Medinaceli y La Paz

Los deseos desfilan junto al Medinaceli

  • El Cristo luce una bella túnica en terciopelo como principal estreno

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo Medinaceli y María Santísima de la Paz volvió a demostrar anoche que juventud y buen hacer no están reñidos. Así lo pusieron de manifiesto las dos jóvenes cuadrillas de costaleros que brindaron a los barreños brillantes salidas.

Sonaban las nueve campanadas en la torre de San Isidro cuando se abrieron las puertas laterales del templo para dejar entrever el bullicio interior. Los nazarenos daban los últimos retoques a su atuendo y las numerosas promesas que, como cada año, acompañaban al Medinaceli renovaban su fe momentos antes de pisar la calle con la esperanza de dar por cumplidas sus peticiones.

En la plaza de la Iglesia, cada vez más personas arrimaban sus hombros para buscar calor. Pero el frío cesó de inmediato ahogado por los aplausos a la salida del Cristo Medinaceli, cuando pasaban diez minutos de las nueve. Una espectacular y cuadrada salida a pesar de la dificultad que entrañaba este año la mayor altura del Medinaceli como consecuencia de la nueva parihuela. Todo ello acrecentado con la sobriedad de la nueva túnica en terciopelo rojo oscuro, el principal estreno de la hermandad.

Media hora después hacía lo propio la Virgen de la Paz, con una suave salida sin apenas balanceos, salvo el estremecer de los varales empujados por la primera levantá hacia un cielo raso y estrellado. "Guapa", le gritaron varias personas a la salida.

Ya en la calle, Madre e Hijo, acompañados por la banda de la Virgen de los Remedios de Estepona y la banda municipal de la Villa, enfilaron paso a paso hacia la estrecha calle Rosario. Sólo el viento puso la nota discordante y ahogó las llamas de los cirios del paso de palio y la candelería del Cristo. Una de las cuatro piezas se desprendió su culpa.

Ello no fue óbice para que ambas imágenes fueran acompañadas con devoción en todo su recorrido por muchos barreños a través de las calles del casco antiguo. Como todos los años, las calles Alta, La Plata y la empinada subida de la calle Consuelo fueron los lugares más destacados para contemplar el firme avanzar de las dos imágenes a las que los barreños guardan especial devoción.

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