San Fernando

Soledad, el vía crucis de un año muy mariano en San Fernando

Vía Crucis de las Hermandades, presidido por la Soledad.

Vía Crucis de las Hermandades, presidido por la Soledad. / Jesús Marín (San Fernando)

La Cuaresma empieza el Miércoles de Ceniza pero hasta que no se celebra el Vía Crucis de las Hermandades no se hace tangible de manera colectiva en La Isla. Por eso este primer lunes de la cuenta atrás –de la definitiva cuenta atrás– tiene desde hace décadas un importante papel encomendado en esa agenda cofrade que lleva a La Isla hasta su reencuentro con una nueva Semana Santa.

Es la tarde que –ahora sí– marca un punto de inflexión en el calendario para mirar ya hacia el Domingo de Ramos con los ojos de los cofrades. Y este lunes ha vuelto a hacerlo desde la Iglesia Mayor Parroquial de la mano de la decana de las cofradías de penitencia, la hermandad de la Soledad. Y también, claro está, con la activa participación del Consejo de Hermandades y Cofradías, que es el responsable de organizar este acto piadoso que se ha convertido en uno de los grandes acontecimientos de la Cuaresma junto a la celebración del Pregón de la Semana Santa. Las dos citas que marcan el camino.

El misterio de la Virgen sola a los pies de la cruz ha presidido dentro de este señero templo de La Isla el rezo de las estaciones del vía crucis que evocan la Pasión del Señor e invitan al recogimiento y a la oración como preparación para los grandes días que se avecinan en La Isla. 

Ha sido un acto medido que ha hecho gala de un lenguaje cofrade que San Fernando ha conseguido dominar con soltura en esta puesta en escena que marca cada año el comienzo de la Cuaresma tras la obligada imposición de la ceniza.

Y ha sido también un acto en el que esa reposada elegancia que es seña de identidad de la Soledad –unida a los cánticos del Ensemble Jubilate Deo, a la música del órgano y a las meditaciones que se han leído en la iglesia– lo han impregnado todo en un clima de espiritualidad propicio para el rezo de este acto penitencial con aires de tarde de Viernes Santo, que por otra parte han respaldado numerosos cofrades que han llenado la Iglesia Mayor Parroquial.

El alfa y omega mariano de un año que aspira a hacer historia

El vía crucis de la Soledad ha sido también otro de esos grandes momentos que deja en La Isla la conmemoración del 275 aniversario fundacional de la hermandad, que ya con la Cuaresma comenzada enfila su recta final. Pero en esto de las cofradías nada ocurre por casualidad. Y en este acto penitencial colectivo de todas las hermandades que por primera vez ha presidido en La Isla imagen de una Virgen en solitario –lo que también ha dejado una imagen para el recuerdo– se ha visto también un anticipo de esa Magna Mariana que aguarda a La Isla en la jornada del próximo 30 de septiembre, algo así como el alfa y omega mariano de un año cofrade que arranca en este primer lunes de la Cuaresma, con este vía crucis y con la firme pretensión de hacer historia.

El hecho de que haya sido una imagen de la Iglesia Mayor la encargada de presidir este año el vía crucis ha privado a La Isla cofrade del habitual traslado de camino al templo (y también de vuelta) que tanta gente suele mover en esta tarde. Aunque, eso sí, los escasos metros que ha recorrido la Virgen en el interior del templo portada en parihuela por miembros de su cuadrilla de la JCC han dado para mucho en el inicio de este acto penitencial.

Y eso que ha sido cosa de tan solo unos minutos, el tiempo que ha tardado en llegar desde su altar hasta el presbiterio del templo, donde ha presidido el rezo de las estaciones, que los asistentes han seguido atentamente. El arcipreste de la ciudad, Gonzalo Núñez del Castillo, se ha encargado de dar la bienvenida y de iniciar las oraciones mientras la cruz de guía de la hermandad ha ido marcando ese camino alrededor de las naves del templo que empuja a La Isla hacia su reencuentro con su semana más esperada.

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