Diario de una gran hazaña | Capítulo 8 (27 de diciembre de 2019)

La flota de Magallanes vuelve a la mar

  • La expedición a las Molucas concluye dos de semanas de estancia en Río de Janeiro y pone rumbo suroeste a la búsqueda del paso marítimo al otro océano

  • Magallanes sorprende otra vez al decretar un segundo relevo al frente de la nao 'San Antonio'

Las cinco naves de la flota de Magallanes han permanecido 14 días fondeadas frente a las costas de Brasil.

Las cinco naves de la flota de Magallanes han permanecido 14 días fondeadas frente a las costas de Brasil. / D.C.

De vuelta a la mar. Exactamente dos semanas después de tocar tierra en Río de Janeiro –una zona de Brasil que Magallanes ha rebautizado como Santa Lucía– la denominada expedición a las Molucas ha reemprendido su viaje con la vista puesta en el paso marítimo que, según los cálculos del capitán general de la flota, está a aproximadamente 10 ó 12 singladuras y que permitirá el paso al conocido como Mar del Sur que descubriera Vasco Núñez de Balboa en 1513.

De esta manera las cinco naos capitaneadas por la Trinidad han puesto rumbo suroeste costeando esta zona septentrional del nuevo continente que descubriera Cristóbal Colón hace ahora 27 años.

La expedición a las Molucas inicia por tanto el tramo crucial del viaje patrocinado por Carlos I, ya que el objetivo primordial ha sido desde el primer momento encontrar ese paso transoceánico que permita a estas embarcaciones llegar a la Especiería navegando siempre hacia Occidente y no como hacen los portugueses, que mantienen activa su propia ruta, esa que les lleva a circunvalar África a través del cabo de Buena Esperanza y buscar luego la Especiería cruzando el Océano Índico. Es más, Magallanes, y así lo cerró con Carlos I en las capitulaciones de Valladolid del año 1518, ve factible que su expedición pueda llegar a las Molucas, cargar los barcos de especias y regresar a España en un plazo máximo de dos años.

Antes de partir, la expedición vivió con ilusión la fiesta de la Navidad, en la que el momento crucial fue la celebración de una misa a la que acudió una importante representación indígena. Algunos de ellos, incluso, fueron bautizados por los sacerdotes incluidos en la expedición española. Estas tareas de evangelización suponen, de facto, otra de las órdenes fijadas por Carlos I facto, antes de que la flota partiera de Sanlúcar el pasado 20 de septiembre.

Justo antes de zarpar de Santa Lucía la flota de las especias ha experimentado dos novedades. Una de ellas es la inclusión entre la tripulación de un mestizo que el piloto Juan Lopes Carvalho asegura que es hijo suyo, fruto de una relación mantenida en este enclave de Brasil en un viaje anterior.

Por otro lado, Magallanes ha vuelto a sorprender a todos al decretar ayer mismo, día 19, el segundo relevo al frente de la nao San Antonio. Si durante la travesía del Atlántico decidió el cese como capitán de este barco de Juan de Cartagena, el veedor de rey en esta expedición, y su sustitución por Antonio de Coca, que era el contador de la flota, ahora ha optado por cederle el mando de esta nao a Álvaro de Mesquita, a la sazón primo del propio Magallanes. Este relevo no ha hecho sino acrecentar las protestas y la desconfianza contra el almirante portugués.

Ayudado por el viento terral imperante en esta zona las cinco naves buscan ya lo que se llama el Mar del Plata, aunque con cierto temor a la presencia de caníbales. Y es que la tripulación es conocedora de que hace apenas cuatro el español Juan Díaz de Solís y varios de sus compañeros expedicionarios llegaron hasta este enclave y fueron apresados, asesinados, descuartizados, asados y devorados por una tribu indígena.

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