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El teatro de Baelo consolida su papel como atractivo turístico

Mil doscientos espectadores, muchos en autobuses, llenan las tres funciones de 'Contaminatio', la primera obra

Actores y actrices de El Aedo que han abierto la temporada veraniega en Baelo Claudia. / E.S.
José Manuel Serrano

06 de agosto 2019 - 06:00

Tarifa/La programación del VII Festival de Teatros Romanos de Andalucía no ha podido comenzar mejor en Baelo Claudia, en Tarifa. Cuatrocientos espectadores en cada una de las tres funciones inaugurales. Lleno absoluto para ver Contaminatio, la primera de las obras previstas este verano en el conjunto arqueológico por parte de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía. El de Bolonia, y el de Itálica, en el municipio sevillano de Santiponce, son los afortunados, antiguos y rehabilitados escenarios que este año viven las representaciones. Málaga queda este 2019 fuera de la programación estival. Y es que en su teatro romano hay obras ahora, pero por parte de operarios que acometen trabajos pendientes y no de actores y actrices que hagan las delicias del respetable.

El interés del público y de los operadores turísticos por esta iniciativa es evidente. El viejo mundo romano que quedó en Andalucía es capaz de generar economía, como tantas veces se dice. En la última representación de Contaminatio en Bolonia podían contabilizarse, en el aparcamiento del centro de interpretación, hasta cuatro autobuses de veraneantes procedentes de hoteles de la costa gaditana.

A esto hay que sumar quienes llegaron en sus vehículos particulares. Se colgó el cartel de 'No hay billetes'. Había espectadores atravesando el control de acceso desde bastantes minutos antes de las nueve de la noche. Con algo más de una hora de antelación sobre el momento fijado para el inicio del espectáculo. Las cosas han cambiado mucho desde los inicios de este festival. Hace casi una década todo era bien diferente. Las compañías han sabido leer las demandas que tiene un público eminentemente turístico en esta época veraniega y para estos escenarios.

Han visto que ni los textos, los guiños, ni las bromas o las historias de un autor de hace dos mil años se parecen, siquiera de lejos, a las que puedan gustar y entretener a un espectador de las citas teatrales de nuestro tiempo. Pasados los primeros minutos de saberse en un graderío con milenios de antigüedad y con el encanto de una loma que se asoma al conjunto arqueológico y la ensenada, el público normalmente sentía que su ilusión se esfumaba. Y su interés caía muchos enteros. A partir de entonces todo era paciencia hasta que la representación terminase. Nada que ver con la actualidad. Las adaptaciones reinan en el panorama teatral clásico, aunque se mantenga la raíz de cada historia.

El graderío del teatro, atestado de público instantes antes del comienzo de 'Contaminatio'. / E.S.

La programación que resta tiene una pinta fenomenal. Ahora vienen Las niñas de Cádiz. Representarán su obra El viento es salvaje los días 7, 8, 9 y 10 de agosto a las 22:00. Está basada en Fedra y Medea. Y anuncian que "nuestro nuevo espectáculo es una reflexión lúdica y 'jonda' sobre la suerte. Sobre los celos y la culpa, las pasiones y los amores prohibidos".

El 14 y el 15 será el turno de Clitemnestra a cargo de Producciones Equivocadas. "Muestra la revisión del mito clásico y huye de la tradición machista de la historia. Rescata a una mujer víctima de una sociedad consolidada por y para los hombres". Sin permiso es un espectáculo flamenco que trae la bailaora Ana Morales los días 16 y 17 de agosto. Y el teatro reaparece en el programa con Agripina, rara avis, los días 21 y 22. Será el Ballet Flamenco de Andalucía el que lo cierre 29, 30 y 31 de este mismo mes.

La noche en que Plauto casi mata de risa al público

Cae la noche en Baelo Claudia. Pleubucles trata de suicidarse ridículamente con un cuchillo de plástico que no asustaría ni a un niño y los cuatrocientos espectadores que siguen sus andanzas desde las gradas del teatro gritan divertidos... "¡¡Nooo!!". La escena ocurre enmarcada en la representación de Contaminatio, obra del clásico autor romano Plauto pero tan adaptada al siglo XXI que se hacen bromas sobre Bankia, el Real Madrid, la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre o la tonadillera Isabel Pantoja. Una locura. La peculiar versión de esta obra pertenece al grupo El Aedo Teatro. Y ha llegado al yacimiento hispanorromano de Tarifa gracias al VII Festival Teatros Romanos de Andalucía.

Como su propio nombre indica, en este caso es una mezcla de clasicismo y modernidad presidida por la carcajada. Como dirían los romanos, un totum revolutum pleno de humor.

Los actores y actrices de El Aedo mantienen un ritmo trepidante, de constantes entradas y salidas del escenario por casi diez puertas que simulan un barrio. Hay engaños, bromas y enredos que mantienen al respetable absorto y muerto de la risa el 90% del tiempo. El 10% restante es para números musicales que funcionan muy bien como separadores entre las distintas etapas del texto de Plauto.

La historia es sencilla y compleja a la vez. Miles Gloriosus es un militar con medias de futbolista que regresa de la guerra. Se supone que le espera su prometida Venusia, pero ella no ha perdido el tiempo y está embarazada del joven y patético Pleubucles. Megadoro es un rico amanerado y entradito en años, que también pretende a la bella Venusia. Realmente poco tiene que hacer en esta combinación de ambiciones sentimentales, pero su dinero es muy tentador. Los enamorados Venusia y Pleubucles echan mano del esclavo Palestrión para que les ayude a estar oficialmente juntos a cambio de engañar al militar, a Megadoro y a todo el que se ponga por delante.

Al estar en el centro de tanto enredo, el esclavo Palestrión, que controla todas las claves y deseos de cada personaje, es el que lleva el peso de la obra. Lo interpreta el actor Rubén Frías de forma absolutamente magistral. Hay un instante en que se disfraza de vedette de revista y se autodenomina Erótica que va a ser difícil borrar del recuerdo de quienes hayan visto la obra en Baelo. El Aedo ha dejado en el teatro romano-tarifeño la impronta de compañía súper profesional que cuida los detalles y entrega un espectáculo cuidado hasta el último detalle. Desde la iluminación y la música pasando por los diálogos -extraordinariamente trabajados- hasta el vestuario y el ritmo narrativo.

La obra viaja ahora a Itálica, en Santiponce, en el Aljarafe sevillano. En esta localidad estará sobre las tablas del teatro los días 21, 22, 23 y 24 de agosto.

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