“Siempre es especial trabajar para Algeciras, la tierra de mis orígenes”
Entrevista | Enrique Salvo Rabasco, restaurador
Uno de los restauradores más reconocidos de la escuela malagueña repasa su vida dedicada al arte y las imágenes sagradas
La intervención a la Virgen del Saladillo, uno de sus últimos trabajos en la comarca
Muy buenas Enrique, un placer conversar contigo y conocer todos los pasos y proyectos de un artista algecireño afincado en Málaga y que en la actualidad es uno de los referentes en restauración de imágenes sagradas.
-¿Cómo nace esta pasión?
-Surge de una manera totalmente inconsciente, en mi infancia. Mi familia siempre ha estado vinculada a este mundo artesanal, especialmente mi abuelo, Manuel Salvo, que fue marmolista y profesor; y por supuesto, también a través de mi padre y tíos. Estudié Historia del Arte en Málaga y fui descubriendo como ciertas promociones se especializaban y profesionalizaban en la restauración y la conservación de obras de arte; algo que me llamó la atención y cuya formación culminé en la Facultad de Bellas Artes de Granada. Finalmente, en la Escuela de Arte de Málaga cursé Talla Artística, con Suso de Marcos como maestro, y eso terminó de encauzar mi faceta profesional hacia la conservación y restauración de obras de arte.
-Explícanos qué es AETOS Restaura.
-Así se conoce comercialmente mi taller, fundado en 2004, dedicado a la restauración de obras. Hemos trabajado para toda Andalucía y, prácticamente para toda España, con un desarrollo y una evolución bastante positiva. Por suerte, siempre contamos con mucho trabajo en el taller.
-¿De todos los proyectos que has acometido, cuál ha sido el más especial?
-Destacaría, también por eso de los inicios, la restauración de la Santa Cena de Granada. Luego vinieron muchos trabajos que también marcaron al taller y su repercusión, como la restauración de la Virgen del Consuelo de Almería, una obra bastante personal de Antonio Castillo Lastrucci o Candelaria Madre de Dios, de Sevilla, que precisamente este año ha sido elegida para presidir el Pregón de las Glorias en la Catedral. Evidentemente, restaurar una imagen como la Virgen del Saladillo, para mi pueblo [Algeciras], fue especial. En estos momentos, estamos trabajando en la Virgen de los Dolores de Torremolinos, obra de Francisco Palma Burgos en 1938 y que se trata de uno de los escultores más paradigmáticos de la imaginería andaluza.
-¿Y el más complejo?
-Más recientemente, resaltaría el el templete de Santa María de la Victoria, Patrona de Málaga, una obra del siglo XVIII; precisamente por la envergadura de la obra, por la importancia del conjunto y su trascendencia. Es una pieza de mucha responsabilidad, un conjunto de madera tallada y dorada, prácticamente en su totalidad, que había estado muy maltratada a lo largo de su historia. Afortunadamente, el resultado ha sido de gran satisfacción por todas las partes.
-Hemos podido ver un trabajo maravilloso en la Iglesia del Saladillo, de la mano del Padre Miguel Ángel Ventura.
-Sí, efectivamente. La intervención a la Virgen del Saladillo resultó muy satisfactoria, fundamentalmente, por el estado de abandono en el que se encontraba. Es algo que, desafortunadamente, nos encontramos con asiduidad en muchas obras de arte. Vemos piezas que han sido muy maltratadas y tratamos de ponerlas en valor. Ello conlleva, por un lado, nuestra responsabilidad con el legado patrimonial y por otro, que posteriormente, en este caso un párroco, sepa ensalzar la obra. En el caso de la Virgen del Saladillo se le había acoplado un cuerpo que estaba totalmente desproporcionado, todo esto revierte en la identificación devocional del pueblo y de nuestra tradición imaginera. Después de esta actuación hemos podido ver planes y citas tan inolvidables como la su peregrinación a la Iglesia de la Palma, por el Año Jubilar, o su salida procesional en fechas próximas. En este caso, es patrimonio de Algeciras y se había abandonado de una forma incomprensible.
-¿Hay alguna obra en particular con la que sueñas que cayera en tus manos?
-Afortunadamente, en la trayectoria del taller he podido restaurar obras de los principales maestros de la imaginería y de la pintura, desde el barroco hasta nuestros días. Es más, ahora mismo tenemos un crucificado de Andrés de Ocampo que está en proceso de restauración y un Calvario, obra de Gutiérrez de León. Son obras de gran importancia, aunque no podemos desmerecer a ninguna. Soñamos, simplemente, con tocar las que tenemos actualmente en el taller y las que lleguen.
-¿Te ves en la imaginería? ¿Recibiendo el encargo de una hermandad para su titular?
-La creación de imaginería requiere de unos soportes mentales muy diferentes a la que exige la restauración. Es cierto que acometemos algunos encargos, pero son muy pocos, tienen q estar sometidos a unas condiciones muy especiales y que el proyecto nos motive y aporte calidad en el resultado. En nuestro caso, estamos más centrados en la restauración. La imaginería la tenemos como un complemento, en momentos muy especiales y muy puntuales.
-Por cierto, ¿qué hay de tus devociones algecireñas?
-Tengo un recuerdo de la Semana Santa de Algeciras muy diferente a como es en la actualidad. Estuve viviéndola hasta los 10-12 años, que es cuando me integro en Málaga más intensamente. Hoy disfruta de una gran evolución en todos los sentidos. En mi caso, recuerdo con cariño la llegada del Huerto como con un soplo de aire fresco. Me gustaba mucho también Buena Muerte y Santo Entierro, así como los primeros años de la borriquita [desde la reorganización]. Salía una procesión por día, insisto, ha ido evolucionando muy positivamente.
-¿Te gustaría recibir el encargo de alguna hermandad de la zona?
-Cualquier encargo se recibe con mucho cariño, pero si te refieres al ámbito de Algeciras o la comarca, uno de mis autores predilectos es Luis Ortega Bru. Sin duda, es una asignatura pendiente para mí poder restaurar una obra suya. Su categoría artística y su personalidad siempre me ha resultado muy atractiva y sería algo de gran valor personal. Aunque en general, trabajar para el Campo de Gibraltar y concretamente, para Algeciras, siempre será especial; allí están mis orígenes y la tierra de mis abuelos.
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