La reorganización de la Guardia Civil (XXXIII)
La Guardia Civil en San Roque (CCXLIX)
El capitán Francisco Hermida, quien estuvo destinado en la Comandancia de Algeciras, instruyó para el bando republicano el expediente contra el teniente Ramón Tejel Bes, partidario de la sublevación militar
La reorganización de la Guardia Civil (XXXII)
San Roque/Por real orden circular de 19 de agosto de 1930 fue destinado a la Comandancia de Carabineros de Algeciras el entonces teniente de Carabineros Francisco Hermida Medina, que dos décadas después sería nombrado teniente coronel jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras).
Nadie entonces podía pensar que este cuerpo ya centenario iba a desaparecer diez años más tarde y que sus efectivos, acuartelamientos y material serían absorbidos e integrados en otro cuerpo diferente como era el de la Guardia Civil. Este, si bien era igualmente de naturaleza militar y estaba también integrado entonces en el Ejército, había sido creado década y media más tarde, teniendo encomendadas otras misiones principales diferentes, siendo la principal de ellas la que hoy día se conoce como seguridad ciudadana.
El 21 de septiembre de 1930, “siendo destinado al servicio de su empleo”, se incorporó a la Comandancia de Algeciras, cuyo jefe era el teniente coronel Aureliano Prieto Aguilera, perteneciente a la 6ª Subinspección (Cádiz) mandada por el coronel Mariano Adsuar Perpiñán. La costumbre en dicho cuerpo, al contrario que la de la Guardia Civil, era la de nunca mencionar en su hoja de servicios la localidad del destino concreto que ostentaban los oficiales.
Afortunadamente tan particular regla no se seguía en los anexos de los escalafones generales de jefes y oficiales publicados entonces por el Cuerpo de Carabineros, razón por la cual en el cerrado el 1º de enero de 1931, su destino era el de jefe de la 1ª Sección (Castillo de España). Esta, perteneciente a la 2ª Compañía (La Línea de la Concepción) que mandaba el capitán Fidel del Pozo Herrero, tenía encuadrados a los puestos de dicha residencia, Santa Bárbara y El Zabal.
Sin embargo, el teniente Hermida no permaneció mucho tiempo en la comandancia campogibraltareña ya que por real orden del día 16 de ese mismo mes de enero, fue destinado a los “Colegios de Carabineros”, en El Escorial (Madrid), presentándose el 5 de febrero siguiente.
Su hoja de servicios recoge que inicialmente impartió “primeras clases del 2º semestre de la Academia Especial de Alumnos para Oficiales, teoría y práctica de la lectura e Historia Natural y Agricultura del Magisterio; Álgebra 3º del ídem; así como las suplencias de Historia Natural y Fisiología e Higiene de Bachiller Elemental”.
Mención especial merece que el 25 de abril de 1931, a tenor de lo dispuesto en el correspondiente decreto fechado tres días antes, “prometió por su honor servir bien y fielmente, a la República, obedecer sus leyes y defenderla con las armas”.
Prosiguiendo su labor como profesor en el curso 1931-1932, impartió “Segundas clases del primer semestre de la Academia Especial del Cuerpo (1ª Sección); Agricultura de 4º año del Magisterio, Nociones de Historia Universal del 1º grado del Plan cultural y suplencia de nociones de Geografía General del 1º grado del plan cultural mencionado”. Durante el segundo semestre prosiguió dando dichas asignaturas, así como las correspondientes al curso 1932-1933, destacando la impartición de “prácticas de mandos tácticos”.
El 14 de noviembre de 1933 comenzó a ejercer el cometido de secretario de la jefatura de estudios de los “Colegios de Carabineros” así como el mando de una sección en la Compañía del Colegio de Huérfanos del benemérito Instituto, todo ello sin perjuicio de seguir impartiendo las correspondientes clases de las asignaturas encomendadas hasta octubre de 1935.
Por orden circular del Ministerio de Hacienda de 1º de octubre de dicho año Hermida fue promovido al empleo de capitán por antigüedad, con la efectividad de 23 de septiembre último. El 16 de octubre cesó como secretario de la jefatura de estudios de los indicados centros de enseñanza y de prestar servicio en la mentada compañía del Colegio de Huérfanos. Y el día 30 de dicho mes, por otra orden circular del Ministerio de Hacienda fue destinado a la 14ª Comandancia (Salamanca). Por dicho motivo causó baja en dicha academia y colegios de Carabineros, si bien fue comisionado esa misma fecha como “ayudante de profesor” para continuar en el mentado centro de enseñanza.
El 24 de abril de 1936 cesó dicha comisión de servicio y cinco días más tarde se incorporó a la comandancia salmantina, siéndole concedido seguidamente el mando de la 1ª Compañía (Ciudad Rodrigo). Sin embargo, el ministro de Hacienda, Gabriel Franco López, dispuso el 23 de mayo siguiente que dicho capitán fuera restituido a la Academia Especial de Carabineros para que prosiguiera su comisión de servicio hasta fin de curso, razón por la cual se incorporó a la misma el 1º de junio siguiente.
Al iniciarse la sublevación militar el 17 de julio en Melilla e ir extendiéndose a partir del día siguiente por la Península, continuó prestando servicio en las filas republicanas. Sin embargo, el 14 de agosto, al enseñar el manejo de una pistola al teniente de Carabineros Sebastián Sáenz de Santamaría Marrón, se le disparó accidentalmente hiriendo a éste en el antebrazo izquierdo y a él mismo en la mano izquierda. Por tal motivo el capitán Hermida estuvo de baja médica hasta el día 26 de dicho mes, reincorporándose seguidamente al servicio.
Prosiguiendo en el bando republicano fue nombrado el 22 de septiembre siguiente como juez instructor de la causa que se le instruía en calidad de procesado al teniente de Carabineros Ramón Tejel Bes, por considerársele partidario de la sublevación militar. Hay que significar que este oficial había estado destinado en la Comandancia de Algeciras entre 1928 y 1929 así como que le había sido concedida, cuando era alférez de Infantería en las Campañas de Marruecos, la medalla militar individual, una de las máximas condecoraciones castrenses, “por su brillante comportamiento en la defensa como Comandante del blocao Tazarín número 1”, que había hecho el día 7 de septiembre de 1925.
Al estallar la sublevación militar de julio de 1936 dicho teniente se encontraba destinado en la 1ª Comandancia de Carabineros (Barcelona), pero en comisión de servicio como “ayudante de profesor” en el citado centro de enseñanza que tenía dicho Cuerpo en El Escorial. Según consta en la documentación que obra en su expediente personal, fue detenido e incomunicado en la sala de banderas del mentado colegio y “falleció asesinado por los marxistas el día 3 de octubre de 1936”.
Pero el entonces capitán Hermida no tuvo vinculación alguna con ello ya que el 30 de septiembre había cesado y fue relevado en su cometido de juez instructor al ser comisionado a la 15ª Comandancia de Carabineros (Madrid), “practicando servicio en la indicada Capital”, a las órdenes del jefe de la misma. Sin embargo, no continuó en dicha situación, ya que consta en su hoja de servicios que el 8 de noviembre de 1936 abandonó su servicio en las filas republicanas y pasó a pedir asilo a una embajada de otro país, al igual que hicieron otras muchas personas en diferentes legaciones diplomáticas ubicadas en la capital.
En dicha situación permaneció hasta el final de la guerra civil y posteriormente “quedó incorporado a la España Nacional, en situación de disponible gubernativo, según dispone la Orden de 25 de Enero de 1937”.
(Continuará)
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