En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
La dana fue algo extraordinario, difícil de predecir, básicamente porque el cambio climático está convirtiendo fenómenos antes controlables en fenómenos extremos e impredecibles. Sin embargo, creo que coincidirá conmigo en que la gestión de la dana, llevada a cabo por Carlos Mazón al frente de la Generalitat Valenciana, no estuvo a la altura. Igual, incluso coincide conmigo en que la Generalitat no fue la única en fallar; fallaron otros organismos, como la Confederación Hidrográfica del Júcar, al no avisar de la crecida del barranco del Poyo; falló AEMET y, por supuesto, fallaron en el post el Gobierno y Pedro Sánchez en su respuesta: “si necesitan ayuda, que la pidan”.
Sin embargo, el único que ha dimitido, tarde, y agarrándose a su escaño, es Carlos Mazón; el resto sigue vendiendo el discurso de que todo era culpa del miserable dimitido, cuando la presencia de Mazón en el Cecopi habría importado poco si no se hubiera contado con la información necesaria. Es por ello que la dimisión de Mazón a principios de la semana nos da una lección sobre la gestión de las responsabilidades en nuestro país… y lo torpes que son en el PP.
Si piensa en políticos de primera línea dimitidos recientemente, le vendrán a la cabeza Noelia Núñez, Rocío Hernández y Carlos Mazón. Todos del PP. La vara de la responsabilidad está a dos niveles distintos entre los votantes de derecha y los de izquierda. Mientras Mazón se desangraba en las encuestas, Sánchez sigue estable. ¿Por qué?
Se lo digo yo. Porque “al menos no gobierna la derecha”. Si usted debate con alguien de izquierdas, le dirá que aquello que le reprocha a la izquierda no es tan grave o importante. Y la cuestión es que para esa persona no lo es. Porque hay una máxima por encima: que no gobierne la derecha.
Por eso, el Fiscal General del Estado sigue en su cargo aun habiéndose sentado en el banquillo de los acusados. Porque está sentado en el banquillo por filtrar información para desmentir a alguien moralmente inferior, Isabel Díaz Ayuso. El fin justifica los medios, aunque ello implique cometer un delito por revelación de secreto. Y por eso mismo, Ángel Víctor Torres sigue en su cargo o Sumar sigue integrado en un gobierno presidido por un partido cuyo último secretario general está en prisión.
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