La Línea se rinde al Medinaceli y los fieles alivian su estación de Penitencia
La Línea vivió ayer uno de los días grandes de su Semana Santa. Las nubes grises que estos últimos días provocaron cierta inquietud en los corazones de los cofrades desaparecieron y hasta el viento dejó de soplar con fuerza.
Ayer el Medinaceli salió a la calle para cumplir con su estación de Penitencia acompañado por María Santísima de la Trinidad, por cientos de devotos que fueron detrás de su paso porque el Cautivo escuchó sus oraciones y por miles de linenses que le dieron aliento en cada calle y en cada esquina para que no se sintiera sólo en las horas previas a la Crucifixión.
Si ya es habitual que las salidas congreguen a los fieles, en el caso del Medinaceli la afluencia supera cada año todas las expectativas. Los afortunados que lograron un hueco junto a la parroquia de Santiago acudieron con bastante tiempo de antelación, de hecho, una hora antes de la salida ya había personas allí dispuestas a esperar para ver la figura de Jesús salir.
El resto pudo ver al Medinaceli en cualquiera de los puntos del recorrido pero sin duda un enclave especialmente bello fue la plaza de la Iglesia, con el santuario de la Inmaculada donde además se vive con intensidad el paso del Cautivo puesto que se trata de la iglesia mayor del municipio.
La Cruz de Guía salió del templo de Santiago a las 20:30 de la tarde, tras haberse organizado el cortejo momentos antes y haber calmado nervios en compañía de familiares y amigos.
Además, la junta de gobierno entregó la medalla de la Hermandad del Mecinaceli a siete agentes del Cuerpo Nacional de Policía que por primera vez acompañaron a las imágenes en la procesión y es que el cuerpo está muy vinculado al Medinaceli y a la Trinidad y cada año realiza con ambos la estación de Penitencia.
Los capataces Ricardo Pro e Isidoro Vega guiaron el paso del misterio en su salida, la cual los costaleros realizaron sin problemas mientras sonaba el himno de España, los linenses aplaudían en la calle y los policías nacionales se cuadraban ante Jesús Cautivo.
La agrupación musical Muchachos de la Consolación de Utrera entonó la marcha La saeta mientras el Medinaceli bajaba el atrio de la iglesia. Con Cautivo y Trinidad, compuesta para esta hermandad, y Virgen de la Estrella enfiló la calle Jardines y empezó la procesión empujado por el aliento de los cientos de fieles que llevaba detrás de su paso, entre ellos, muchos descalzos y algunos hasta con los ojos vendados.
La imagen de Jesús Cautivo, atado y vestido con su túnica morada, desfiló sobre un manto de claveles rojos. Además, los linenses disfrutaron este año del paso de misterio ya finalizado puesto que estrenó los dos respiraderos laterales y los cuatro arcángeles cerifarios, trabajo que se ha llevado a cabo en el taller de orfebrería de Eleuterio Aragón e Hijos de Motril (Granada).
María Santísima de la Trinidad tuvo que esperar a que aquellos que hacían su promesa se incorporaran al paso de misterio para poder cruzar las puertas de la parroquia de Santiago.
Las dimensiones que tiene la salida de esta iglesia se lo pusieron difícil a la cuadrilla del palio que se vio obligada a cruzar la puerta en cuclillas y a levantar a pulso el peso de María Santísima de la Trinidad.
La primera levantá del palio, todavía en el interior de la parroquia de Santiago, la llevó a cabo el alcalde, Alejandro Sánchez, mientras que la siguiente, justo antes de salir por las puertas del templo, la cuadrilla de costaleros se la dedicó a sus esposas y novias.
La Virgen salió a la calle entre aplausos y con el himno de España sonando de manos de la banda filarmónica Ciudad de Conil. El paso de palio bajó el atrio acompañada por los sones de la marcha La Macarena y comenzó su estación de Penitencia por la calle Jardines con la banda tocando Capataz gaditano.
Juan García Medina y Salvador García-Casarrubios fueron los encargados de guiar el paso de la Trinidad por las calles de La Línea. La bella imagen de Santiago estrenó la toca de sobremanto que diseñó Fray Ricardo de Córdoba, franciscano capuchino, y miembro de la Hermandad del Mecinaceli de La Línea de la Concepción, y que las hermanas del taller de bordados de esta cofradía se encargaron de hacer realidad.
La Hermandad del Medinaceli comenzó su procesión en Jardines y siguió por la avenida María Auxiliadora, Maestro Muñoz Molleda y Clavel, tras lo cual llegó a la calle Real y entró en la carrera oficial. Después continuó su camino por Padre Rodríguez Cantizano, Sol y de nuevo la calle Clavel para regresar a la iglesia de Santiago por Jardines, dando por finalizada la procesión.
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