La plataforma 'Tarifa no se vende' denuncia vertidos de corcho blanco en la zona del Olivar

El colectivo acusa a una obra de viviendas de dispersar poliestireno expandido y otros residuos en calles, zonas verdes y entornos naturales, y exige al Ayuntamiento una actuación urgente

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Fragmentos de corcho blanco o poliestireno expandido (EPS) en la zona del Olivar, en Tarifa.
Fragmentos de corcho blanco o poliestireno expandido (EPS) en la zona del Olivar, en Tarifa. / Tarifa no se vende

La Plataforma ciudadana Tarifa no se vende ha presentado ante el Ayuntamiento de Tarifa una denuncia formal por la presencia de residuos de construcción en la zona del Olivar. Según el colectivo, los restos más abundantes corresponden a fragmentos de corcho blanco o poliestireno expandido (EPS), un material empleado en la gran obra que se ejecuta actualmente para levantar garajes, trasteros y viviendas.

El poliestireno, por su ligereza y fragilidad, se fragmenta con facilidad y está siendo arrastrado por el viento hacia calles, aceras, zonas verdes y espacios de paso peatonal, alcanzando también áreas naturales cercanas. A este material se suman restos de cemento y pladur.

Desde la plataforma advierten de que se trata de un residuo “altamente persistente y dañino”. El corcho blanco no es biodegradable y puede tardar siglos en desaparecer. En su proceso de degradación, se descompone en microplásticos que se dispersan con facilidad, llegando a cauces, playas y mares. Una vez en el medio natural, puede ser ingerido por aves, peces y otros animales, provocándoles lesiones internas, obstrucciones o incluso la muerte. Además, libera compuestos químicos que contaminan suelos y aguas.

El colectivo acusa a la empresa promotora de no adoptar las medidas necesarias para contener y gestionar los residuos, lo que supondría un incumplimiento de la normativa municipal, autonómica y estatal en materia de residuos de construcción y demolición.

En su escrito, Tarifa no se vende reclama al Ayuntamiento varias actuaciones urgentes: la retirada inmediata de los residuos dispersos, la imposición de medidas preventivas que eviten nuevos vertidos, la apertura de un expediente sancionador si se constatan incumplimientos y el refuerzo de la vigilancia municipal en la zona afectada.

“Esto no es solo un problema estético, es un problema ambiental de largo alcance”, subrayan desde la plataforma, que recuerdan que el poliestireno expandido es una “amenaza silenciosa” para la biodiversidad y que la única estrategia eficaz frente a este tipo de contaminantes es la prevención.

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