Un mundo en caos

26 de junio 2025 - 03:05

últimamente me vengo preguntando si realmente mi trabajo tiene sentido. ¿Tiene sentido explicar a los jóvenes estudiantes de Derecho la existencia de una rama del Derecho, Derecho Internacional, cuyos principios fundamentales son constantemente violados sin ningún tipo de consecuencia?

La observación del panorama internacional no puede ser más demoledora. Es cierto que la historia de la humanidad es una historia de violencia e imposición en la que durante siglos han primado los intereses de los más fuertes y que la evolución humana ha sido construida sobre sangre y fuego. No obstante, después de una larga e irregular evolución, y situando como punto de inflexión el final de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional ha pretendido dotarse de un conjunto de reglas jurídicas que deben ordenar la coexistencia pacífica y la cooperación de los Estados con una parcial institucionalización.

Es cierto que desde el principio el sistema internacional presentaba deficiencias estructurales que lastraban su eficacia, pero a pesar de ello había una cierta concienciación de la necesidad de respetar los principios fundamentales. Hoy sencillamente eso no es así. El poder de la fuerza ha sustituido sin pudor al poder del derecho, que queda marginado en esferas casi irrelevantes, como la Unión Europea, que permanece como una pequeña isla de ingenua confianza en el derecho en un océano de violencia.

Hoy el mundo está en manos de personajes sin escrúpulos, violentos, egocéntricos que pretenden reformular los equilibrios internacionales con misiles y aviones de combate. Hace veinte años, los Bush, Aznar o Blair eran la excepción, aunque hicieron un daño terrible; hoy, la norma viene impuesta por personajes siniestros como Netanyahu, Putin o Trump que quieren forjar el mundo de acuerdo con sus intereses mediante la fuerza bruta sin importar el derecho internacional y violando los principios básicos de humanidad causando dolor y sufrimiento.

Muy pocos alzan la voz ante los poderosos (bravo por Sánchez en su desafío a Trump) y prima el miedo o el servilismo vergonzante como el del secretario general de la OTAN, el indigno Rutte, en una vergonzosa comunicación con Trump. El futuro aparece ciertamente oscuro en un mundo dominado por la violencia. Un mundo en caos.

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