Un linense en pekin

"Las medallas están difíciles, pero voy a darlo todo"

  • Rafa Trujillo se prepara en su día descanso para afrontar la cuarta jornada de regatas. Son muchos los meses de preparación y los sacrificios, pero el linense, décimo en la clasificación, no da nada por perdido.

Es la una del mediodía, hora española, pero en el lejano oriente el día pega ya sus últimos coletazos. En China son las seis de la tarde, pero Rafa Trujillo encara ya el último tramo de un largo día de descanso. A las siete la cena y luego, a la cama. Mientras aguarda el final del día, hace unos arreglos a su barco antes de otro día de regata, el cuarto. De fondo, en uno de los dos contenedores de la zona de amarre española, suena un canción que entre el cachondeo y el buen ambiente acerca a Rafa un poco más a España, al sur, a su casa. Suena el “Qué viva España” de Manolo Escobar.

Se habla mucho de la buena experiencia que supone para los deportistas la estancia en la Villa Olímpica, ¿cómo es la vida allí y qué diferencia hay con las instalaciones de Atenas?

Yo he estado ya en dos olimpiadas y te puedo decir que esta es la mejor Villa Olímpica de la historia. Las instalaciones son increíbles porque los organizadores se han volcado en ellas. El lado negativo para los deportistas de vela es que estamos en otra ciudad, Qingdao, y entonces el ambiente no es el mismo que el que hay en la Villa de Pekín. Es algo más aburrido, parecido al de una regata normal. No se tiene la oportunidad de conocer a deportistas famosos de otras disciplinas. Los españoles aquí somos una familia. El lado positivo de China es la gente. Están tirando la casa por la ventana y son muy agradables. Son muy serviciales e intentan ayudar en todo.

¿Qué hace usted en su día a día en la villa?

En un día normal me levanto a las siete de la mañana y me voy al gimnasio. A las nueve desayuno y a las diez planifico el día con el entrenador. Luego a las doce entreno. Por la tarde trabajo de nuevo con el fisio y a las siete de la tarde ceno. Sobre las diez me acuesto. Los días de regata son diferentes. A las once tienes que estar ya en el barco porque hasta la zona de competición hay una hora de remolque. La regata empieza a la una. Hoy es mi día descanso y no he entrenado. He trabajado con el fisio y hemos analizado donde me equivoque en las últimas dos regatas, en las que los resultados no fueron buenos.

¿Quienes son sus vecinos en la Villa?

Los checos. Son muy diferentes a los españoles pero hay un gran ambiente con ellos. Yo guardo una gran amistad con Michael Maier, que fue compañero mío una edición de la Copa América.

¿Estuvo en el desfile de la ceremonia de inauguración?

No tuve la oportunidad, porque al otro día comenzaba la competición de Finn aquí en Qingdao. Por lo que me han comentado los compañeros del equipo ha sido una cosa espectacular. A los chinos en estos de los fuegos artificiales no les ganas nadie. Lo vi por televisión y me pareció increíble. Yo ya pude vivir la experiencia de un desfile en Atenas 2004.

¿Se va a la Villa Olímpica de Pekín cuando termine su competición o se vuelve para España?

No lo sé todavía. Depende de como acabe. En cada uno de los últimos tres meses de verano he pasado 20 días entrenándome aquí. Estoy un poco cansado de esto. He pasado poco por España entre competiciones y preparación. Así que si los objetivos no son los esperados, no sé lo que haremos.

¿Echa de menos la comida española?

Aquí tenemos nuestro propio cocinero y comemos nuestra comida. No comemos nada de fuera. La comida es buena, pero no es lo mismo que la comida de una madre o una tapa en un bar de La Línea que los spaghetis de la dieta para los entrenamientos. Cuando llevas un mes comiendo lo mismo te cansas.

¿Está en contacto con la gente de La Línea? ¿Cómo cree que se está viviendo allí su participación?

Hablo mucho con mi familia y me consta que mucha gente trata de seguir las regatas por internet. Muchos me mandan también mensajes de apoyo a través de mi web y por eso quiero agradecérselo desde aquí. Pero el hecho de que la competición no se esté retransmitiendo por televisión hace que llegue a mucha menos gente. La vela está un poco abandonada por los medios en estos Juegos.

Se ha comentado mucho el perjuicio que supone para los deportistas la gran contaminación de las grandes ciudades china, ¿le ha afectado?

En los últimos meses los organizadores se ha trabajado mucho para eliminar el problema. Llevo viniendo aquí los últimos tres años para preparar la cita y la contaminación es increíble. Pero el cierre de fábricas y otra medidas han echo que desde la última vez que llegue aquí para quedarme ya para las olimpiadas se haya mejorado mucho. Antes prácticamente no se veía el cielo y ahora todas la noches se ven las estrellas.

Tal vez no se están cumpliendo los objetivos esperados, ¿le perjudica el circuito y las condiciones de la zona?

Hemos pasado los últimos tres años preparándonos para los Juegos Olímpicos. Por mis cualidades y condiciones sabíamos que la zona y el viento no eran favorables. Poco viento, mucha corriente, más físico y riesgos. Pero teníamos dos opciones: venir e intentarlo o no acudir. Me he sacrificado mucho para hacer el mejor papel posible y adaptarme a las circunstancias. He perdido 16 kilos. Ahora las medallas están difíciles, pero sólo pienso en seguir luchando, darlo todo y mejorar en la regata de mañana. Antes podría ser el 30 del mundo sin viento, ahora voy clasificado el diez.

¿Qué es lo que más le ha sorprendido de Qingdao?

Los rascacielos. Son edificios de 50 plantas y casi todos tienen proyectados barcos de vela y un montón de luces. Es espectacular. Lo peor a veces es el clima. No estamos acostumbrados que a una temperatura de 40º caiga un diluvio. Es difícil habituarse al monzón y a la humedad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios