Lotta Continua
Francisco Silvera
Una modesta proposición
Mientras preparo un atentado contra El Algarrobico, preocupadísimo por las cosas ambientales, me salta en la web un anuncio maravilloso de unas vacaciones maravillosas: “Relájate en un resort frente al mar”. Y es de una empresa muy muy grande, no crean que una cosa colateral, como los muertos de Gaza, un pedazo de hotel en una pequeña península en algún lugar del Caribe, de lado a lado, mar por los dos flancos del hotel: precioso. Sueños.
Ya he escrito aquí 1.263 veces que el turismo es el cáncer de la civilización actual. La base de nuestra hipocresía minera, petrolera, eléctrica, monetaria, hasta sexual, es refocilar la conciencia en nuestra tierra y explotar la de los otros como si no existieran. El reflejo mayor es la migración, que es el sustento de la especie y ahora la miramos con la misma mala baba represiva que al sexo, en vez de trabajarlo: expulsarlo. Monoteísmo migratorio.
Exigimos electricidad, no queremos presas, placas, nucleares; exigimos la www pero no que manejen nuestros datos; queremos supermercados abastecidos y bocatas pero sin explotar y maltratar a los animales; queremos beber al gusto pero sin botellas de plástico; queremos circular a placer por las carreteras y aparcar, pero que no nos molesten los demás y que no contaminen; queremos trenes AVE que nos lleven a la capital cada media hora, cada diez minutos si hiciere falta, pero que las vías resistan, las catenarias no ardan y que no se multipliquen las averías provocando retrasos y cancelaciones; aviones por doquier, más, más, más...
Estamos en la Era de la Gata Flora, ya saben, y los políticos no tienen la culpa de esos desastres: no los culpemos. Es nuestra. De lo que tienen la responsabilidad es de permitir, de promocionar y ejecutar con dinero público esas obras que sólo benefician a las grandes empresas, de abandonar la Educación y el bienestar empós de un consumismo lisonjero que transforma el gasto inútil en objetivo de vida, la “experiencia” en sustitutivo de la realidad, la imagen sobre los hechos, el lujo como final.
Después de pasar las vacaciones y llenar las alforjas de éstos: a trabajar sin protestar, para cogerlas otra vez el año que viene y devolver lo pagado a los mismos que te pagan, ¿cabe mayor estupidez? Entretenimiento, no sea que usted se dé cuenta de la estafa gigante, mundial. No tiene solución, aclaro por si alguien me ve mesiánico: es como un meteorito, negarlo no sirve, ahí llega.
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