Vivir el sur

Descubre la historia de los túneles de la II Guerra Mundial y la cámara secreta del Peñón de Gibraltar

Túneles de la II Guerra Mundial.

La posición de Gibraltar siempre ha sido un punto de interés en los conflictos bélicos. Durante la II Guerra Mundial desempeñó un papel importante que no todo el mundo conoce, pues, con la entrada de Italia en el enfrentamiento y Alemania dominando Europa, el Peñón tomó aún más valor y se convirtió en el refugio de un gran número de tropas en una red de túneles de unos 52 kilómetros de longitud (Gibraltar mide 6,8 kilómetros cuadrados).

La red oculta, construida para la Operación Tracer por encargo de Churchill, no fue redescubierta hasta 1997. Allí no solo se ha hallado el sistema de túneles, también se ha identificado una cámara secreta que tenía una función posiblemente determinante si Gibraltar hubiera caído en poder de los alemanes. En el interior de esta estancia permanecerían seis hombres escondidos para informar de los movimientos a Reino Unido.

Con el comienzo de la guerra, los civiles fueron evacuados de la Roca convirtiéndose esta en el alojamiento de tropas y en un lugar de almacenamiento de equipos y de suministros, por lo que debía aumentar la protección. Todo ello dio origen al sistema de túneles en las profundidades del Peñón.

El espacio quedó dividido en túneles y pasadizos complejos que recibían el nombre de calles de ciudades inglesas. Fueron necesarias cuatro compañías especializadas en la construcción de estas estructuras para llevar a cabo la difícil tarea que se extendió durante meses.

Finalmente, dos túneles principales, el Great North Road y el Fosse Way, fueron los que conectaron el resto, permitiendo así la movilidad por dentro del Peñón sin que los enemigos pudieran ver a los soldados. La Base de Operaciones se situaba en el sureste, mientras que la Cueva de San Miguel se utilizaba como hospital de emergencia, aunque en el interior del sistema había espacio para una sala de hospital. También contaban con un generador eléctrico, una planta desalinizadora de agua, una central telefónica, un almacén de alimentos congelados, una panadería, depósitos de municiones, aseos y duchas, un taller de reparación de vehículos y pasadizos dañados y alojamiento para 16.000 soldados. Con ello podrían aguantar hasta 16 meses en caso de asedio.

Otro dato de interés de este proceso fue el destino de los escombros extraídos durante la obra de los túneles. Estos se usaron para extender la pista del aeródromo, algo destacado, puesto que ayudó durante la invasión del norte de África a manos de los Aliados en 1942, ya que la pista ampliada podía alojar aviones más grandes.

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