La impresionante talla del Cristo de la Buena Muerte, creada por el afamado Luis Ortega Bru y restaurada posteriormente por su sobrino en 2002, realizó ayer su estación de penitencia junto al palio de María Santísima de la Amargura, acompañados ambos por una luz espléndida que les iluminó en este tercer año en que desfilan en la mañana del Jueves Santo sanroqueño. La Marcha Real, interpretada por la agrupación musical La Pollinica de Marbella anunció, al filo del mediodía, la salida del Cristo crucificado al atrio de la parroquia de Santa María La Coronada. El capataz del paso de Cristo, Antonio Collado, guió a su cuadrilla de cargadores que lo portaron en sus brazos hasta que pudieron cargarlo al hombro e iniciar su recorrido al son de los toques de campana. Un manto de lirios a los pies de Jesús en la cruz, que fue acompañado por su madre, María Santísima de la Amargura, que inició su desfile procesional con jarrones llenos de rosas blancas. Javier Barberán, responsable de la cuadrilla del paso de palio, fue el encargado de guiar a los hombres que cargaban bajo los varales por las calles del pueblo. Un paso que este 2016 estrenó acompañamiento musical con los miembros de la Banda Municipal de Música de Algeciras.

El buen tiempo guió la estación de penitencia, y solo una leve brisa impidió que la candelería de la Amargura luciera en todo su esplendor.