Salud y Bienestar

El reto de la medicina ante el envejecimiento de la población

  • La OMS revela que para el año 2030 una de cada seis personas contará con más de 60 años de edad

Envejecimiento

Envejecimiento / M.G.

Actualmente, la población a nivel mundial cuenta con una esperanza de vida superior a los 60 años, una cifra que se convierte en posible gracias al gran número de personas mayores que existen en el mundo. La Organización Mundial de la Salud, OMS, cuenta entre sus estadísticas con algunos datos de especial importancia a la hora de poner en relieve el continuo envejecimiento de la población. Es el caso del porcentaje de habitantes mayores de 60 años entre el año 2015 y el año 2050, el cual pasará de un 12 a un 22 %. O el hecho de que ya en el año 2020, el número de personas que contaban con más de 60 años superaban a los niños menores de cinco años.

La organización también arroja datos para el año 2030, período en el que una de cada seis personas que habiten el planeta contarán con más de 60 años, subiendo de 1000 millones, conteo del año 2020, a 1400 millones. Para el año 2050 esta cifra aumentará hasta los 2100 millones, mientras que la cantidad de personas de más de 80 años entre 2020 y 2050 se situará en torno a los 426 millones de habitantes.

Para encontrar una explicación a este incremento en la edad media de la población mundial podemos atender a factores como un gran descenso de la mortalidad, en primer lugar, ya que las personas tienen a vivir más que hace décadas. Los grandes avances médicos prolongan la vida de la población, así como la aplicación de diversas tecnologías pioneras para el tratamiento de diversas enfermedades. A ello hay que sumarle una bajada de la natalidad, lo cual incide directamente en la edad de la población: a menores nacimientos, mayor envejecimiento.

Este paulatino envejecimiento de la población es todo un reto médico para los profesionales de hoy, dado que existen numerosas afecciones generales que se encuentran asociadas a estas altas edades. Entre ellas podemos destacar dolores de espalda y cuello, osteoartritis, cataratas, pérdida de audición, diabetes e, incluso, depresión en muchos casos, entre otras. Estos estados de salud complejos, conocidos como síndromes geriátricos, provocan numerosas consecuencias subyacentes. Por ello, el objetivo de alcanzar un envejecimiento de forma saludable es uno de los grandes retos por afrontar dentro del campo médico.

Este crecimiento acelerado de la población genera más desafíos de lo que se pudiera pensar a priori, entre los que se incluyen impactos importantes en servicios básicos, vivienda o políticas sociales. El contexto socioeconómico y cultural dota a la población de un beneficio traducido en una mayor esperanza de vida, pero hay que igualar este incremento de años a un incremento de la duración de la salud. Esta salud es la base para que la esperanza de vida sea una verdadera oportunidad para la sociedad en todos sus conjuntos poblacionales.

Tal y como confirma la OMS, crece la esperanza de vida, pero la proporción de vida saludable se mantiene de forma constante. Esto se traduce en que, a pesar de vivir más años, esta etapa se caracteriza por una mala salud, rodeada de numerosas afecciones que dificultan una vida plena. El declive de la capacidad tanto física como mental es uno de los valores más negativos de la esperanza de vida, tanto para el grupo poblacional de mayor edad como de la sociedad en general. De hecho, estas afecciones tienen un claro reflejo tanto en los ingresos como en la cantidad de días de estancia hospitalaria por parte de estas personas mayores.

Otro factor determinante que frena el envejecimiento saludable, y uno de los mayores obstáculos actuales a nivel médico, se encuentra en la fragilidad de las personas mayores de 65 años. Por ello, retrasar dicha fragilidad se convierte en uno de los hitos a superar en las próximas décadas, incluso concienciando a la población de unos hábitos saludables. Incluir en nuestro día a día acciones como una dieta rica en nutrientes para nuestro organismo, dar la debida importancia al sueño o al descanso e, incluso, incentivar las relaciones sociales pueden ayudar a frenar esta fragilidad, lo que también repercute en una desaceleración de las discapacidades asociadas al envejecimiento.

Especial atención tiene dentro de los obstáculos que enfrentan la mayor esperanza de vida con la medicina es el estado del cerebro. Las enfermedades neurológicas y las enfermedades mentales son el centro de numerosas investigaciones a nivel mundial, dado que la salud cerebral y del sistema nervioso se antojan fundamentales para mantener a pleno rendimiento las habilidades cognitivas. De hecho, enfermedades como el alzhéimer, requieren especial atención, ya que minimizar sus consecuencias podrían ayudar a mantener una salud general de la persona mayor.

Sin embargo, no todos los retos a los que se enfrenta la medicina en la actualidad se encuentran en la genética o en factores biológicos. El aislamiento social y la soledad, según los estudios realizados por la OMS, son uno de los grandes males que afecta a la población de personas mayores de 60 años, teniendo una grave repercusión en su salud física y mental. El organismo certifica que entre el 20 y el 35 % de este grupo de población padecen de esta soledad. Estos aspectos afectan al organismo de estas personas, siendo uno de los mayores riesgos para su salud y uno de los principales detonadores de su deterioro.

El abandono en la sociedad actual no solo tiene consecuencias en la salud de estas personas, sino que este grupo carece de los cuidados mínimos, agravando las afecciones presentes. Esto nos lleva al imprescindible papel que debe jugar la tecnología de la mano con la medicina, potenciando la integración de las personas mayores dentro de la sociedad. Gracias al uso de dispositivos como la teleasistencia domiciliaria o pulseras de ubicación esta parte de la población consigue conectar con el exterior.

Uno de los mayores aliados de la medicina es el envejecimiento activo, lo cual ayuda a las personas mayores a impulsar las habilidades físicas, sociales y mentales la mayor cantidad de años posibles. De hecho, este término ayuda a una mejor autonomía y productividad de estas personas, consiguiendo una mayor salud y una mejor calidad de vida.