En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
La incontestable victoria de Zohran Mamdani, el candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, tiene una importancia significativa. No se trata sólo de una victoria en la ciudad más poblada de los Estados Unidos, que de por sí es importante, se trata del primer revés importante a Donakd Trump y a sus políticas populistas.
Si Trump cimentó su actuación xenófoba sobre la persecución a los extranjeros (pero sólo a los extranjeros de cabello y piel oscura), la victoria de un inmigrante, hijo de inmigrantes y, además, de fe musulmana es para el gran narcisista anaranjado una completa humillación.
Los votantes de Mamdani han recordado con su voto que Estados Unidos es un país construido por migrantes y que en consecuencia tienen todavía un papel activo en su sociedad. Nueva York en particular ha sido la puerta de entrada de miles de personas que entraban en el país. En Ellis Island, que fue el punto principal de procesamiento de inmigrantes en Estados Unidos, cerca de la Estatua de la Libertad, existe un museo que trata de honrar a los millones de personas que tratando de buscar una vida mejor construyeron lo que hoy es Estados Unidos.
La victoria de Mamdani es la victoria de la pluralidad frente a la intransigencia. Por otra parte, Mamdani se reconoce a sí mismo como socialista. Para Trump y su pandilla de aduladores, la discrepancia política debe ser perseguida y él no ha dudado en utilizar los recursos del Estado en perseguir a sus adversarios. Por todo ello, tiene más valor el triunfo de un socialista en los oscuros y tristes tiempos del trumpismo posfascista.
Además de la victoria de Mamdani en Nueva York, hay que sumar otras contundentes victorias demócratas en las elecciones a gobernador de Virginia y Nueva Jersey, estados en los que arrasaron dos candidatas moderadas, Abigail Spanberger y Mikie Sherrill.
Es todavía demasiado pronto para interpretar estas victorias como un cambio de tendencia en la atmósfera política americana, pero sí se puede extraer unas primeras conclusiones: la democracia es más fuerte de lo que piensan sus adversarios y las urnas son el arma más poderosa de los demócratas. La victoria de Mamdani es un pequeño foco de luz en oscuros tiempos de populismo.
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