Emilio Corbacho Domínguez. Presidente de la FAEC

“La digitalización, la sostenibilidad y la profesionalización son las claves futuras”

  • El responsable de FAEC resalta la necesidad de una constante renovación

Emilio Corbacho.

Emilio Corbacho. / Lourdes de Vicente

Emilio Corbacho Domínguez (Cádiz, 1945), Abogado, y Licenciado en CC. Políticas y Sociología, es el actual Presidente de la Federación empresarial que engloba a los Constructores y Promotores de la provincia de Cádiz. Las organizaciones empresariales han sido uno de los ejes de su vida profesional, durante mas de 40 años, ocupando distintos puestos a nivel provincial, autonómico o nacional. Preside también el Servicio de Prevención Mancomunado de la Construcción de Andalucía y el Consejo de Relaciones Laborales de la Confederación de Empresarios de Andalucía.

–El objetivo primordial de FAEC es la representación y defensa de los intereses generales de los constructores y promotores de Cádiz. ¿Cómo se lleva a cabo esa labor en las circunstancias actuales?

–Las asociaciones empresariales, como los sindicatos, encuentran su encuadre constitucional en el artículo 7 de nuestra Carta Magna, dentro del Título Preliminar, y se les atribuye la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios, en nuestro caso, los de los sectores de la construcción y la promoción inmobiliaria. Este amplio encargo constitucional, que nuestra Federación intenta cumplir desde su fundación hace mas de 40 años, se concreta en una serie de funciones específicas: formamos e informamos a nuestros empresarios, los representamos ante las distintas Administraciones y la propia sociedad, defendemos sus intereses generales y los particulares que nos encomiendan … y todo ello en el marco de un estricto cumplimiento de la ley y teniendo presente la importancia, en una sociedad libre y democrática, del valor de las empresas como creadoras de riqueza y generadoras de empleo.

En las actuales circunstancias, me atrevería a decir que el valor de estas funciones debe subrayarse, porque de esta crisis multilateral saldremos con la ayuda de todos, pero, en lo que a lo económico se refiere, las empresas y sus entidades asociativas tienen extraordinaria importancia y protagonismo.

–Si la crisis de 2008 fue más sectorial, ésta es más global. ¿Cómo está soportando el sector este nuevo período de crisis?

–Habría que matizar en el sentido de que la crisis del 2008 fue también global, aunque se imputara la responsabilidad, como chivo expiatorio, a la promoción inmobiliaria y a la construcción. Fue una crisis, como se sabe, fundamentalmente financiera, esta, en su base, es sanitaria, por lo que, en su etiología, en su causa, no puede imputarse a nadie, al menos probándolo adecuadamente. Otra cosa es la gestión de la misma, claramente mejorable, no obstante la dificultad que se acepta.

No me importa decir que el sector está reaccionando bien, y lo digo sin ambages porque el mérito no es solo suyo, y no puede serlo, de modo exclusivo, en unos sectores que tanto dependen de las administraciones y de su impulso; de la crisis del 2008 el sector promotor salió escarmentado y, sobretodo, con propósito de enmienda , en el sentido de que interiorizó que no se trata de promover mucho y a cualquier precio, sino de promover lo que la sociedad necesita y el mercado puede absorber. desde entonces , ni obras faraónicas, ni promociones amplísimas , sino la voluntad de ir recuperando el terreno perdido con pasos prudentes y medidos.

Así llegamos a esta crisis. Y el sector no está reaccionando mal: el número de nuestras empresas asociadas no solo se mantiene sino que, sabiendo que la unión hace la fuerza, va en aumento, y ello nos satisface y nos legitima para la representación que ostentamos y en acudir a las administraciones solicitando diálogo y ayuda.

–Y en Cádiz, por su relevancia turística, es muy importante el inmobiliario residencial, ¿cómo se consigue mantener las perspectivas teniendo en cuenta que el turismo ha sido el sector más dañado?

–El Turismo es una realidad social de primer orden que se proyecta en variadísimos sectores empresariales y, con independencia de la cuota parte que a cada uno corresponda, y que evidentemente son distintas, ninguno puede atribuirse el monopolio turístico. Por ello, nuestra Federación a través de la Asociación de Promotores Inmobiliarios forma parte del Patronato de Turismo, porque entendemos que con el turista, nacional o extranjero, que adquiere una vivienda se logran dos objetivos: se fija a un territorio, dicho sea coloquialmente, deja de ser una ave de paso, para echar raíces en una zona y, además, se convierte en reclamo, no es necesario defender aquí nuestras potencialidades, publicitario ante sus familias y amigos, se convierte en una avanzadilla para que otros vengan. En el sentido que digo, nuestro sector se ha resentido por la menor llegada de turistas extranjeros, presuntos compradores, pero el daño, gracias a Dios, no es como el de los sectores hoteleros y de restauración que profundamente lamentamos.

–La edificación, la obra pública o la rehabilitación son subsectores que están respondiendo de forma diferente en este momento. ¿Cuál es el papel de cada uno de ellos actualmente?

–La Construcción tiene dos grandes subsectores, y ambos dependientes en todo o en parte, de las administraciones: la edificación y la obra pública.

La obra pública tiene un camino tradicional cuya iniciativa corresponde al sector público a través de la licitación y posterior adjudicación de la obra; la edificación y el subsector de la rehabilitación, también deriva de la iniciativa pública en cuanto a las viviendas protegidas o a la rehabilitación de iniciativa pública, pero es evidente que se construyen y rehabilitan viviendas debidas solo a la iniciativa privada. En cuanto a la obra pública, los indices de licitación son preocupantes, porque sin aturdir con cifras han bajado clamorosamente y es momento de subrayar que pocos sectores, de modo tan rápido y en tan gran número, absorben paro como el de la construcción, con el añadido de que lo que se invierte en construcción se recupera por las administraciones incrementado.

La edificación subraya un aspecto social con base constitucional, el derecho a una vivienda digna y, nos atrevemos decir, a su mantenimiento con ese carácter de dignidad propio de los humanos que las habitan. En el sector de la obra pública, la construcción en estos momentos apuesta por la colaboración público privada, por tres razones: hay todavía necesidad de mucha obra pública que por lo que se refiere a nuestra provincia tiene un deficit histórico: Jerez-Antequera, Vejer-Algeciras, Nudo de Tres Caminos, Tren Algeciras Bobadilla, … y podríamos seguir, sin entrar en algo tan importante como el mantenimiento de las obras ya realizadas, fundamentalmente carreteras. En segundo lugar, las administraciones no tienen actualmente posibilidades económicas reales para abordar muchas de esta sobras y, finalmente, hay posibilidad de financiación y empresas preparadas para realizar esas obras.

–¿Cuál es el futuro del sector?

–Solemos decir que los sectores de la construcción y la promoción inmobiliaria son sectores clásicos, es decir, son de ayer, de hoy y de mañana. No son sectores que surgen en un momento y desaparecen en otro. Su futuro está asegurado, pero para ello necesita un permanente reciclaje y adaptación al momento en que vive, y esto hoy se llama, como es mayoritariamente aceptado digitalización, sostenibilidad y permanente profesionalización.