El actor Ramiro Oliveros ha fallecido en la noche del jueves en Madrid a los 82 años. Era viudo de la cantante Concha Márquez Piquer, hija de Concha Piquer, y durante los últimos veinte años estuvo apartado de la escena y de los platós tras un período de mayor popularidad entre los años 70 y 80. A raíz de su matrimonio con Márquez Piquer sus apariciones fueron más esporádicas.

Junto a una profusa trayectoria en el teatro fueron las adaptaciones de obras en TVE las que le hicieron ser conocido por el gran público. Fue uno de los rostros que jalonaron el recordado espacio Estudio 1 y debutó en televisión en un espacio de esas características en la Segunda Cadena, Hora once, de piezas breves.

Entre los montajes en que participó destaca la versión de Las bacantes, en el Festival de Teatro Clásico de Mërida, en 1978 o El gran teatro del mundo, de Calderón, en el Centro Cultural de la Villa de Madrid en 1981.

Entre las series en las que intervino figura un gran clásico como Los gozos y las sombras, sobre la obra de Gonzalo Torrente Ballester, un éxito de 1982 que ha sido repuesto en distintas ocasiones y en telecomedias más recientes como Todos los hombres sois iguales, en 1998.

Entre las películas, su carrera cinematográfica se cimentó a lo largo de los años 70, en papeles de galán, con títulos menores y películas vinculadas al destape como El pantano de los cuervos (1974), Terapia al desnudo (1975) o La chica del pijama amarillo (1977).

De su relación matrimonial con Concha Márquez Piquer tenían una hija, Iris. Oliveros fue un apoyo fundamental para su mujer cuando murió en accidente de tráfico en EEUU, en 1986, su hija Coral, fruto del matrimonio de la cantante con el diestro Curro Romero.