Incendios de sexta generación: el fuego que altera el clima y desafía todo control

Su intensidad es tal que pueden generar tormentas de fuego y pirocumulonimbos, nubes de gran desarrollo vertical que producen lluvia y rayos, estos últimos capaces de encender nuevos focos a kilómetros de distancia.

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Varias personas observan las llamas descontroladas en un incendio en Galicia.
Varias personas observan las llamas descontroladas en un incendio en Galicia. / EFE
Agencias

14 de agosto 2025 - 23:25

Por primera vez en la historia, los expertos advierten sobre un fenómeno que lleva el concepto de megaincendio a un nivel sin precedentes: los incendios de sexta generación. Según el investigador del Departamento de Mineralogía, Cristalografía y Química Agrícola de la Universidad de Sevilla Antonio Jordán López, estos siniestros no solo destruyen bosques y amenazan vidas, sino que son capaces de modificar la propia atmósfera. “No me gusta ser alarmante, pero son algo parecido al apocalipsis”, declaró.

A diferencia de los incendios de cuarta y quinta generación —ya de por sí extremadamente graves—, los de sexta generación se desarrollan en escenarios donde la combinación de una atmósfera muy cálida y bosques altamente estresados crea el caldo de cultivo perfecto para un fuego sin control. Su intensidad es tal que pueden generar tormentas de fuego y pirocumulonimbos, nubes de gran desarrollo vertical que producen lluvia y rayos, estos últimos capaces de encender nuevos focos a kilómetros de distancia.

La dinámica es implacable: el calor extremo origina corrientes de aire ascendentes tan potentes que alteran la estabilidad atmosférica. Las pavesas, pequeñas partículas de vegetación en combustión, son arrastradas por el viento y pueden atravesar cualquier cortafuegos. En estas condiciones, los métodos tradicionales de extinción resultan inútiles.

“Cuando se produce un megaincendio de este tipo, no se puede apagar”, advierte Jordán. El agua lanzada por aviones y helicópteros suele evaporarse antes de tocar el suelo. Los bomberos, además, no pueden acercarse sin poner en riesgo sus vidas. La única estrategia posible es evacuar a la población y esperar a que las condiciones meteorológicas cambien o que el fuego se extinga por sí mismo.

Una representación de un incendio de sexta generación
Una representación de un incendio de sexta generación / Agencias

Lo más preocupante es que la ciencia aún no puede predecir ni modelizar el comportamiento de estos incendios. Su carácter impredecible, su capacidad para “crear su propio clima” y la velocidad con la que avanzan los convierten en uno de los mayores desafíos para la gestión de emergencias en un planeta cada vez más caliente.

Impacto del cambio climático

Múltiples factores explican que el cambio climático se encuentra en la tramoya de esta nueva tipología de incendios: la mayor frecuencia de sequías, las numerosas y prolongadas olas de calor o la acumulación de material leñoso seco en la vegetación natural son algunos de ellos.

Pero hay uno especialmente significativo, el aumento de las temperaturas, que se muestra "de manera palpable", como atestigua que el año pasado fuera el más caluroso de la Tierra desde que se tienen registros en 1850.

Ya hace una década que una investigación demostró que el cambio climático provocado por el ser humano duplicaba la superficie forestal afectada por incendios a diferencia de la que se habría producido sin él. Según este experto, para atajar el impacto de los incendios que tradicionalmente son noticia en España año tras año el principal esfuerzo ha de concentrarse en la gestión activa del territorio y en un cambio profundo en las políticas de ordenación del paisaje y de los sistemas de extinción.

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