Morante de la Puebla cumple su promesa y conquista San Fermín a lo grande con toros criados en Tarifa

El torero sevillano borda dos faenas memorables con un lote exigente de Álvaro Núñez, en una tarde de toreo puro, estocadas perfectas y emoción desbordada en Pamplona

El próximo paseíllo del maestro será el 18 de julio en La Línea de la Concepción

Morante de la Puebla bendice Pamplona desde Estafeta: de blanco, con mocasines rojos y sin perder ojo al encierro

Morante de la Puebla, durante la clamorosa vuelta al ruedo en Pamplona, lanza una colchoneta inflable al público.
Morante de la Puebla, durante la clamorosa vuelta al ruedo en Pamplona, lanza una colchoneta inflable al público. / Jesús Diges

Lo zarandeaban a hombros por las calles de Pamplona, por la plaza del Castillo, camino del hotel La Perla, cuando el sol del miércoles 9 de julio ya se ocultaba. Era la imagen del triunfo: Morante de la Puebla, emocionado y en volandas tras firmar dos faenas magistrales que le valieron la primera salida a hombros de su carrera en la feria de San Fermín. Una conquista que se le había resistido y que ahora lleva el nombre de Tarifa: los toros de Álvaro Núñez, debutante en la plaza pamplonesa, proceden de esa tierra de viento y mar en el extremo sur de Cádiz.

El quinto festejo de abono de la feria congregó a 19.500 personas en una tarde calurosa y de gran expectación. El lote de Morante fue el más serio de la corrida: dos toros de gran romana, el primero un castaño cinqueño, el segundo un melocotón que salió con el genio del encierro aún en la piel. Ambos con nobleza, aunque de distinta condición. Al primero le faltó fondo; al segundo, temple. Pero a los dos les sacó el alma un Morante inspirado, técnico, ajustado, entregado.

La faena al primero fue un ejercicio de precisión en espacio mínimo. Entre las rayas del tercio, frente al tendido de capotes, bordó tres tandas por la derecha y dos al natural, sin ligazón larga pero con hondura y pureza. Estatuarios cosidos con el natural, molinetes de autor, toreo a pies juntos y un abanico final con sello propio. La estocada, en lo alto, fue inapelable. La oreja, de clamor.

El cuarto parecía destinado al trámite: toro difícil, protestón, con el peligro del resabio y una banderilla caída que amenazó con estropear la lidia. Pero entonces llegó el milagro. Cerrado en tablas, Morante lo enceló doblándose con arte antiguo y abrió una faena que fue una cascada de soluciones, de muletazos de una y otra mano, de naturales de trazo eterno, de remates por bajo, de molinetes de rodillas y hasta giraldillas de invención sevillana. Una obra inesperada, intensa, emocionante. La estocada final, impecable, rodó al toro sin puntilla. El público, ahora sí entregado por completo, pidió con fuerza la segunda oreja. Y Morante, en volandas.

Más allá del triunfo artístico, sobresalió también el rigor con la espada. Si la muleta fue inspiración, la espada fue ciencia. Dos estocadas perfectas, de ejecución limpia y certera, que completan el toreo total. Porque si algo ha demostrado Morante en los últimos años es que también domina esa suerte suprema con pureza y perfección técnica.

Morante, con dos grandes estocadas, sale por la Puerta del Encierro de Pamplona.
Morante, con dos grandes estocadas, sale por la Puerta del Encierro de Pamplona. / Jesús Diges

También brilló el debut ganadero. Álvaro Núñez, joven criador gaditano que ha heredado la estirpe de Núñez del Cuvillo, dejó su impronta no solo en los toros, sino también en las cámaras. Su intervención matinal en TVE fue celebrada por su claridad y valentía: "Maravillosa la cobertura de los encierros, pero queremos el mismo trato para el toreo; fijaos si el toro da miedo, que por las mañanas corren delante 500 tíos y por la tarde hay uno que se queda quieto, se lo pasa cerca y crea arte".

Morante, por fin, ha salido a hombros en Pamplona. No solo cumplió su empeño de quedarse hasta El pobre de mí, sino que lo hizo con arte, verdad y personalidad. Y con toros de Tarifa, que ya han hecho historia en San Fermín.

El próximo compromiso del genio de La Puebla será el sábado 18 de julio en La Línea de la Concepción con toros de El Capea y San Pelayo.

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