Andar y contar
Alejandro Tobalina
Sentido común
El juez Peinado, de 71 años, en cualquier otro trabajo de la empresa privada estaría disfrutando de su jubilación. Pero no, él quiere morir -judicialmente hablando- con la toga puesta. Y citó a la señora Gómez de Sánchez para que ella y otros acudieran a su juzgado un sábado a las seis de la tarde para notificarles una resolución de las suyas. El magistrado calvo Peinado no hizo lo correcto al citarles ese día a esa hora. Para notificar una resolución judicial no se puede citar a nadie los sábados. El artículo 182 de la Ley Orgánica del Poder Judicial dice que son inhábiles a efectos procesales los sábados. Cierto es que el artículo 184 de la LOPJ indica que todos los días del año y todas las horas serán hábiles para la instrucción de las causas criminales. Pero notificar una resolución judicial como ordenó el magistrado prejubilado no es acto de instrucción o investigación penal.
El Tribunal Supremo, en sentencia 224/2024 de 7 de marzo, dice que son diligencias ordinarias las actuaciones jurisdiccionales que tienen un impacto directo en la fase de instrucción. Y diligencias instrumentales o preparatorias las que facilitan la incorporación de información o documentación previamente obtenida y no suponen una innovación probatoria, sino que cumplen una función técnica o auxiliar para la tramitación del procedimiento. Y añade: el cotejo de las grabaciones realizado por el LAJ pertenece a esta segunda categoría, al ser una actividad documental que facilita el acceso a la información probatoria genuina, sin que constituya por sí misma una diligencia de instrucción material. Si cotejar unas grabaciones no es propiamente una diligencia de instrucción material tampoco debe serlo una mera notificación de una resolución judicial.
La prueba de que no es diligencia de instrucción está en que se le ha notificado a los letrados de los investigados, y no a estos. Y aquí quería yo llegar. No conozco a ningún abogado al que se le haya citado para notificar una resolución un sábado. Hay que tomarse un café con leche caducada para hacer esta puñetería a los letrados. Sí, he asistido de madrugada y en domingos a diligencias de instrucción. Pero acudir un sábado a un juzgado para recibir una simple notificación , no. Nunca.
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