Semana Santa

Los barreños derrochan devoción y fe ante el Nazareno en procesión

  • El Levante apaga las velas del paso de María Santísima de los Dolores nada más pisar la calle

La multitud se agolpó anoche cerca de la puerta lateral de la parroquia de San Isidro Labrador para ver cómo los cargadores del Nazareno y de la Virgen de los Dolores sacaban a pulso los pasos. En una noche de Jueves Santo en la que sopló el viento de Levante, las velas de las numerosas promesas tuvieron que luchar por permanecer encendidas.

Eran las 21:00 horas cuando se abrió el portal de la iglesia. Antes, el padre Yelman Bustamante dirigió un rezo como acción de gracias a los titulares por poder procesionar un año más en esta estación de penitencia.

La primera levantá fue dedicada a María Antonia Chamorro, recientemente fallecida. Salió entonces la cruz de guía, los penitentes, las mantillas y los 52 cargadores del Nazareno dispusieron el paso en la puerta, donde oyeron las instrucciones de Antonio Muñoz, que se estrenaba este año como capataz de cabecera, para que la maniobra de salida saliera perfecta.

El imponente paso, que iba decorado con lirios y rosas rojas, fue sacado a pulso hasta haber salvado la altura del dintel. No fue hasta entonces cuando volvió a los hombros de la cuadrilla. La Agrupación Musical Nuestra Señora del Carmen de Sevilla acompañó a Jesús en todo su recorrido.

Tras él, su madre, María Santísima de los Dolores, cuyas velas se apagaron nada más salir. La Virgen llevaba tres mujeres en su cuadrilla, que tuvo también que quitar las patas y sacar en brazos el paso. La Agrupación Musical Cultural Banda de Música de Los Barrios cerraba el cortejo.

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