Las imágenes del Cristo del Amor y de María Santísima de la Esperanza bañaron de devoción y fe un año más a todo el barrio de San Bernardo, que sacó a relucir su sentimiento por los titulares de su barriada, en especial por la Esperanza, que cuenta con muchos devotos no sólo en esta zona, sino en toda La Línea.

El verde de los antifaces y capas de los penitentes tomó las calles de los alrededores de la parroquia antes de poner rumbo hacia el centro de la ciudad. En ese recorrido por su barrio la Dolorosa estuvo acompañada por los vecinos, que a las puertas de sus casas mostraban su admiración por su imagen, sin que faltaran las saetas desde balcones por calles como Padre Victorio Molina o Joaquín Ruiz Morito.

El paso del Santísimo Cristo del Amor, en el que junto al Señor crucificado van María Magdalena y un soldado Romano, estuvo acompañado de forma brillante por la banda de cornetas y Tambores Santa Bárbara y guiado por las instrucciones del capataz Xavier Guerrero García.

Tras el Señor, y un buen número de nazarenos, la Esperanza, que lucía su espectacular manto y bordados realizados en el taller de la hermandad, dirigido por Jorge Berkinshaw, se abría paso bajo las notas de la banda de música Nuestra Señora del Carmen de Dúrcal (Granada), dando las instrucciones pertinentes al cuerpo de costaleros los capataces Ismael Santiago y José Manuel Amado. El paso, adornado con claveles blanco, derrochaba belleza a su paso y levantó la fe en una gran carrera oficial por la que antes pasaron el Cristo del Amor, el Santo Entierro y la Amargura en un brillante Viernes Santo en La Línea.