Día mundial del correo

Los errores más comunes que cometemos al escribir un e-mail en inglés en el trabajo (y cómo remediarlos)

Aplicación de correo en un dispositivo móvil.

Aplicación de correo en un dispositivo móvil. / Brett Jordan, Unsplash

Hace tiempo que el correo postal se convirtió casi en una reliquia por culpa de su sucesor directo, el correo electrónico, y su prima la mensajería instantánea ha terminado de apuntillarlo.

Pese a que casi lo único que entra en nuestros buzones físicos hoy en día son comunicaciones comerciales y facturas (y muchas veces ya ni eso), cada 9 de octubre se sigue conmemorando el Día Mundial del Correo, una efeméride que estableció en 1969 la Unión Postal Universal (UPU) para recordar la fecha de su fundación y reivindicar el papel del sector postal en la sociedad.

Tan definitiva e ¿irreversible? ha sido la transición que cuando decimos “correo” presuponemos que se trata de un correo electrónico (de hecho, si hablamos del físico añadimos un “postal”), un canal omnipresente para los contactos profesionales (miles de millones a diario en todo el mundo) y que, en virtud de la globalización, va requiriendo cada vez más una variante para la que no muchos están preparados: escribir correos electrónicos en inglés.

¿Sabemos escribir e-mails en ese idioma? Lo cierto es que incluso quienes tienen un buen dominio de esta lengua dudan y tropiezan a la hora de expresarse con compañeros, jefes o clientes. La plataforma de enseñanza de inglés Open English ha analizado los errores más frecuentes que los españoles cometemos al redactar correos en inglés y, aún mejor, añade consejos para evitarlos.

¿Los sospechosos habituales? Las traducciones literales, los falsos amigos y los problemas para escoger entre un tono formal o informal.

Traducciones literales y frases subordinadas

En español es muy común escribir con subordinadas y comas, lo que da lugar a frases muy largas. Todo eso solemos trasladarlo al inglés, con traducciones literales que pueden confundir al receptor.

Es clave ser breve, claro y conciso. En el asunto se debe describir qué mensaje tratamos de comunicar (de una a cinco palabras) y evitar yuxtaposiciones infinitas con comas, propias de escritos o conversaciones más informales.

No cuidar los signos de puntuación

Los signos de puntuación comparten muchas reglas en ambos idiomas, pero hay diferencias que, de no conocerse, pueden delatar que nuestro conocimiento del inglés no es demasiado bueno.

Por ejemplo, en español se usan dos puntos para dirigirse a una persona al principio de un escrito “Querida Ana:”; en inglés se usa la coma: “Dear Ana,”).

No saber diferenciar entre un correo formal o informal

La diferencia entre un tono formal o informal es importante en la cultura anglosajona. Mientras se está escribiendo el correo hay que evaluar la relación que se tiene con el receptor, ya que no es lo mismo un compañero de trabajo que un cliente o proveedor. Y, por supuesto, hay que conocer el sentido exacto de las palabras que usamos para evitar confusiones.

Para despedir un correo de modo formal podemos emplear expresiones como “Best wishes” (mis mejores deseos), “Kind Regards” (saludos afectuosos) o “Yours sincerely” (suyo sinceramente). Para hacerlo de forma informal podemos recurrir a un “Kisses” (besos), “Regards” (saludos), “Bye bye” (adiós) o “Lots of love” (con mucho amor).

A la hora de comenzar, si no sabemos nada del receptor lo más correcto es hacerlo con un “To whom it may concern” (a la persona que le concierne) o un “Dear Sir/Madam” (estimado señor o señora). Si ya se está acostumbrado a intercambiar mensajes con alguien en concreto, es posible abrir con un “Hi” (hola), “Hello again” (hola de nuevo), “How are you?” (cómo estás) o “Good Morning/Afternoon” (buenos días/tardes).

No revisar el texto y cometer faltas de ortografía

Según un estudio de Cambridge University Press, los españoles tienen problemas para escribir bien palabras básicas como “which”, “because” o “comfortable”.

Es también frecuente repetir los mismos verbos en varias frases cercanas o incluir los llamados “false friends” o falsos amigos, aquellas palabras que son idénticas o parecidas en ambas lenguas pero cuyo significado no tiene nada que ver. Por ejemplo, para sugerir una nueva idea se debe emplear “I suggest”, porque “I propose” se refiere a una propuesta de matrimonio.

Para evitar estos y otros errores, el consejo básico es leer mucho (lo mismo aplica para conocer a la perfección el español y enriquecer el vocabulario y la expresión).

Los traductores automáticos

Los traductores automáticos como el de Google, Bing o Deepl (el mejor es este último, de lejos) son útiles para traducir textos cortos o palabras sueltas, ya que ayudan a encontrarle sentido.

Pero es un error copiar y pegar el resultado que nos proporcionan sin revisarlo antes porque es muy posible que hayan traducido algunas expresiones de forma literal. Debemos comprobar antes la traducción y, si tenemos a mano alguien que nos pueda ayudar (nativo o no), tanto mejor.

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