David, el actual inquilino de la vivienda en la que se ha encontrado ha explicado a los medios de comunicación que los investigadores estuvieron cotejando los planos de la casa y gracias a eso se tuvo la certeza de dónde podía encontrarse el cadáver de Sibora emparedado.

Observaron que había una anomalía y decidieron contar las baldosas del suelo y compararlas con las del ático contiguo, que debía ser idéntico. Compararon también los planos del resto de viviendas y ahí saltaron todas las alarmas.

Tras uno de los tabiques había un vestidor que no debía estar ahí. Hicieron una revisión de la pared con rayos X y comprobaron que tras la pared había un material diferente, concretamente madera, por eso procedieron a romper la pared.

Fue entonces cuando encontraron un gran baúl que al destaparlo encontraron repleto de cal, una bolsa de plástico en cuyo interior había un cuchillo con sangre seca y enseres que podían ser de la víctima. Justo debajo y repleto de plásticos y un saco de acampada hallaron el cuerpo de una mujer y sobre su torso un ramo de flores. El cuerpo tenía varias puñaladas y tras su identificación pudieron saber que se trataba del cadáver de la joven a la que estaban buscando. 

Un minucioso trabajo policial

Los expertos han destacado el minucioso trabajo de los investigadores en este caso, ya que posiblemente colocaron la foto de Sibora en el cuartel para que el detenido por el asesinato de Paula, Marco, la viera.

Marco ahora arrastra consigo la muerte de dos mujeres, la de Paula y Sibora, además de varios antecedentes por malos tratos a otras mujeres con las que también tuvo una relación sentimental.

Respecto a Sibora y debido al estado del cuerpo, tras nueve años desde que la mató, no podrá determinarse si la mató premeditadamente o fue un homicidio, por lo que la pena podría varias considerablemente. En cualquier caso la condena que cumpla, en caso de que se le declare culpable, no podrá exceder los 25 años de prisión.

Una confesión espontánea

La confesión que hizo Marco sobre la muerte de Sibora y el ocultamiento de su cadáver fue totalmente improvisada y se la hizo a un agente que pudo ganarse su confianza. Más tarde y ya en presencia de su abogada y de la jueza el presunto agresor se retractó y retiró sus palabras. Hizo creer que él no tenía nada que ver con la muerte de Sibora, pero la Policía consideró que debía investigar dada la gravedad de la información que había dado.

Fueron hasta cuatro registros los que se hicieron a la vivienda que señaló y al edificio y hasta esta última inspección no ha sido cuando los investigadores han conseguido hallar el cadáver.