiempo suficiente como para afrontar su lectura.

Aunque al final, todo es una cuestión de opinión y decisión personal con lo que, simplemente, elige lo que te apetezca en cada momento. Ya sea una novela corta y sencilla, una lectura más densa y esforzada, o retomar alguno de esos clásicos que te marcaron durante tu infancia. Cualquier opción es posible. 

La importancia de la lectura para nuestros hijos

Está sobradamente demostrado que fomentar el hábito de la lectura es tremendamente positivo y beneficioso para el desarrollo personal de los más pequeños, suponiendo además una mejora directa y casi inmediata en su rendimiento escolar. Por eso el verano, cuando más tiempo libre tienen, es un momento perfecto para animarlos a adquirir un hábito de lectura continua.

Sin embargo, tal y como dice Emili Teixidor en su libro La lectura y la vida (Columna), las lecturas obligatorias a las que se somete a los más pequeños son contraproducentes, con lo que el fomento del hábito no debe ser impuesto ni condicionado a un tipo de lectura concreto. “No importa qué, ni cuánto se lea, lo importante es leer”, afirma Teixidor, para el que la mejor forma de inducir a nuestros hijos a la lectura es predicar con el ejemplo, “Tanto padres como educadores deben leer delante de los niños para lograr despertar su interés”.

Por su parte, la educadora Erica Hernández Lombardo, en su artículo Beneficios de la Lectura en los niños para la Fundación Salud Infantil, ya advierte que la colaboración de la familia resulta una herramienta imprescindible. Son ellas las que pueden inculcar el gusto por la lectura desde edades muy tempranas, antes incluso de que aprendan a leer, con un hábito tan conocido como el de leerles un cuento cada noche.

De esta forma inicial con los más pequeños, y fomentando el gusto por la lectura autónoma después, haremos que nuestros hijos puedan beneficiarse de diferentes aspectos positivos como: ampliar sus capacidades de imaginación y creatividad; mejorar su capacidad de atención, concentración y abstracción; mejora de su memoria y lenguaje y fomentar el desarrollo de sus habilidades sociales y gestión de sus emociones.

Además, la lectura en familia crea un vínculo afectivo ente el adulto y el niño muy importante. Con todo ello, hay sobradas razones para que, tanto adultos como pequeños no dejemos olvidados los libros en verano.

 

 

 

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