Normalizando la mediocridad

16 de abril 2025 - 03:06

Cuando usamos el término mediocre solemos hacerlo de forma despectiva. Sin embargo, de acuerdo con la RAE, mediocre es aquel de calidad media, común, de poco mérito o tirando a malo. Podríamos decir que el mediocre es aquel que está en la media por el lado bajo, pero en la media.

Estas últimas semanas hemos tenido debates mediocres impulsados por personas que no dejan claro si son mediocres o les da igual parecerlo, pues a veces resulta inverosímil que un mediocre pueda tener cargos y sueldos de responsabilidad mientras que gente valiosa y talentosa sueldos mediocres. María Jesús Montero, por ejemplo, dudó de la calidad de las universidades privadas y sus títulos de Medicina. Es más, dudó de que aquellos médicos graduados en la privada tuvieran los conocimientos y habilidades suficientes para ejercer, aun cuando pasaron el MIR como el resto de los médicos graduados en la pública. El debate mediocre estaba en si las universidades privadas que ella misma autorizó en Andalucía pueden impartir Medicina, pero no en si los sueldos mediocres de los médicos están a la altura de su profesión y responsabilidad.

Esta última semana antes de Semana Santa hemos visto que la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana confirmó que la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Gobierno central, informó de forma mediocre al CECOPI durante la dana que azotó Valencia el pasado año. En este caso, la información ni llega al nivel de mediocridad, pero sí pone de manifiesto que aquellos que reciben cargos y sueldos de responsabilidad parecen tomar decisiones mediocres. No sabemos si reflejo de sus capacidades, pero puede ser reflejo de cómo la politización de las esferas de responsabilidad de la administración pública está haciendo que aquellos que ahora ocupan cargos de responsabilidad sean o tomen decisiones mediocres.

El primer ejemplo muestra cómo personas de responsabilidad empiezan debates mediocres. El segundo, cómo las decisiones de las personas de responsabilidad son mediocres. Mediocre la persona, el debate o la decisión, parece que este país (y alguno más viendo los efectos de los aranceles en EEUU) tiene al mando a gente que toma decisiones mediocres. Y somos nosotros, los ciudadanos, los que seguramente tengamos puestos mediocres con sueldos mediocres, los que debemos empezar a exigir la excelencia para acceder a puestos a responsabilidad. Elijamos a nuestros representantes por sus capacidades excelentes y por las decisiones acertadas y dejemos de normalizar la mediocridad en según qué esferas de responsabilidad.

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