Medio Ambiente

La desembocadura del río Guadiaro, de nuevo a punto de quedar cerrada

  • El viento de levante, el bajo caudal y las captaciones provocan un nuevo tapón en la bocana

  • Verdemar-Ecologistas en Acción reclama una intervención urgente

La desembocadura del río Guadiaro, casi cerrada.

Otro verano más, ha vuelto a pasar. La desembocadura del río Guadiaro en San Roque se encuentra a un paso de quedar totalmente cerrada por la acumulación de arena en el estuario, tal y como han denunciado los integrantes de Verdemar-Ecologistas en Acción.

Los conservacionistas demandan, una vez más, una intervención integral sobre el río que garantice un caudal suficiente para evitar el tapón en la desembocadura y mantener su biodiversidad, amenazada cada verano por el cierre. 

"El río está prácticamente cerrado. Estimamos que cuando se produzca la siguiente bajamar la bocana quedará totalmente bloqueada y provocará, una vez más, un episodio de eutrofización que acabará con la vida de miles de peces por falta de oxígeno y de intercambio de aguas", ha lamentado Antonio Muñoz, portavoz de Verdemar, en declaraciones a Europa Sur.  

Los ecologistas achacan el cierre a la unión de varios factores. "El río Guadiaro está sometido a una gran presión. En el momento que baja el caudal, se suma el viento de levante y la erosión antrópica provocada por las construcciones en el litoral, se tapona. Es el río más solidario puesto que aporta un millar de hectómetros cúbicos en el trasvase Guadiaro-Majaceite, pero además tiene captaciones ilegales y se usa su agua para regar a manta. Todo influye", agrega Muñoz. 

Hasta el momento, en los anteriores episodios de acumulación de arena ha sido el Ayuntamiento de San Roque el encargado de reabrir el flujo de agua con maquinaria pesada ante la falta de acuerdo entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central sobre cuál de las dos entidades es competente.

En anteriores veranos, las dos administraciones han discrepado largamente sobre si se trata de un problema en el río o en la costa para determinar si la actuación debe recaer, por ámbito de competencias, en la consejería de Medio Ambiente o en el ministerio. "Es la historia de nunca acabar. La situación del río es como la de los incendios forestales, que hay que apagarlos en invierno con actuaciones preventivas. El río nunca termina de curarse", lamenta Muñoz. 

Verdemar reclama nuevamente una intervención urgente para evitar más daños al curso fluvial. Para Muñoz, el caudal adecuado debe ser de cinco a diez hectómetros cúbicos en flujo continuo.

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