Provincia de Cádiz

Así trabaja la Unidad de Buceo de la Armada en Cádiz: 15 artefactos explosivos neutralizados en 2022

La bomba neutralizada en Algeciras por la Unidad de buceo de Cádiz.

La bomba neutralizada en Algeciras por la Unidad de buceo de Cádiz. / Jesús Marín

La visita de Diario de Cádiz a la Unidad de Buceo de Cádiz, en la base de Puntales, se tiene que retrasar a última hora. El equipo de desactivación de explosivos ha recibido un aviso desde Sancti Petri de la aparición de un posible artefacto y tienen que salir para la zona. Activados 24/7, esta actuación se convierte en el ejemplo de lo que ha sido el último diciembre de actividad en la unidad, después de que el temporal de principios de mes revolviera el fondo del mar y trajera hacia la costa estos artefactos, que bien pueden confundirse con una piedra y con los que hay que tener cuidado.

No es su única función, "es una pata pequeña", porque la UNBIDIZ realiza mantenimiento a flote y submarinos de unidades de la Armada y averías entre otros. Pero en este 2022 ha desarrollado un total de 15 intervenciones de desactivados de posibles artefactos explosivos, "un volumen dentro de lo habitual pero con más activaciones respecto a los dos últimos años" en su zona de competencia, "el ámbito marítimo desde Huelva hasta Granada, con Ceuta, Melilla y la isla de Alborán", explica el comandante Emilio Velo Bustelo, jefe del equipo de desactivación, que muestra los restos de proyectiles, bombas o bengalas que conservan tras las neutralizaciones en el pañol de su base gaditana. 

"Se suele encontrar todo tipo de material de diferentes épocas y procedencias, como proyectiles de diferentes calibres, misiles, bombas de aviación, minas submarinas y bengalas de marcación marina. Concretamente las últimas actuaciones en la provincia de Cádiz los han llevado a la playa de Camposoto, zona de Torregorda, Puerto de Bonanza (Sanlúcar), Sancti Petri, Calas de Roche y playas de Conil y desde Algeciras a la Línea de la Concepción", cuentan. 

Y es que aunque se encuentra material actual, bien de uso militar por la cercanía de distintas instalaciones importantes en los alrededores o bengalas de uso marítimo, hay de todo. Sin duda una de las actuaciones más importantes fue la de Algeciras, donde tuvieron que neutralizar bajo el mar una bomba de la Segunda Guerra Mundial. "Creemos que del ataque de los italianos a Gibraltar que no llegaron a costa", añade, apasionados también de la historia que intentan rebuscar en cada artilugio encontrado. "Contenía su explosivo intacto y se encontraba en las cercanías del puerto de Algeciras", concretan.

"Al riesgo del explosivo hay que sumar el riesgo de la inmersión en sí", comenta el subteniente José Luis Sánchez Caucín. "Los tiempos en fondos son muy pequeños, aunque tenemos unos equipos que nos permiten estar más tiempo". "En el agua todo el peligro se multiplica, por la temperatura, por si hay visibilidad, por si está cerca de un muelle o van a pasar barcos" matiza el comandante, que recuerda otra de las importantes actuaciones desde 2022: un gran proyectil pesado al parecer de la guerra de España contra Marruecos que tuvieron que neutralizar a 25 metros de profundidad en Melilla y del que muestran uno de los pocos restos que pudieron recuperar. Sólo ese pedacito, ya pesa. 

"Ese día tuvimos que hacer cuatro inmersiones. Primero para la identificación, luego para la limpieza del proyectil, otra para neutralización y una cuarta para coger los restos, porque intentamos dejar el medio ambiente como estaba", dejan claro estos buzos.

Parte del equipo de la Unidad de Buceo de Cádiz. Parte del equipo de la Unidad de Buceo de Cádiz.

Parte del equipo de la Unidad de Buceo de Cádiz. / Jesús Marín

"Otras destacables son las bengalas submarinas, como la neutralizada el 17 de diciembre en la playa de Camposoto, ya que aparecen arrastradas hasta la costa por la mareas y estas contienen fósforo que actúa a 5.000 grados centígrados y que al contacto con el aire se reactivan aunque lleve algunos días bajo el agua".

Por eso es tan importante el equipo. Porque la Unidad de Buceo de Cádiz, perteneciente a la Fuerza de Acción Marítima, cuenta con cuatro desactivadores "pero lo dos equipos en los que estamos divididos están preparados para asumir toda la misión". Son un total de 24 personas, con seis buceadores cazaminas también entre ellos, que durante la jornada laboral se encuentran realizando trabajos de mantenimiento en las instalaciones "pero que ante cualquier actuación que surja el equipo activado esa semana acomete la misión tanto de operaciones de buceos como de desactivado de explosivo". Cuentan con un capitán enfermero, Manuel Ruiz-Mateos Izquierdo, especialista en ambiente hiperbárico.

Todo preparado para salir en dos horas

En el pañol EOD de Puntales, del que se encarga el cabo Francisco Sánchez García, especialista en reconocimiento y limpieza de los artefactos que localizan; todo está preparado por si surgiera algún aviso. "Este es el furgón de intervención, alistado con todo el material que nos fuera necesario para actuar en la playa o en el mar", charlan mostrando todos los elementos con los que cuentan. "Estamos 24/7 y en el momento que nos llamen en un máximo de dos horas estamos saliendo para donde sea", especifican.

Una vez recibida la activación desde el Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima de la Armada (COVAM) se solicita información inicial del posible artefacto explosivo y el Equipo de Desactivación de Explosivos (EDE) de la UNBUDIZ de servicio planifica la intervención en función de la amenaza, localización (sumergida, en tierra o a bordo de un barco) y estado, haciendo especial hincapié en si se ven afectadas personas o instalaciones. Con esa información el EDE se alista y prepara el material necesario para el cumplimiento de la misión.

Chaleco de protección balística, de protección contra fragmentos, con tijeras para cortar un cable, con las gafas, "muy importantes",.... "Tenemos unos medios para la playa y otro, como unidad de buceo, para debajo del agua”, continúan. Botellas de oxígeno, los trajes también un robot y un dron, "que es una ayuda importante para asegurar la zona antes de dar fuego". "Y vamos evolucionando con impresoras 3D para hacer pruebas". Y es que "la preparación es el 90% del éxito" y siempre hay que ponerse "en la situación más peligrosa".

Resto de la bomba de Melilla. Resto de la bomba de Melilla.

Resto de la bomba de Melilla. / Jesús Marín

Se da la circunstancia de que es una de las pocas unidades con el polvorín de cargo aquí con el material que utilizan para neutralizar los artefactos. "No buscamos una detonación, pero sí una neutralización, que produce efectos diferentes. Lo que intentamos es que el proyectil no trabaje para lo que está diseñado. Evitamos que haga esa destrucción, que haga una pequeñita", intenta resumir en pocas palabras su importante labor y minucioso trabajo para el que están altamente cualificados, "con personal bien adiestrado y con mucha experiencia".

En la base gaditana guardan numerosos elementos ya encontrados y que están dados de alta en el programa de patrimonio. De hecho suelen recibir vistas de los técnicos del Centro de Arqueología Subacuática (CAS). Entre ellos, tienen incluso una bomba de las que tiraron los franceses de Napoleón hacia Cádiz desde el Trocadero con sus cañones. "Tenía la pólvora dentro y todo", desvelan.

Norma número 1: no tocar bajo ningún concepto

Algunos de los artefactos desactivados. Algunos de los artefactos desactivados.

Algunos de los artefactos desactivados. / Jesús Marín

Norma número uno: no tocar bajo ningún concepto. Es el primer consejo de la Unidad de Buceo de Cádiz para las personas que puedan localizar un posible artefacto explosivo en alguna playa o cercana a la orilla. Hay una dificultad, y es que a veces se pueden confundir con una piedra, por el tiempo en el mar y la erosión. "Pero ante cualquier duda, aunque parezca otra cosa hay que avisar", incide el comandante.

A final de año, un vecino de San Fernando, sin ir más lejos, se llevó a su casa un proyectil que vio en la playa de Camposoto y saltaron las alarmas tras enseñárselo a un amigo. El proyectil, de 30 años de antigüedad conservaba la carga explosiva y hubo incluso que desalojar casa para que los TEDAX lo neutralizaran, ya que la Armada tiene la competencia exclusiva en la costa.

La UNBIDIZ, adelantan, está realizando unos trípticos con dibujos del aspecto y las formas que pueden presentar estos elementos, con el objetivo de poder repartirlo por ejemplo en las comisarías y adelantarse a situaciones de este tipo.

Y es que normalmente los avisos se reciben al 112 o las Fuerzas de Seguridad del Estado, que activan el protocolo de actuación desde el COVAM (Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima de la Armada).

"Puede ser que con un golpe no detone pero nos hemos encontrado situaciones de gente que le ha dado tres o cuatro patadas y puede ser fatal porque nosotros siempre nos ponemos en la situación más peligrosa" y es que tenga carga pese a todos los años de antigüedad que tenga. "Y una bengala, de las que se utilizan para marcación submarina, lo normal es que se consuma pero a veces no y el fósforo está a 5.000 grados".

Además, "siempre que fuera posible, la unidad gaditana recomienda no perder de vista dicho artefacto hasta que lleguen los agentes policiales, que la señalizarían hasta la llegada del equipo de desactivación de la Armada".

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